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lunes, 12 de mayo de 2025
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Falleció ayer el capocómico Eduardo D´Angelo, último del recordado trío de Decalegrón

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Murió este sábado el humorista uruguayo Eduardo D’Angelo.Sus restos serán velados en la empresa Martinelli (Canelones 1450) desde las 20 horas hasta la medianoche, y este domingo entre las 9 y las 10 de la mañana. A esa hora partirá el cortejo fúnebre hacia el cementerio del Norte. D’Angelo fue uno de los pioneros de la televisión uruguaya, miembro orgulloso de una generación privilegiada, que empezó en Telecataplum, guionado por los hermanos Jorge y Daniel Sheck.Ricardo Espalter, Enrique Almada, Raymundo Soto, Berugo Carámbula, Henny Trayles y el propio D’Angelo hicieron época, después, con Jaujarana.Escribió 19 obras de teatro (Leche hervida, Esposa para dos, fueron dos grandes éxitos, la última junto a Almada y a Espalter) y es creador y guionista de muchos de los grandes éxitos cómicos de la televisión nacional.También tuvo un gran éxito en Argentina, en las temporadas en Mar del Plata y en distintos programas televisivos.
UN CAPOCÓMICO
DE LA EDAD DE ORO
El Observador reprodujo ayer en su edición digital uno de los últimos reportajes a D´Angelo, que transcribimos seguidamente.
Los que peinan canas le tienen un afecto que no decae: Eduardo D’Angelo es parte de la mejor historia de la televisión uruguaya que tuvo su apogeo con Jaujarana; hoy escribe, dirige y actúa en teatro.
Eduardo D’Angelo es una leyenda de la televisión uruguaya y una realidad actual sobre las tablas. El cómico de 75 años tiene una obra en cartel (la idea es retomar después de las vacaciones de julio) escrita, dirigida y protagonizada por él: El mayordomo y la dama brillante.“Están muy de moda los mayordomos otra vez, en Estados Unidos, en Europa, en todos lados. Las comedias sofisticadas. Y entonces me despertó la idea de armar esta pieza”, explica.D’Angelo es uno de los pioneros de la televisión uruguaya, miembro orgulloso de una generación privilegiada, que empezó en Telecataplum, guionado por los hermanos Jorge y Daniel Sheck.Ricardo Espalter, Enrique Almada, Raymundo Soto, Berugo Carámbula, Henny Trayles y el propio D’Angelo hicieron época, después, con Jaujarana.Lleva escritas 19 obras de teatro (Leche hervida, Esposa para dos, fueron dos grandes éxitos, la última junto a Almada y a Espalter) y es creador y guionista de muchos de los grandes éxitos cómicos de la televisión nacional.
“Normalmente escribo las obras para mí. En este tipo de comedias que hago, sigo la línea de los capos cómicos. El teatro necesita una cabeza de la compañía, como una tracción delantera”, argumenta. D’Angelo es autodidacta. “Mi madre era una fanática del cine y yo me crié entre las películas. Me empezó a gustar la comedia. Ahora a mí no me interesa mucho el cine, porque no están los Cantinflas, Jerry Lee Lewis e incluso Woody Allen, que era de los últimos y ya es otra cosa, ¿no?”, comenta.
También es crítico de la escena teatral actual. “La gente quiere ver la comedia rioplatense y vienen una cantidad de compañías, conocidas a través de los programas de Tinelli. Pero a mí no me llama la atención”, dice, con desdén.Él mismo ha hecho teatro con las vedettes argentinas y ha tenido un éxito escandaloso, en temporadas en Mar del Plata y Punta del Este con las actrices del programa de Alberto Olmedo: Beatriz Salomón, Adriana Brodsky, Silvia Pérez y Susana Romero.Sin embargo, cree que ahora se trata de vedettes que no tienen grandes cualidades, más allá de sus físicos espléndidos, y que eso provoca “una fama que dura un mes, a lo sumo”. Falta algo: “Ya no hay figuras como Alberto Olmedo y Jorge Porcel”.En la obra El mayordomo y la dama brillante hay algún dardo al respecto: “Antes para vender más sacaban la cara de la estrella en una revista. Ahora sacan la cara de adelante y la cara de atrás”, recuerda melancólicamente la veterana protagonista de la obra.Lo del teatro tiene que ver con la porfía del comediante: “Hay 56 espectáculos en cartelera: un disparate. Y este año, ahora con el mundial y después con las elecciones, es muy difícil para los espectáculos”, reflexiona.
D’Angelo afirma que actuará mientras el cuerpo responda y también dice que busca una jubilación, tanto en Argentina como en Uruguay, que por ahora le es esquiva: “Siempre dicen ‘va a salir, va a salir’, pero se han muerto compañeros, pobres, muy pobres. Yo tuve la oportunidad, por suerte, de en algún momento ganar muy bien; entonces, más o menos… Pero estoy buscando una jubilación, para decir ‘ahora me quedo tranquilo’”.A D’Angelo todavía lo paran en la calle, le preguntan qué paso con aquella época dorada del humor uruguayo en la pantalla chica, pero él no puede contestar, salvo que a él ya no le interesa la televisión.
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Murió este sábado el humorista uruguayo Eduardo D’Angelo.Sus restos serán velados en la empresa Martinelli (Canelones 1450) desde las 20 horas hasta la medianoche, y este domingo entre las 9 y las 10 de la mañana. A esa hora partirá el cortejo fúnebre hacia el cementerio del Norte. D’Angelo fue uno de los pioneros de la televisión uruguaya, miembro orgulloso de una generación privilegiada, que empezó en Telecataplum, guionado por los hermanos Jorge y Daniel Sheck.Ricardo Espalter, Enrique Almada, Raymundo Soto, Berugo Carámbula, Henny Trayles y el propio D’Angelo hicieron época, después, con Jaujarana.Escribió 19 obras de teatro (Leche hervida, Esposa para dos, fueron dos grandes éxitos, la última junto a Almada y a Espalter) y es creador y guionista de muchos de los grandes éxitos cómicos de la televisión nacional.También tuvo un gran éxito en Argentina, en las temporadas en Mar del Plata y en distintos programas televisivos.

UN CAPOCÓMICO DE LA EDAD DE ORO

El Observador reprodujo ayer en su edición digital uno de los últimos reportajes a D´Angelo, que transcribimos seguidamente.

Los que peinan canas le tienen un afecto que no decae: Eduardo D’Angelo es parte de la mejor historia de la televisión uruguaya que tuvo su apogeo con Jaujarana; hoy escribe, dirige y actúa en teatro.

Eduardo D’Angelo es una leyenda de la televisión uruguaya y una realidad actual sobre las tablas. El cómico de 75 años tiene unaEduardoDÁngeloobra en cartel (la idea es retomar después de las vacaciones de julio) escrita, dirigida y protagonizada por él: El mayordomo y la dama brillante.“Están muy de moda los mayordomos otra vez, en Estados Unidos, en Europa, en todos lados. Las comedias sofisticadas. Y entonces me despertó la idea de armar esta pieza”, explica.D’Angelo es uno de los pioneros de la televisión uruguaya, miembro orgulloso de una generación privilegiada, que empezó en Telecataplum, guionado por los hermanos Jorge y Daniel Sheck.Ricardo Espalter, Enrique Almada, Raymundo Soto, Berugo Carámbula, Henny Trayles y el propio D’Angelo hicieron época, después, con Jaujarana.Lleva escritas 19 obras de teatro (Leche hervida, Esposa para dos, fueron dos grandes éxitos, la última junto a Almada y a Espalter) y es creador y guionista de muchos de los grandes éxitos cómicos de la televisión nacional.

“Normalmente escribo las obras para mí. En este tipo de comedias que hago, sigo la línea de los capos cómicos. El teatro necesita una cabeza de la compañía, como una tracción delantera”, argumenta. D’Angelo es autodidacta. “Mi madre era una fanática del cine y yo me crié entre las películas. Me empezó a gustar la comedia. Ahora a mí no me interesa mucho el cine, porque no están los Cantinflas, Jerry Lee Lewis e incluso Woody Allen, que era de los últimos y ya es otra cosa, ¿no?”, comenta.

También es crítico de la escena teatral actual. “La gente quiere ver la comedia rioplatense y vienen una cantidad de compañías, conocidas a través de los programas de Tinelli. Pero a mí no me llama la atención”, dice, con desdén.Él mismo ha hecho teatro con las vedettes argentinas y ha tenido un éxito escandaloso, en temporadas en Mar del Plata y Punta del Este con las actrices del programa de Alberto Olmedo: Beatriz Salomón, Adriana Brodsky, Silvia Pérez y Susana Romero.Sin embargo, cree que ahora se trata de vedettes que no tienen grandes cualidades, más allá de sus físicos espléndidos, y que eso provoca “una fama que dura un mes, a lo sumo”. Falta algo: “Ya no hay figuras como Alberto Olmedo y Jorge Porcel”.En la obra El mayordomo y la dama brillante hay algún dardo al respecto: “Antes para vender más sacaban la cara de la estrella en una revista. Ahora sacan la cara de adelante y la cara de atrás”, recuerda melancólicamente la veterana protagonista de la obra.Lo del teatro tiene que ver con la porfía del comediante: “Hay 56 espectáculos en cartelera: un disparate. Y este año, ahora con el mundial y después con las elecciones, es muy difícil para los espectáculos”, reflexiona.

D’Angelo afirma que actuará mientras el cuerpo responda y también dice que busca una jubilación, tanto en Argentina como en Uruguay, que por ahora le es esquiva: “Siempre dicen ‘va a salir, va a salir’, pero se han muerto compañeros, pobres, muy pobres. Yo tuve la oportunidad, por suerte, de en algún momento ganar muy bien; entonces, más o menos… Pero estoy buscando una jubilación, para decir ‘ahora me quedo tranquilo’”.A D’Angelo todavía lo paran en la calle, le preguntan qué paso con aquella época dorada del humor uruguayo en la pantalla chica, pero él no puede contestar, salvo que a él ya no le interesa la televisión.

Cinco momentos inolvidables  de Eduardo D’Angelo

D’Angelo se mantenía en actividad y hace algunos meses estrenó la obra de teatro de humor «El mayordomo y la dama brillante» con textos y dirección de su autoría.

El cómico inicio su carrera como niño prodigio, posteriormente se destacó por su lograda imitación del también actor argentino Luis Sandrini y por el doblaje de diferentes actores del cine estadounidense.

En la década de los años 1960 fue una de las principales figuras del programa Telecataplun que se convirtió en uno de los más populares de la televisión uruguaya.

Posteriormente, integró junto a los también humoristas uruguayos Ricardo Espalter, Enrique Almada y otros el elenco de los programas Hupumorpo, Comicolor, Hiperhumor, Jaujarana y Decalegrón de gran éxito en Argentina, Chile y Uruguay.

Participó en películas de cine, produjo y dirigió varios programas de televisión y fue autor de dos libros de humor.

Fuente: ElEspectador.com.uy

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