En una emotiva y hermosa ceremonia al aire libre se realizó el casamiento de Franco Enrique Balatti Da Rosa y Andrea Claudia Pinto Machiavello, siendo acompañados por el grupo más allegado de familiares y amistades.
En el parque de Paseo Alemán se dispuso un gazebo cubriendo la mesa del despacho del Juez donde la pareja y sus testigos firmaron dejando establecido el compromiso matrimonial.
Este sitio fue decorado con destacados arreglos florales altos compuestos de rosas y liliums rosados y blancos, unidos a flores ilusión con algo de follaje matizado, se les sumaban piezas de gasas blancas que se movían con la brisa del atardecer. Los invitados se ubicaron a ambos lados del camino en cómodas sillas vestidas de blanco y cintas rosa pálido, unían las filas piezas de gasa igual a la del vestido retomadas con ramitos de mini claveles e ilusión.
Con los acordes de la marcha nupcial del brazo de su papá Juan Mario Pinto llegó la novia, vistió modelo de gasa cristal blanco, corsage straples revestido de organza bordada en hilos plateados y de seda, amplia falda con sobrefaldas retomadas en ambos costados con piezas de igual tela bordada, en su peinado lució tiara de strass y el ramo de novia lo constituían rosas rosadas e ilusión naturales.
Fue recibida por el novio y su mamá Mónica da Rosa, lució tailleur gris estampado con diseños rosados. Los restantes padres estaban sentados en los primeros asientos, fueron ellos Roberto Balatti y Susana Machiavello de Pinto, muy elegante lució conjunto de falda y chaqueta de color rosa viejo, señala el talle faja lila.
El Juez Juan Beriau recibió las firmas de los testigos por ambos contrayentes: Rodrigo Balatti Da Rosa, Alejandra Balatti Da Rosa y Jimena Balatti Da Rosa, Dahiana Pinto Machiavello y Daniela Gallino.
Posteriormente con una brindis fue celebrado el acontecimiento, para comodidad de los invitados se tendieron dos largas mesas con bocados fríos y calientes, ambas fueron decoradas con destacados arreglos florales, uno con frutas y hortalizas de estación unidas a flores de aves de paraíso, y en la otra arreglo alto de rosas rosadas y liliums blancos con algo de follaje y velones, posteriormente en esta mesa tendida con fino mantel bordado de tradición en la familia se depositó la torta de bodas de tres pisos unidos por escaleras y bellamente decoradas con rositas de azúcar para culminar con la parejita de novios, entre ellas estaba la fuente destilando champagne. Los invitados se ubicaron en torno mesas dispuestas con mantelería blanco, lucían al medio transparencias con gemas hidratadas y claveles de colores. A todo esto daba marco al festejo suaves melodías escogidas, Antes de efectuar el brindis por la felicidad del nuevo hogar se pasaron secuencias de fotos desde pequeños, con sus familiares y amigos, hasta las actuales de novios. La feliz pareja recibió finos y prácticos obsequios que pasaron alhajar el nuevo hogar, en su luna de miel viajaron a Camboriú (Brasil).
