La cartelería con propaganda política poco a poco empieza a ganar terreno en espacios públicos de la ciudad. Pero en muchos de ellos aún permanecen carteles (o pedazos de ellos) de las elecciones del año pasado. Quitar esos antes de colocar los nuevos sería una buena medida.
En realidad, lo mejor sería quizás un acuerdo de compromiso entre todos los responsables de cada agrupación, que haga que una vez pasadas las elecciones se retire toda cartelería, porque al fin y al cabo, luego termina siendo simplemente basura para la ciudad.
Un rápido sondeo realizado por un programa periodístico radial hace pocos días, indicó que para la mayoría de sus oyentes, el Contador Minutti y el Escribano Malaquina fueron «los últimos grandes Intendentes» que tuvo Salto. Argumentaron muchos que después de ellos comenzaron las complicaciones económicas y el endeudamiento en la comuna. Son opiniones, y cada uno tendrá la suya.
Con cierto toque de humor, varios son los salteños que por estos días comentan que el período de pases no solo está «a full» en la Liga Salteña de Fútbol sino también en la política. Dirigentes que pasan de un partido a otro o, al menos, apoyan a un candidato de un partido diferente al suyo, es moneda corriente. Con mayor profundidad y un tono más serio, hay quienes se preguntan: ¿cuál es la filosofía política o la verdadera ideología de esas personas?
