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lunes, 21 de abril de 2025
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Los que trabajan en las Fiestas tradicionales

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Diario EL PUEBLO digital
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Las Fiestas tradicionales, Navidad o Día de la Familia, de “fin de Año” o de “Año Nuevo”, son sin dudas muy emotivas para los uruguayos y que van más allá de las celebraciones en sí.

El Estado uruguayo dice la Fiesta de la Familia, aunque muchos arman pesebres, arbolitos de Navidad, encienden velas, le dan un toque religioso y todos, religiosos o no, cuando saludan dicen “Feliz Navidad!!”.

Mas liberados, pero, aún dentro de las festividades, llegamos al 31 de diciembre, esperamos la última campanada del día, para saludarnos, abrazarnos, primero con familiares, luego con vecinos, mientras llegan los amigos y aunque esté prohibido iluminan la noche, los fuegos artificiales.

Y en ese marco festivo, en ese momento del almanaque que es tan caro a los sentimientos, donde se reúne lo más querido del ser humano, la familia, donde todo es canto y alegría, donde se recuerdas cosas bonitas vividas, en este 2022, por ejemplo, y aparecen las lágrimas al recordar a los ausentes, a los que no están, a los que han sido partes importantes en nuestras vidas, que dejaron sus huellas, y allí, entre lágrimas y sonrisas nos deseamos, Feliz Año Nuevo!!!, y le agregamos, el que “se cumplan todos tus deseos”, “que alcances las metas propuestas”, “que nos vaya bien a todos”, “que nos encuentre juntos como siempre”.

*Martín De los Santos de farmacia Vantoff

Pero también es bueno saberlo, que, en estas noches especiales, hay héroes anónimos, que están al pie del cañón, trabajando. Guardias en hospitales y en sanatorios, el policía, el soldado, del Cecoed, por mencionar algunos, como a nuestro entrevistado de ahora, Martín De los Santos (24 años), empleado de farmacia Vant off que atiende las 24 horas y también lo hará durante la madrugada del 1 de Enero.

A veces no nos damos cuenta, y recién lo valoramos cuando los necesitamos y ellos responden al teléfono, el del mostrador y el cadete que se sube a la moto, transita la ciudad llevando un remedio, lo que uno necesite.

Martín nos cuenta que no es la primera vez que cumple este servicio, que ya lo hizo hace un par de años atrás. No lo dice, dada su humildad, pero sabe que estar de turno es muy importante tanto para el cliente habitual de la Farmacia, como para aquel que desesperado busca en la guía telefónica o en las páginas del Diario El Pueblo, para saber sobre qué farmacia está de turno para solicitar el remedio que se necesita.

“Uno se siente bien al poder solucionarle el problema a la gente, nosotros sabemos que la necesidad de un remedio no tiene hora, ni día, lo importante es contar con el remedio y poder cumplir el pedido”. Martín sabe también que no sólo se llevan pedido a domicilio, sino que hay clientes o personas que saben que la farmacia está de turno y concurren por su propia cuenta. Se sabe que muchas veces requieren, un analgésico, algún producto para calmar el mal asiento de una comida, de una bebida, o en el caso de los niños y adolescente, a veces alguna pomada, gasas o productos, para calmar el dolor de una quemadura por causa de la pirotecnia. “Si eso pasa en estas fechas, si son leves, con la farmacia es suficiente, pero a veces tienen que ir a Emergencia”.

Martín de los Santos hace cinco años que trabaja en la farmacia. “Reitero, es un sacrificio trabajar en las fiestas, sí, pero, es muy importante hacerlo, por la gente que viene o que llama, por un medicamento, por si pasa algo en las fiestas, estar disponible, poder solucionar ese tipo de problemas o de necesidad”.

“Es muy importante estar, por si alguien se siente mal o algo”, señala Martín, como dando seguridad a quienes eventualmente tienen que recurrir al servicio de farmacia, al turno, en medio de las fiestas.

Y mientras tanto en su casa….

Martín toma con tranquilidad, el turno que le han fijado, lo sabe como parte de su trabajo, y sabe además que se debe de hacer con responsabilidad, ante la necesidad de quien esté afectado en su salud, por el consumo de comida y/o bebida de la fiesta, o por algo circunstancial. No lo dice, pero seguramente lo piensa en su familia, en su madre, en sus hermanos, que seguramente se reunirán en torno a una mesa, para esperar el nuevo año, para levantar una copa en su salud. “Con mi familia, mi madre y mis hermanos que siempre pasamos juntos, esta vez, lo haré en el local de la farmacia, tomo turno a las 23 horas, y miraré los cohetes por la ventana”.

Consultado sobre cuáles son los pedidos que más se reciben en estas ocasiones, nos dijo: “Analgésicos, Alikal, por malestar pasajero, para cosas del momento”. Martín puso énfasis nuevamente al señalar que: “Es importe estar en atención de la gente, por alguna emergencia, estamos disponibles”.

Finalmente nos dijo que simplemente espera del año que viene “que haya salud, que todos sigamos bien, que estemos juntos, que se vayan solucionado los problemas que existan. No pido grandes cosas, con que estemos bien, haya trabajo, y podamos cumplir con nuestra tarea, está bien”. “Cómo paso, tranquilo, bien, yo ya hice este trabajo en otra oportunidad, sé que es necesario, y bueno, deseando un feliz año nuevo, a cada uno”.

*Hugo Chiappini, médico. Las guardias en estas fechas especiales “suelen ser una ruleta”

Hugo Chiappini se recibió de médico en el año 2012, y recuerda en la charla con EL PUEBLO que su primera guardia en navidad y en año nuevo la pasó a miles de kilómetros de su país por formar parte de una Misión de Paz en Haití. También compartió cuáles suelen ser los principales motivos de consultas que suelen darse en estas fechas en la Emergencia y los horarios en los que suelen ocurrir, además de contarnos cómo se vive en la interna de cada guardia en navidad y en año nuevo.

– Sacando los últimos años de pandemia que fue algo excepcional, ¿cómo se viven las guardias médicas en las tradicionales fiestas?

– Me ha tocado estar de guardia tanto en Emergencia Móvil como en el sanatorio. Si bien atendés enfermos, la dinámica depende del lugar en dónde te encuentres y las cosas que puedan surgir. La primera navidad y año nuevo luego que me recibí me tocó hacer guardia en una base militar en Haití en Misión de Paz. Después las otras guardias me han tocado en Emergencia Móvil cuando trabajaba ahí, y luego me ha tocado en la mutualista.

– ¿Cuáles son las situaciones más comunes que suelen presentarse en esas guardias?

– Si bien no lo tengo jerarquizado por el ranking de las consultas, las cosas grandes son angustia, pacientes alcoholizados, cuadros digestivos por ingesta de alimentos, siniestros de tránsito, algún intento de autoeliminación, que también sucede. Quemaduras por fuegos artificiales, aunque ahora se están viendo menos. Incluso los motivos de consulta se van acomodando de acuerdo a la hora, porque los siniestros de tránsito, por lo general van en las primeras horas de la mañana del día de la fiesta. Lo que primero arranca son las crisis de ansiedad y de pánico, la angustia, todo eso va primero porque la fecha los marca de alguna manera. Después comienzan a comer, ahí se empieza a gestar los cuadros digestivos, que luego siguen durante todo el día, y van cayendo de a poco. A las 12 de la noche vas a tener las quemaduras. También llega gente con dolores en el pecho, que a veces entra dentro del contexto del cuadro de angustia. Esas ya son cosas que ves con más normalidad del día a día, que no son patrimonio de la fiesta. En realidad, ninguna de esas consultas es patrimonio de las fiestas pero justo en esas fechas aumenta el número de consultas.

– ¿Cómo suele ser la interna de esa guardia en particular, sea en navidad o en año nuevo?

– Por lo general, cuando sabemos quiénes vamos a estar de guardia, para arrancar nos ponemos de acuerdo qué vamos a hacer, dependiendo del lugar si vamos a llevar algo para comer ahí y compartir, porque vamos a pasar la guardia juntos. Los cambios de turno de enfermería son a las 12, mientras que los cambios de turno nuestros son de 20 a 8 o a veces a las 12, pero entonces se trata de arreglar con los compañeros para que se vaya a las 11 o a la 1 de la mañana, cosa de no entrar a las 12, o me voy antes o me voy pasadas las 12. Y si nos toca la guardia a mí y a otra persona, que a veces coincide en las dos fiestas, algo que pasa, las mismas personas que se relevan, uno entra temprano el 25, por ejemplo, y el 1° entra pasadas las 12. De todas formas, es una ruleta, porque la palabra tranquilo en nuestra jerga tratamos de no mencionarla porque suele pasar que cuando uno menciona esa palabra, termina siendo una noche complicada. Hay guardias que son tranquilas, pero como cábala nosotros a la palabra “tranquilo” no la usamos. Me ha pasado que te sale una consulta a las 12, que dependiendo de la persona va a ser una consulta banal o una complicada. Es así que la persona va a la Emergencia a consultar o tenés que ir a domicilio si estás en el autito del Centro Médico, la descentralizada que le llamamos nosotros. Me ha tocado estar a las 23.55 horas tener que ir a atender un llamado. Me acuerdo llegar a la casa de quien llamó por una consulta porque andaba en la móvil, y ya estaban tirando los cohetes. Mientras los vecinos estaban en su propio jolgorio tirando fuegos artificiales, nosotros con la ambulancia en la calle o con el autito de la mutual. También puede pasar que todo esté tranquilo en la casa y haya gente en la Emergencia para la consulta. La verdad que es una ruleta.

*Elder Cocio, Sereno: “Las primeras veces entra la nostalgia de estar solo…Pero después uno se acostumbra”

Recientemente jubilado, Elder Cocio se desempeñó unos quince años como sereno en diferentes dependencias de la Intendencia de Salto: Zoológico, Cementerio Central, entre tantas otras. De esta manera conversaba animadamente con EL PUEBLO sobre lo que implica ese trabajo especialmente en fechas como el 24 o 31 de diciembre (sin embargo, narró también otras anécdotas que, aunque no son puntualmente de esas fechas, consideramos interesante incluirlas en la nota):

-¿En la Intendencia siempre trabajó como sereno?

Sí, siempre como sereno, en distintos lugares.

-¿Como cuáles?

Como en la policlínica de La Tablada, en el Caif de ese mismo barrio, en el Cementerio la mayor parte del tiempo, en el zoológico, y por todos lados…Allá en la chacra municipal, en el barrio Víctor Lima…

-¿Y le ha tocado trabajar en Nochebuena y fin de año?

Sí, sí, todos los años. Después, los últimos años fue que hicieron que nos pusiéramos de acuerdo con el compañero que teníamos, por ejemplo si yo entraba a las 11 de la noche del 24, iba una hora antes, iba a las 10, así él se iba un poco antes, y el 31 hacíamos al revés, además los últimos años trabajaba un feriado uno y el otro feriado el otro. Eso para que uno tuviera libre el 25 de diciembre y el otro el 1° de enero.

-¿Cómo es estar trabajando en esas noches?

Y no es muy lindo, ¿no?… (piensa)…Por los ladrones principalmente. En el zoológico por ejemplo era cuestión de todos los días…Para peor teníamos todos los animales comestibles allá abajo, estaban los carpinchos, los pavos… Esas fechas, 24 y 31 de diciembre, y además los días de lluvia eran los peores para tener que lidiar con ladrones, porque estaba todo más quieto, más tranquilo. Eran las noches donde había que estar más atentos, sabías que tenías que andar en la vuelta porque alguno siempre aprovechaba para entrar. Pero es como todo, cuestión de acostumbrarse. Las primeras veces entra la nostalgia de estar solo, porque el sereno siempre está solo, sea el tamaño que sea del predio es uno solo, muy difícil que pongan dos. Pero después uno se acostumbra.

-¿Y qué era lo especial de esas noches?

Eso que decía, de encontrar alguno que fuera a robar; por lo demás, eran noches comunes, salvo que mirás las luces, los cohetes y uno está solo ahí, por eso decía que entraba la nostalgia por estar solo.

-¿Llevaba algo especial para comer o beber?

No, ya cuando me iba de acá de casa ya había cenado.

-¿Y había vecinos que se acercaban a saludarlo o a invitarlo con algo por ejemplo?

No, nadie se arrima, ninguno, en ningún lado. Al contrario, están buscando no verlo un momento para llamar a la Intendencia y al otro día uno se encuentra con una queja en la oficina como que no estaba y llegaba la amonestación.

-Ser sereno de un cementerio es una cuestión casi de leyenda, ¿no?

Sí, ir a trabajar al cementerio era como el castigo de todos los serenos, cuando se hacía la guardia en la piecita aquella por calle Treinta y Tres. Cuando uno se mandaba una macana o tenía muchas amonestaciones juntas lo mandaban para el cementerio. Cuando me mandaron para allá estuve quince días sentado al lado de la reja que daba para Treinta y Tres, en pleno invierno sentado ahí en una silla plegable. Justo el compañero que tenía estaba de licencia, cuando volvió le dije: voy a renunciar a la Intendencia, hace quince días que estoy en el frío ahí sentado. “No, no renuncies -me dijo-, yo te voy a enseñar”. Él hacía como ocho años que estaba ahí. Entonces me empezó a sacar, porque yo en esos quince días no había recorrido nunca el cementerio; me empezó a sacar y a mostrar el ruido de los pinos con el viento cuando chifla, las puertas de los panteones que dejan abiertas y se golpean con el viento, las comadrejas, las palomas, las ratas…Cada cosa tiene su explicación. Entonces después que me enseñó era una viña aquello, me recorría todo el cementerio solo. Lo bravo mismo, que a eso no me acostumbré nunca es que, como por calle Sarandí era abierto, por ahí entraban “macumberos”…Había una mujer que iba a la Cruz Mayor, venía por la calle del medio, que era una boca de lobo, y yo miraba aquella mujer vestida de blanco arrodillada al lado de la cruz, y todo oscuro, y tenía el pelo platinado, verla así arrodillada con el reflejo de una luz… ay ay ay…Y no había manera de acostumbrarse, iba allí y le decía: Señora, tiene que retirarse. Pero la mujer no me hablaba, ni me miraba siquiera, seguía concentrada en lo que estaba haciendo, después se levantaba y se iba. Otra anécdota le voy a contar…

-A ver…

Estábamos dos municipales y un policía armado. Un municipal se quedaba en la piecita a cuidar el frente y el otro municipal salía a recorrer con el policía. Menos la parte vieja, que estaba cerrada con candado, todo lo demás había que recorrer, la morgue, todo…No me acuerdo cómo se llamaba el otro municipal y el policía era un muchacho bien jovencito. Allí en la calle que va para abajo, que bordea los pinos, ellos en vez de ir por el camino, fueron por la parte de los árboles y los pinos mismo, y en eso se le cae un pichón de comadreja en la espalda al policía. Agarró un embalaje corriendo ese muchacho para el lado de calle Sarandí que no lo paraba nadie, y allá tuvo que agarrar de vuelta para atrás, porque el portón estaba cerrado; entonces tuvo que agarrar de vuelta para arriba, agarró la mochila y se fue y no apareció nunca más…(risas).

*Fabricio Pimentel, Bombero: “es un sacrificio por el bien de aquel que lo necesite”

Al momento de redactar este informe, no podría faltar la palabra de un Bombero, para cuya actividad no existe día ni horario libre. Es así que EL PUEBLO conversó con Fabricio Paul Pimentel Da Rosa, quien se desempeña desde hace unos quince años en la Dirección Nacional de Bomberos. “Soy chofer combatiente, chofer de vehículos livianos y combatiente”, explica al presentarse.

Cuenta luego que “he estado trabajando en varias oportunidades tanto en 24 como en 31 de diciembre a la noche”, y sobre lo que ello significa razona: ”Son horas que uno sacrifica de no estar con los seres queridos, pero sabés que es un sacrificio por el bien de aquel que lo necesite y obviamente que cuando suena la campana, que es como le decimos en nuestra jerga, salimos a hacer lo mejor posible y no medimos ni credo, ni color, ni religión, ni etnia racial, nada… Y hay mucha adrenalina, eso sobre todas las cosas, que es un potenciador”. Luego comenta que “cuando se hacen guardias de 24 horas en instituciones como esta, se trata que te toque una de esas fechas de guardia y se te libere la próxima, te puede tocar el 24 de guardia y libre el 31, o al revés, así es como se trata de organizar la guardia para que el funcionario pueda pasar al menos una fiesta con la familia”.

AQUEL INCENDIO EN EL SUPERMERCADO…

Pero nada mejor para conocer lo que se vive -o se puede llegar vivir- al estar trabajando en ese tipo de fechas, que escuchar algunas de las anécdotas que cuenta Fabricio Pimentel. Y las cuenta con una euforia tal, como si las estuviera viviendo nuevamente.

Entre ellas, destaca una que ocurrió hace nueve años, que le quedó muy grabada por las dimensiones del incendio (y por ende el esfuerzo que implicó para el cuerpo de Bomberos) y por la trascendencia que tuvo en noticieros de todo el país: el incendio del supermercado Tata, en la navidad del año 2013. Así lo narraba:

“Tengo muy presente lo que pasó acá en un supermercado del centro, en un caso muy recordado por todos los salteños y en realidad a nivel país, porque tuvo gran trascendencia. Era un 24 de diciembre, como todos los días se hizo el cambio de choferes, el cambio de guardia. En las primeras horas de la mañana, por el intenso calor que había sobre Salto, ya empezamos con las salidas por incendios de pasto, lo que nosotros decimos incendios de campo, no con grandes áreas afectadas pero sí con varias intervenciones durante el correr de la mañana y el correr de la tarde.

Esto continuó en horarios nocturnos y pasando las 12 de la noche, o sea la hora 0, ya pasando para el día 25, Navidad, surge un llamado por parte de la mesa de radiollamada de Jefatura, que nos pasan las intersecciones (Soca y 19 de Abril) de donde se veía salir humo intenso desde ese local.

Entonces se trabajó con tres dotaciones en el lugar, se pidió apoyo a Bomberos de Paysandú, se estuvo trabajando mucho tiempo, yo prácticamente seguí trabajando hasta la 1.30 del día 25. Hicimos un centro de operaciones en el estacionamiento de ese lugar, debido al equipo que carga nuestro cilindro con aire clasificado clase A, con el cual nosotros podemos respirar en atmósferas contaminadas por gases y productos de la combustión, o sea del fuego. Se montó una mini sala para operar desde ahí y me acuerdo que estuve trabajando hasta que se consiguió relevo, porque estuvimos trabajando con bomberos voluntarios.

Recuerdo que las pérdidas fueron casi totales pero cabe destacar que no hubo lesionados, no hubo personas que fueran intoxicadas por monóxido de carbono ni como producto de la magnitud del incendio.

El 25, cuando llegué a mi domicilio ya estaba todo prácticamente encaminado y pude estar con la familia. Claro que me perdí parte del 25 en realidad, porque cuando llegué saludé a mi familia que estaba en casa y a familiares que habían llegado desde el exterior, me duché y ahí recién pude comer algo. Estaba muy cansado, debido al trajín del día y para cerrar la guardia se dio ese incendio de gran magnitud, como lo denominamos nosotros. Tuve que acostarme a descansar un rato y a la noche ya había pasado el 25”.

*Ítalo Zabala, Taxista “Este es un servicio que brindamos a la sociedad”

Pasada la medianoche de las tradicionales fiestas, sea en navidad o en año nuevo, se ven pasar taxis por todas las calles enfilando paulatinamente al mismo rumbo, primero llevando al baile o a la fiesta a las personas que han decidido responsablemente no manejar esa noche su propio vehículo para así poder disfrutar de la velada. Y luego, ya con las primeras luces del amanecer, llevando de vuelta a las mismas personas, quizás con algún agregado de última hora, a su hogar, sanas y salvas. Como sea, es un trabajo de toda hora y que aleja a los taxistas de las familias en fechas especiales, como las que estamos viviendo en estos días. Ítalo Zabala es taxista hace 32 años, hoy se lo encuentra en la parada de calle Treinta y Tres casi Uruguay, y conversó gustoso con EL PUEBLO para este Informe de su vasta experiencia.

– ¿Cuántos años trabajando de tachero?

– Llevo 32 años arriba de un taxi donde he vivido cosas lindas, cosas feas, feliz, alegre.

– ¿Le ha tocado estar de turno en alguna fecha de las tradicionales fiestas de fin de año?

– Cuando me inicié como chofer de taxi, trabajaba todos los días, permanentemente. Este es un servicio que brindamos a la sociedad. Lógicamente que recibimos una retribución que nos tienta, pero pasaron los años y el cuerpo se va desgastando y además, la familia te requiere, entonces hay veces que uno hace un parate. Pero es un lindo trabajo tratar con la gente, es algo que a mí en lo personal me agrada mucho. Y contestando a tu pregunta, sí he trabajado con calor, lluvia, frío…

– Pero en las fiestas, ¿hay como un sentimiento particular por tener que trabajar pudiendo estar con la familia?

– Y sí, pero la familia lo comprende y eso es bueno, cuando la familia que te rodea te apoya porque sabe que son momentos en que uno marca una diferencia, entonces te entiende. Pero también uno se hace su tiempito para compartir con ellos.

– En base a su experiencia y de lo que conversa con sus colegas, ¿salen muchos o pocos viajes en esas noches de navidad o de año nuevo?

– Viví momentos en que uno no paraba en toda la noche porque la gente andaba en la calle pidiéndote taxi. Hoy por hoy se usa mucho la telefonía, así que hoy se trabaja de otra manera, pero siempre salen viajes.

– ¿Alguna anécdota que haya perdurado de esos turnos especiales arriba del taxi?

– Si, siempre queda algo de gente que sale a divertirse, sale disfrazada, gente que se pasa en las copas, pero siempre en un tono bien y cordial porque salen a festejar, entonces uno entiende esa parte y bromea también porque a su vez haciendo un trabajo uno se divierte con esa gente.

– Aparte ese servicio que ustedes prestan ayuda a que la gente justamente pueda divertirse tomando alcohol y no manejar, para eso llama al taxi.

– Seguro, eso está bueno. Incluso para nosotros, después de la ley sobre el alcohol en lo personal, si bien nunca fui un bebedor, me hizo muy bien en el sentido que a partir de ahí jamás probé alcohol, por la responsabilidad del manejo del taxi. Y con el servicio que brindamos, la gente puede divertirse sanamente. Hemos hecho traslados de gente que se ha sentido mal, y la hemos tenido que llevar a la Emergencia por los famosos excesos que suelen aparecer en esas noches.

– ¿Se ven muchos taxis truchos en esas noches?

– No solo en las fiestas. Tocaste un punto que es una problemática de muchos años. En eso quiero felicitar el trabajo que hizo en su momento el entonces Intendente (Ramón) Fonticiella, que le atracó al tema, quiso combatirlo, pero terminó su período. Germán (Coutinho) hizo algo, pero lamentablemente este Intendente no hace nada, los apoya.

– ¿Qué mensaje podría dejar a los clientes de los taxis en estas fechas?

– Que tengan un buen año, de parte mía les agradezco siempre tener en cuenta al servicio del taxímetro porque somos obreros, somos salteños y estamos para brindar un servicio dando nuestra imagen, nuestra cara. No somos cualquiera que anda detrás de un auto haciendo viajes.

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ALBISU Intendente - Lista 7001 - COALICIÓN SALTO