Hablemos de selección…
Richard Albín controla. Ramiro Luzardo, ahí…
El 1 a 0 transitorio no pareció convencer tanto a los aficionados salteños. Los mismos aficionados, que puede admitirse, no resultan siempre con la tendencia a mano de reclamarle al técnico, por un determinado jugador. Lo cierto es que ya al inicio del segundo tiempo, más de un grito tentó sensibilizar a Luis Cavani. Ese grito-reclamo, sintetizado en un nombre: Gustavo Carballo. Sin embargo, pasaron los minutos y recién a falta de dos, el puntero ingresó a la cancha supliendo a Alejandro Zabala.
Cuál es el punto?: el “Gringo” entendió que no se trataba de influencias individuales en el trámite, sino simplemente la ausencia de criterio para resolver esta vez.
El DT no concluyó de buen humor el partido, más que nada contrariado por el resultado. Cavani sabe íntimamente que no fue un resultado para regocijarse.
Desde el “Zurdo”: “Hay que insistir; no quejarse”
“Hubo un momento del primer tiempo, que creamos muchas más situaciones que ellos. Incluso, más claras. Porque si uno analiza los 90 minutos, cuántas tuvo Paysandú? Salto fue más, pese a que no tuvimos el mejor orden. Soy de los que creo que después de resultados como estos, lo mejor es insistir en mejorar y no quejarse tanto. No definimos bien, por eso no ganamos. Uno no debiera darle vuelta tanto al asunto. Nadie más que nosotros en querer haberles regalado una victoria a la gente. No se pudo. Pero insisto, en que no tantos lamentos y sí volver al trabajo con el espíritu que cabe pensando en Bella Unión. Si de 6 puntos, ganamos 4, tan mal arranque no es. La tabla dice que estamos primeros. O no es así?”.
-Después del partido, apuntes sobre la mesa por Nicolás “Zurdo” Fagúndez.
El árbitro Sum: ¿de quién es este invento?
Entre “Discreto” y “Malo” el arbitraje de Johny Sum. Es oriundo de Tacuarembó, arribando al Dikcinson, para liderar la terna. Por sobre todo: un juez BLANDO. Con limitado perfil en la personalidad y sobre todo cayendo en la peor desgracia que puede padecer un juez: la de dudar. En lo técnico, con falencias notorias, pero su cuestión más adversa, los males para encarrilar el partido en el plano de la conducta. Entre los 10 y los 35’ del primer tiempo, las fricciones permanentes. Más que raspar, los jugadores en su mayoría fueron producto del desaliño estético, porque la inclinación a buscar la pierna del rival, se convirtió en moneda corriente.
El Colegio de Jueces de la Organización del Fútbol del Interior, suele caer en estas malevolencias. Designar a quienes parecen vacíos de la más elemental propiedad.
Pablo González: “De los dos…el que más quiso”
Un tiro libre de Pablo González, en el segundo tiempo. Un taponazo de excepción que el golero Federico Acosta logró jugarse en el rechazo. Esta vez, el volante fue parte de posibilidades al tiempo de la ejecución de tiros libres. Buscó y buscó… “Se podrá decir de repente, que Salto no hizo el mejor partido que puede. Pero de los dos equipos, fue por lejos el que más quiso. Por lo menos tuvimos seis chances netas frente al arco de ellos. Yo pregunto por cuántas veces, Andrés Paz fue exigido. Ocurre que además tuvimos enfrente a un rival que por algo en la historia es lo que es. Es cierto lo de ese tiro libre, yo pensé que entraba!. El arquero de ellos reaccionó notablemente. A eso también hay que decirlo”. Pablo González, el goleador del año 2010 en la “A”, ahora en la selección. La persistencia de su pegada.
La selección se sacó el “luto” de encima
Desde EL PUEBLO enfatizamos en el hecho, luego de la presentación de Salto frente a Bella Unión en el Estadio Los Olivos: el pantalón y las medias negras, implicando no menos que una traición a la tradición. Históricamente, el combinado salteño supo de pantalón y medias blancas, siendo parte de uno de los atuendos mejores logrados en el fútbol del Interior. La interrogante no era otra, respecto a si la variante se convertía en aspecto transitorio o definitivo. El sábado a la noche frente a Paysandú en el Dickinson, jugando por la segunda fecha de la serie “B” de la Copa Nacional, el retorno a las medias y el pantalón blanco. Como debe ser. Ese es Salto. De aquella crítica a esta valoración luego de la corrección. Lo que es… es. El resultado no acompañó, pero haber vuelto a las fuentes a ese nivel, cuestión rubricable.
El fútbol transformado en un espectáculo de trasnoche
¿Los dirigentes, viven en otro planeta?
Pablo González y Dany Samit, pretendiendo. Ignacio Cúccaro, anticipando.
Cambiaron los tiempos. La idiosincracia del común de la gente se alteró. Las variables son cosa cierta. 20 años atrás, jugar un partido en sábado a las 22 horas, guardaba relación con aquellos tiempos. El fútbol era amo y señor. Ahora la realidad es otra.
La actitud, la conducta del ser humano es otra. Que un partido por este certamen se inicie a las 22.10’ y concluya a las 0.05’ del día siguiente, somete de plano el más elemental sentido común. Hay quienes no fueron ni irán, porque las alternativas son otras también para la familia. Comparecer al fútbol, genera postergar en este tiempo de calor insoportable, la inquietud de esa misma familia. Antes, Salto y Paysandú vendían como base 5.000 entradas. El sábado no llegó a 2.000. Pregunta: los dirigentes viven en otro planeta?. Cuál debiera ser el horario: 19.15’ y 21.15’. A las 23 el fútbol debiera terminar y no transformarse en un espectáculo de trasnoche.
El “gancho” que no tienen los juveniles
En los últimos torneos, la hegemonía de Salto en categoría de juveniles. Tanto a nivel de Sub 15 como de Sub 18. Sin embargo, el ausentismo de la gente si de respaldo se trata, es cosa concreta y a todas luces. No más de 100 aficionados el sábado en el Dickinson, cuando despuntó el juego entre los tradicionales oponentes. Hay quienes suponen que en Salto las categorías juveniles, “no están lo suficientemente promocionadas” y que todo “se vuelva a los mayores”. Sin embargo, un dato no subyacente: en otros lares del interior del país, la realidad es exactamente la misma. El “gancho” que no tienen las categorías juveniles, por más que se ejerza reinados como en el caso de Salto. Lo cierto es que no es fácil tampoco alterar el gusto de la gente. O la tendencia de la gente. Existe alguna fórmula para alterarla?.
Verdad: “a Salto le falta potencia aérea”
Solo basta con observar las estaturas de Nicolás Fagúndez, Carlos Vera, Rodrigo Quiroga, Fernando “Lachi” Cardozo y Gustavo Carballo, para mencionar a quienes en el Salto de mayores pueden manejarse de mitad de cancha para arriba. Bajos de talla. Por eso, Luis Cavani persiste en “jugar por abajo”. Es verdad, lo que no pocos sostenían tras el final del juego ante Paysandú: “A Salto le falta potencia aérea cuando ataca y se produce el cruce de pelotas”. Es un déficit real. Por eso, Elbio Conti y el propio Dany Samit buscan sumarse. También en el primer tiempo, el turno de Zabala buscando por arriba y generando una chance de gol. Salto no tiene delanteros, por ejemplo, de la corpulencia de Julio Martín Bruno (Chaná), Sebastián García (Ferro Carril) y el propio Angel Pereira (Nacional). O del mismo delantero central de Paysandú, Ricardo Laforcada. En fin…
Las luces del estadio: no tanto bla-bla-bla y manos a la obra
Las complicaciones se plantearon unos minutos antes de iniciarse el partido de mayores entre Salto y Paysandú, a consecuencia de algunos focos en la torre del Dickinson. Una de ellas. Finalmente, casi sobre la hora misma del partido, la solución surgió, en medio del sistema nervioso alterado del presidente de la Liga Salteña de Fútbol. Para Kutscher, “era cosa de minutos”. Pero el presidente, habrá que suponer que “sudó la gota gorda”. Las luces del estadio son todo un tema. Un tema de mucho bla-bla-bla y de pocas manos a la obra. Cuánto hace que se invoca el déficit del Dickinson a este nivel?. El despegue de una nueva edición de certámenes interligas, y otra vez, la misma e inalterada situación. Es como llover sobre mojado. A veces en su mando, el fútbol salteño es el de las teorizaciones, pero no de las ejecuciones.
Sergio Esquivel: “Para ir saliendo del pozo”
Es un ex jugador de fútbol en los años 80. No solo en clubes de Paysandú, sino en la propia selección “blanca” por tantos años en el Campeonato del Litoral. Sergio Esquivel, parte de aquella historia, pero también con raíces argumentales en este tiempo presente. “El empate nos pone en camino. Importa en lo anímico, porque a este plantel no le faltan juveniles. Hemos tratado de ensamblarlos, con quienes tienen más fogueo. De años a esta parte, lo de Paysandú ha pasado por una merma en la imagen de su fútbol. Ahora queremos ir saliendo del pozo. No quiero decir que vamos a pelear este torneo, simplemente porque uno desconoce a la mayoría de los rivales que vendrán. Pero llegar lo más lejos que se pueda. El partido no me gustó. El empate está bien. Nosotros teniendo menos la pelota, también provocamos arriba”.