De aquí hasta el 20 de diciembre (una manera de decir), el fútbol de la Liga Salteña a nivel de la Divisional A, puede transformarse en una constante, como nunca antes. La acumulación de partidos, las fechas pendientes y el tiempo que se comprime. Los meses no son cuerda, como para que se estiren tanto….
El hecho es que la necesidad es una: a afrontar cuatro fechas (ese es el plan), entre semana, más allá de los partidos pendientes, igualmente entre semana.
Por lo tanto, tiempos en que se jugará domingo-miércoles-domingo. El valor de la entrada a 200 pesos. Es solo cuestión de sacar la cuenta, desde el más básico simplismo, para tener en claro de qué monto se debe disponer por parte del aficionado que pretende no faltar nunca. Pero que además, siente el fin de sumar a otro integrante de la familia.
400 pesos el domingo, 400 pesos el miércoles, 400 pesos el domingo.
Solo de entrada. No hablemos de traslado. Y entonces, la pregunta lejos de encajonarse, ve la luz sin más vuelta: ¿cómo hacer para pagar tanto fútbol?
Frente a situaciones tan singulares como las que llegarán, la billetera sabrá de su propia historia cargada de incertidumbre. Poder o no poder. Esa es la cuestión.
Mientras reclaman acoplarse, interrogantes en determinadas direcciones.
Por ejemplo.
1) ¿Es posible alguna entrada tipo familiar?
2) ¿Es posible disminuir el valor de la entrada?
3) ¿Nada es posible en pro del aficionado, en función de una realidad quizás no prevista?
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Es cierto que cada espectáculo tiene su costo. Su presupuesto. Pero el fútbol, ¿no es acaso para consumo de la gente? ¿Es razonable que el fútbol salteño discrimine, entre quienes pueden o no pueden pagar la entrada tres veces a la semana? ¿Es posible un análisis o relevamiento de posibilidades, o el fin es morir con las botas puestas?
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
