El mundo de las relaciones laborales ha cambiado sustancialmente en los últimos 12 años. Desde que se conformó el nuevo escenario político hoy vigente, el parlamento ha elaborado leyes que han sido emblemáticas para “equilibrar la

balanza” y reposicionar a los trabajadores, trayendo del olvido a los Consejos de Salarios como herramienta básica de negociación y restaurándolos al principio con más fuerza que ahora.
Pero las leyes más emblemáticas que se han legislado, como el caso de la Nº 17.940 que promueve y protege la libertad sindical, no siempre se cumple y eso hace que haya problemas graves, porque el poder de los sindicatos puede generar conflictos duros y duraderos.
La clave está en saber hasta dónde equilibrar las negociaciones sin que una de las partes se vea perjudicada por los resultados de las mismas. El sector empresarial entiende que esa ley, es negativa para el relacionamiento con los empleados, porque los sindicatos tienden a querer incendiar la pradera y generar reclamaciones que terminan en conflictos que muchas veces los empleadores no pueden controlar, debido a que están legalmente incapacitados de tomar medidas sancionatorias o lisa y llanamente decretar un despido, como ocurrió antes de la existencia de esta ley, porque la norma impide el descabezamiento de la organización sindical en los lugares de trabajo y promueve la existencia de los mismos como ámbito representativo de los derechos de los trabajadores.
Todo esto, ha generado poder para los sindicatos y como consecuencia, encono para los empresarios, lo que ha precipitado una conflictividad sindical bastante compleja y es a la que estamos asistiendo en la actualidad, que ha llevado a que retrocedieran las conquistas sociales y a que la situación laboral hoy sea, atada siempre a las coyunturas económicas, mantener lo conseguido hasta ahora sin reclamar más, hasta que la situación mejore y el país muestre otros números.
Aunque esto signifique retroceso, porque los trabajadores siguen ganando en comparación con años anteriores el mismo sueldo y han tenido algunos ajustes en función de la inflación sin que eso signifique aumento. El derecho laboral prevé siempre negociación sin pérdida de derechos para los trabajadores a los que sigue exponiendo como la parte débil de la relación laboral, pero la legislación ha causado que muchas veces esa posición se transfiera y en este caso, sean los empleadores los que se sientan débiles ante el nuevo escenario jurídico, algo que para el juslaboralismo sigue siendo inadmisibile.