Las declaraciones de algunos conductores protagonistas de accidentes a veces resultan absurdas. Se argumenta por ejemplo que “al llegar a la esquina y observar hacia la otra calle, no vio a nadie motivo por el cual continuó la marcha…”
Esta afirmación es absurda, por no decir ridícula, debido a que carece de todo valor, porque si alguien le chocó o fue chocado, “es porque alguien venía”, que lo haya visto o no el primer conductor es harina de otro costal… Por algo existe la preferencia ¿verdad?
Al hombre en cuestión, un electricista, le habían robado la moto horas antes cuando disfrutaba de un cumpleaños familiar en el Cerro. Concurrió a hacer la denuncia correspondiente y volvió a la fiesta. A la hora 6 aproximadamente, regresaba a su casa en Salto Nuevo, en el auto de un familiar cuando ¡oh sorpresa!.
Casi en la puerta del parque Harriague ve que un joven trata de hacer hacer arrancar su moto… Antes que pudieran “echarle el guante”, logró arrancar el vehículo y trató de fugar. Finalmente desistió de su propósito y optó por tirarlo casi debajo del puente Treinta y Tres.
Finalmente el damnificado pudo recuperar su moto…con el manubrio quebrado y otros elementos también dañados, pero de todas formas volvió a juntarse con su vehículo, que en alguna medida ya daba por perdido…