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l pasado viernes 17 se cumplieron 25 años de su muerte. Y alguien dirá que no hay seres imprescindibles (de lo contrario, seguramente los cementerios estarían llenos de ellos). Pero tampoco nadie negará que aunque no sean muchas, existen personas que en su paso por el mundo dejan, para toda una sociedad, una huella profunda, imborrable, y sencillamente marcan un antes y un después. Eso es Alfredo Zitarrosa (10 de marzo de 1937- 17 de enero de 1989) para el canto y la cultura uruguaya en general, una referencia que a 25 años de su muerte, verdaderamente hace falta. Muy acertado, por lo tanto, el título (“Hago falta”) del documental que sobre él creara hace pocos años Melina Terribili.
LA FUNDACIÓN ALFREDO ZITARROSA
No hablaremos en esta ocasión de su vida, ni siquiera de su obra. Como mejor homenaje que puede tributársele, hoy solamente invitamos a escuchar sus canciones. Nos referiremos sí, a la Fundación que lleva su nombre. Adentrémonos en ella (las siguientes palabras son de la propia “Fundación Alfredo Zitarrosa”, solo corren por nuestra cuenta los subtítulos):
Los objetivos
La Fundación fue creada con la Misión de mantener viva la presencia de Alfredo Zitarrosa en su dimensión humana, promoviendo su figura y su obra, y colaborando en la protección de éstas. Colabora también, con el mantenimiento y la preservación de su legado, con especial atención a su archivo documental y personal, por ser parte fundamental del patrimonio cultural uruguayo, y referente de su identidad. Por extensión, promueve y defiende el patrimonio cultural y la creación artística uruguayas en general, en el contexto de la identidad cultural latinoamericana. Sustentada en el pensamiento y los ideales de Zitarrosa, promueve y defiende sus valores humanistas, tales como la solidaridad, la libertad, la justicia, y el respeto a los derechos humanos, a través del acceso al arte y las expresiones culturales, como derecho fundamental del ser humano y herramienta para su desarrollo pleno.
Creada en 2004
El miércoles 10 de marzo de 2004, con motivo de celebrarse 68 años del nacimiento de Zitarrosa, se realizó la presentación pública de esta iniciativa en un evento realizado en la Sala Municipal que lleva su nombre, con la participación del Prof. Washington Benavides, Becquer Salvador Puig y el Dr. Álvaro Faedo. Diversas personalidades e instituciones adhirieron a la iniciativa , entre las que se pueden destacar sólo como ejemplos la Universidad de la República, la F.E.U.U., Fundación Yupanqui, Fundación Jara, Teatro “El Galpón”, así como Julio Cobelli, Carlos Díaz (“Caíto”), Eduardo Larbanois, Mario Carrero y Pablo Estramín. El antecedente más directo de esta iniciativa podemos encontrarlo en la Asociación Civil «Fundación Zitarrosa», impulsada hacia mediados del año 1989 por diversas personalidades de la cultura, amigos de Zitarrosa –recientemente fallecido– y movidos por una gran inquietud que inspiraba la personalidad y obra del amigo y creador ausente. Lamentablemente la idea no pudo prosperar, y en menos de un año simplemente se había desvanecido. Nunca se concretó la personería jurídica de la misma. Es con las mismas inquietudes y ante el vacío de la ausencia, que va surgiendo similar inquietud en su familia, ya con los años más propicios para asumir la responsabilidad. Así, ya desde el año 1999, con la organización del espectáculo en homenaje a Zitarrosa, en el Obelisco, comienza a gestarse la idea, que tardó un tiempo más en cristalizar. En el respectivo homenaje del año 2000 frente a la Sala Zitarrosa, recientemente inaugurada, también organizado a instancias y con la coordinación general de miembros de la familia de Zitarrosa y el apoyo de la IMM, ya se anuncia la intención, que es recibida emotivamente por el numeroso público asistente al espectáculo. Con la promulgación de la Ley de Fundaciones, se cuenta con el marco legal más apropiado a una iniciativa de este tipo. Así, finalmente, en 2004, en el seno de la familia de Alfredo, hay el convencimiento de que «hace falta» el espacio, y se asume la responsabilidad de llevarlo a cabo: se toma la resolución de realizar un acto fundacional público, en la fecha que fuera su cumpleaños -el 10 de marzo- y en la Sala Auditorio Municipal que lleva su nombre.
Una continuación de
su pensamiento
Esta institución se crea por voluntad de las hijas de Don Alfredo Zitarrosa, en honor y homenaje a su trayectoria artística y ética, como proyección de su dimensión humana. Es por este motivo que los objetivos de la Fundación tienen como fundamento las propias palabras de Don Alfredo Zitarrosa, que reposan en su pensamiento e ideología, sensible a la comunidad y al tiempo en que le tocó vivir. Pretende ser un núcleo generador de ideas y proyectos. Un lugar de participación para todos aquellos que quieran y puedan dedicarse a llevar adelante actividades tendientes al cumplimiento de sus objetivos.
g
El pasado viernes 17 se cumplieron 25 años de su muerte. Y alguien dirá que no hay seres imprescindibles (de lo contrario, seguramente los cementerios estarían llenos de ellos). Pero tampoco nadie negará que aunque no sean muchas, existen personas que en su paso por el mundo dejan, para toda una sociedad, una huella profunda, imborrable, y sencillamente marcan un antes y un después. Eso es Alfredo Zitarrosa (10 de marzo de 1937- 17 de enero de 1989) para el canto y la cultura uruguaya en general, una referencia que a 25 años de su muerte, verdaderamente hace falta. Muy acertado, por lo tanto, el título (“Hago falta”) del documental que sobre él creara hace pocos años Melina Terribili.
LA FUNDACIÓN ALFREDO ZITARROSA
No hablaremos en esta ocasión de su vida, ni siquiera de su obra. Como mejor homenaje que puede tributársele, hoy solamente invitamos a escuchar sus canciones. Nos referiremos sí, a la Fundación que lleva su nombre. Adentrémonos en ella (las siguientes palabras son de la propia “Fundación Alfredo Zitarrosa”, solo corren por nuestra cuenta los subtítulos):
Los objetivos
La Fundación fue creada con la Misión de mantener viva la presencia de Alfredo Zitarrosa en su dimensión humana, promoviendo su figura y su obra, y colaborando en la protección de éstas. Colabora también, con el mantenimiento y la preservación de su legado, con especial atención a su archivo documental y personal, por ser parte fundamental del patrimonio cultural uruguayo, y referente de su identidad. Por extensión, promueve y defiende el patrimonio cultural y la creación artística uruguayas en general, en el contexto de la identidad cultural latinoamericana. Sustentada en el pensamiento y los ideales de Zitarrosa, promueve y defiende sus valores humanistas, tales como la solidaridad, la libertad, la justicia, y el respeto a los derechos humanos, a través del acceso al arte y las expresiones culturales, como derecho fundamental del ser humano y herramienta para su desarrollo pleno.
Creada en 2004
El miércoles 10 de marzo de 2004, con motivo de celebrarse 68 años del nacimiento de Zitarrosa, se realizó la presentación pública de esta iniciativa en un evento realizado en la Sala Municipal que lleva su nombre, con la participación del Prof. Washington Benavides, Becquer Salvador Puig y el Dr. Álvaro Faedo. Diversas personalidades e instituciones adhirieron a la iniciativa , entre las que se pueden destacar sólo como ejemplos la Universidad de la República, la F.E.U.U., Fundación Yupanqui, Fundación Jara, Teatro “El Galpón”, así como Julio Cobelli, Carlos Díaz (“Caíto”), Eduardo Larbanois, Mario Carrero y Pablo Estramín. El antecedente más directo de esta iniciativa podemos encontrarlo en la Asociación Civil «Fundación Zitarrosa», impulsada hacia mediados del año 1989 por diversas personalidades de la cultura, amigos de Zitarrosa –recientemente fallecido– y movidos por una gran inquietud que inspiraba la personalidad y obra del amigo y creador ausente. Lamentablemente la idea no pudo prosperar, y en menos de un año simplemente se había desvanecido. Nunca se concretó la personería jurídica de la misma. Es con las mismas inquietudes y ante el vacío de la ausencia, que va surgiendo similar inquietud en su familia, ya con los años más propicios para asumir la responsabilidad. Así, ya desde el año 1999, con la organización del espectáculo en homenaje a Zitarrosa, en el Obelisco, comienza a gestarse la idea, que tardó un tiempo más en cristalizar. En el respectivo homenaje del año 2000 frente a la Sala Zitarrosa, recientemente inaugurada, también organizado a instancias y con la coordinación general de miembros de la familia de Zitarrosa y el apoyo de la IMM, ya se anuncia la intención, que es recibida emotivamente por el numeroso público asistente al espectáculo. Con la promulgación de la Ley de Fundaciones, se cuenta con el marco legal más apropiado a una iniciativa de este tipo. Así, finalmente, en 2004, en el seno de la familia de Alfredo, hay el convencimiento de que «hace falta» el espacio, y se asume la responsabilidad de llevarlo a cabo: se toma la resolución de realizar un acto fundacional público, en la fecha que fuera su cumpleaños -el 10 de marzo- y en la Sala Auditorio Municipal que lleva su nombre.
Una continuación de
su pensamiento
Esta institución se crea por voluntad de las hijas de Don Alfredo Zitarrosa, en honor y homenaje a su trayectoria artística y ética, como proyección de su dimensión humana. Es por este motivo que los objetivos de la Fundación tienen como fundamento las propias palabras de Don Alfredo Zitarrosa, que reposan en su pensamiento e ideología, sensible a la comunidad y al tiempo en que le tocó vivir. Pretende ser un núcleo generador de ideas y proyectos. Un lugar de participación para todos aquellos que quieran y puedan dedicarse a llevar adelante actividades tendientes al cumplimiento de sus objetivos.
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