El misionero, que se infectó en Sierra Leona, trabajaba como director médico y pertenecía a la Orden de San Juan de Dios. Su estado de salud había sufrido un empeoramiento esta mañana.
El religioso español Manuel García Viejo ha fallecido este jueves por la tarde, a las 17.55 horas, en el hospital Carlos III de Madrid, donde permanecía ingresado después de ser repatriado desde Sierra Leona en la madrugada del lunes. El misionero, que se infectó de ébola en la localidad de Lunsar, en cuyo hospital trabajaba como director médico, pertenecía a la Orden de San Juan de Dios. De la misma orden era el sacerdote Miguel Pajares, el primer paciente de ébola repatriado a Europa, que falleció el 12 de agosto, a los cinco días de llegar a Madrid. El estado de salud de García Viejo, de 69 años, grave desde su llegada, había empeorado en las horas previas.
García Viejo era médico especialista en medicina interna y diplomado en medicina tropical, y pertenecía a la Orden de San Juan de Dios desde hace 52 años. En los últimos 30 años había trabajado en África. Llevaba 12 como director médico del hospital que tiene la orden en Lunsar. El centro había estado en cuarentena a causa de la epidemia de ébola que afecta al África Occidental.
El hospital de Lunsar reabrió sus puertas para atender a parturientas unos días antes de que García Viejo empezara a notar los síntomas de la enfermedad. El religioso fue trasladado en ambulancia desde Lunsar unos 120 kilómetros hasta las afueras de la capital de Sierra Leona, Freetown, el pasado jueves por la tarde para ingresar en un hospital especializado en ébola que dirige la ONG italiana Emergency. Le hicieron los análisis el viernes, los resultados llegaron de madrugada, y el Gobierno anunció el sábado por la tarde su repatriación, que él mismo había pedido horas antes.
El religioso llegó a Madrid en un avión medicalizado del Ejército español. Padecía una severa deshidratación y tenía afectados el hígado y los riñones. «Su situación es grave», dijo Francisco Arnalich, jefe de Medicina Interna del Carlos III el lunes, durante la primera y última rueda de prensa que ofrecieron las autoridades sanitarias para hablar del estado del religioso. García Viejo había pedido que la información se diera únicamente a su orden.
Al cuerpo del religioso no se le realizará la autopsia, según indican los protocolos sanitarios. Será incinerado en un féretro sellado herméticamente. El personal sanitario que ha estado en contacto con él seguirá en observación 21 días (se les toma la temperatura dos veces al día).
Ninguno de los remedios barajados llegó a tiempo para intentar salvar la vida del religioso ingresado en Madrid
El equipo médico que ha atendido a García Viejo evaluó desde el primer momento qué tratamientos experimentales se le podrían administrar.
