back to top
miércoles, 11 de junio de 2025
12.2 C
Salto

Graciela y Gennaro: el amor que florece después del dolor

- espacio publicitario -
Diario EL PUEBLO digital
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/rag2

La historia de vida de hoy tiene como protagonista a Graciela Acosta, mamá de Charly Cabrera y abuela de Gennaro, un niño que logró sobrevivir a una tragedia familiar que marcó para siempre a esta familia salteña.

Graciela es ama de casa. Así se define hoy, con serenidad, tras todo lo vivido. Antes del 26 de enero de 2024, también trabajaba como empleada doméstica y se dedicaba con amor y entrega a su familia. Era, como ella misma dice, una persona común.

Pero ese día, su mundo cambió para siempre.

- espacio publicitario -ASISPER

“Estábamos saliendo de cuidar a mi otro hijo, que había tenido un ACV, cuando nos llamaron por teléfono”, cuenta Graciela. “Nos preguntaron si sabíamos lo que había pasado con los chicos. Yo no sabía nada. Primero nos dijeron que habían tenido un pequeño inconveniente… después que el auto se había incendiado. Entonces empezamos a llamar a todos y volvimos al hospital. Ahí supe que se había producido un accidente grave. Móviles del centro médico y ambulancias ya estaban buscándolos. Fue entonces cuando nos llevamos la sorpresa más dolorosa de nuestras vidas”.

El siniestro dejó un único sobreviviente: Gennaro, su nieto. Su hermanita murió en el lugar. Los padres, Charly y su pareja, fueron trasladados de urgencia, pero las heridas eran demasiado graves. La madre sobrevivió seis días; el padre, quince.

- espacio publicitario -UNICEF

“Charly jugaba al fútbol en Ceibal, pasó por varios cuadros. Era obrero de CUJÓ, muy querido por todos”, recuerda Graciela.

Desde ese momento, la vida de Graciela giró en torno a su nieto. Estuvo con él desde el primer minuto. “Fuimos al sepelio de mi nieta y al otro día, a las 14:00, nos dieron el diagnóstico: nos dijeron que nos despidiéramos porque Gennaro no iba a llegar. Lo llevaron en avión, pero nosotros estuvimos con él desde el momento cero, hasta que lo trajeron de nuevo”.

Hoy, Gennaro tiene una vida llena de actividad y cariño. “Es un niño alegre, común y corriente. Tiene muchos amigos, va a cumpleaños, juega. Desde las 8:00 hasta las 22:00 está en movimiento: fisioterapia, psicólogo, psiquiatra, gimnasio dos veces por semana, natación tres veces, fútbol, escuela… Hace de todo”.

Graciela asegura que su nieto sabe todo lo ocurrido. “De repente estamos sentados y saca el tema. Lo hablamos. Nunca se le miente. Con todo lo que vivió, no se le puede mentir. Sabe dónde están sus padres y, dentro de todo, pienso que es un niño feliz”.

Gennaro está por cumplir 9 años, y sus abuelos tienen grandes esperanzas para su futuro. “Sueño con que sea un hombre de bien, con estudios. Le damos todo para eso. Es muy inteligente, muy activo. Todo lo que se propone, lo cumple. Él es el pilar de mi vida y la de sus otros abuelos. Está contenido por todos”.

Graciela no deja de agradecer el apoyo que recibió de toda la comunidad. “Estamos muy agradecidos con Salto y también con otros departamentos del país que estuvieron a disposición. El día que trajimos a Gennaro fue impresionante. En cada departamento había gente con banderas que lo saludaba. Él había pedido que los amigos del padre le hicieran una caravana… y se la cumplieron”.

Una persona muy especial en este proceso ha sido Alfonsina Maldonado, madrina de Gennaro. “Es una excelente persona, él la adora. Fuimos con ella a Montevideo a hacer un documental. Tiene un libro en el que habla de un samurái: ese samurái es Gennaro. Alfonsina lo ha llevado a la escuela, a natación. Lo ha acompañado en todo. Y Gennaro es un niño que absorbe todo. Desde pequeño fue como una persona adulta. Es un niño muy bueno”.

Cuando se le pregunta quién es hoy Graciela, tras el accidente, responde con fuerza: “Sigo siendo la misma, pero con mucha más coraza. Cada día pongo más fuerza, más ganas. Porque quiero dejar este mundo viendo a Gennaro grande, sabiendo defenderse en la vida. Y sé que lo va a lograr. Su abuelo y yo estamos siempre con él, y esperamos que, a pesar de todo, la esté pasando bien, rodeado de amor”.

Antes de cerrar, Graciela lanza un último mensaje: “Quiero agradecerle a todo Salto, a cada persona que colaboró, a todos los que estuvieron presentes, a nuestra familia, a la gente de Ceibal y al barrio. Gracias de corazón”.

Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/rag2
- espacio publicitario -Bloom