Una muestra de su estilo y pensamiento
Días pasados, tras un paro cardíaco, falleció en Montevideo a los 48 años de edad, el periodista y escritor Gustavo Escanlar. Había nacido el 18 de mayo de 1962 y se destacó como crítico literario, periodista especializado en asuntos culturales y escritor. Entre sus libros figuran: «Oda al niño prostituto» (cuentos, 1993), «No es falta de cariño» (cuentos, 1997), «Estokolmo» (novela, 1998), «Crónica roja» (investigación periodística, 2001), y otros. Como periodista, se caracterizó por su tono polémico. Actualmente trabajaba en el semanario «Búsqueda», era columnista de «Montevideo Portal», y trabajó en varios programas de televisión entre ellos Zona Urbana y Bendita TV. En su trayectoria periodística fue parte de los siguientes medios: «Aquí», «Cuadernos de Marcha», «Relaciones», «Lea», «El Día», «El País», «Punto y aparte» y «Tres» (revista en la que fue editor de Cultura). Se desempeñó como docente en la Universidad ORT, a cargo de los cursos de Redacción.
En el mes de setiembre, Escanlar publicó en «Búsqueda» una nota de opinión sobre el conflicto entre Julio Bocca y los gremialistas del Sodre. Titulada «Bocca inadecuado», la nota es un ejemplo claro del estilo polémico, con una gran pizca de ironía, que caracterizó al periodista. Es quizás la última nota fuertemente polémica que escribió. Se trata de una opinión valiente y sumamente disfrutable de leer más allá de compartirla o no (nosotros sí la compartimos). En su recuerdo, la transcribimos para los lectores de EL PUEBLO: Bocca inadecuado
La medida más acertada de este gobierno, la más sabia, la más importante, la más valiosa, fue la de haber puesto frente al ballet del Sobre a Julio Bocca. Es lo que se debería hacer en todos los ámbitos: poner al mejor, venga de donde venga, sea quien sea, cueste lo que cueste. En la televisión, en el fútbol, en el teatro, en la música. Aunque costara muchísimo dinero -que no es el caso- en el fondo este tipo de contrataciones terminan siendo una inversión. Por lo que enseñan, por lo que se aprende de ellos, por la forma que tienen de dar vuelta las cabezas. Se aprende sólo con verlos trabajar, moverse, hablar. Se necesitan uno, diez, mil Julios Boccas al frente de las reparticiones culturales públicas y privadas. Y además, Bocca convoca sponsors, y espectadores.
¿Cuánta gente fue a ver el ballet del Sodre en los últimos diez años? Seguramente menos de los que fueron a verlo en las once históricas funciones que dio Giselle, que sigue de gira por el interior. Es el espectáculo de ballet más visto en la historia nacional.
Pero claro, nada es perfecto. Mucho menos en Uruguay. El 26 de Agosto, una medida gremial dejó a los espectadores sin Giselle. Se suspendió por paro. Bocca quería hacer la función aún en contra de la disposición de los sindicalistas. Pero, a pedido de la directiva del Sodre que no quiso agitar las aguas, la función se suspendió. Después, Bocca anunció: «Esa fue la primera y la última vez. Si cancelo otra vez es porque el teatro se vino abajo. Si no, hago la función como sea. Y si no, me retiro a casa muy tranquilamente».
O sea: el tipo no está para pavadas. Y pensó lo que piensa casi todo el mundo: que se pueden tomar medidas gremiales y sindicales sin afectar a los espectadores. Tan fácil como eso. O tan difícil, tratándose de Uruguay. Para los gremialistas del Sodre, los dichos de Bocca fueron prácticamente una declaración de guerra. Joselo López se hizo el vivillo en «El Observador». Con la impunidad que lo caracteriza, preguntó, con esa semisonrisa reservada a los ganadores cuando se ponen babosos: «¿Quién? ¿Julio Bocca? ¿Y no baila Julio Bocca?». Si COFE entregara un premio al tarado del mes, se lo llevaría Joselo López por estas declaraciones.
Por otro lado, el delegado de la mesa directiva de la Afusodre, Atilio Púa, un apellido que viene al caso cuando hablamos de uruguayez, dijo en «El País» que «si Bocca sigue opinando lo mismo quizás no es la persona adecuada para este país».
¿Ves? ¿Ves? Hay que reconocérselo, ahí tiene razón Púa: viendo la entidad y la consistencia de este sindicalismo queda clarísimo que Bocca no es la persona adecuada para este país.
¿Alguien que se interese por la excelencia y no por las prebendas? Está claro que no es la persona adecuada para este país. ¿Alguien que no pregunte donde nació alguien sino qué tan bueno es? Está claro que no es la persona adecuada para este país.
¿Alguien que quiera trabajar? Está clarísimo: no es la persona adecuada para este país.
¿Alguien que haga trabajar a los demás? Como bien dijo Púa: No es la persona adecuada para este país. ¿Alguien que respete la opinión ajena pero que pide también se respete la propia? Obviamente no es la persona adecuada para este país. ¿Alguien que sea un número uno, que esté en lugares privilegiados del arte a nivel internacional? Pero claro que no es la persona adecuada para este país. ¿Alguien que convoque espectadores y sponsors, que lleve gente, que haga espectáculos de primer nivel? ¡¡¡Pero no, no señores… esa no es la persona adecuada para este país!!!!
¿Alguien disciplinado y que imponga disciplina? No es la persona adecuada para este país. ¿Un creativo? No es la persona adecuada para este país. Desde esta humilde columna agradecemos la honestidad brutal de los López y los Púa. Esas sí son las personas adecuadas para este país.
Ellos, que dan más importancia a sus privilegios que a cualquier otra cosa, ellos sí son las personas adecuadas para este país. Ellos, que siempre quieren trabajar menos sin dejar de ganar más, ellos sí que son las personas adecuadas para este país.
Ellos, que se cagan en las consecuencias de sus actos y sus paros, ellos sí son las personas adecuadas para este país.
Ellos, que catalogan de carneros a los que no piensan como ellos, ellos sí son las personas adecuadas para este país. Ellos, que toman como rehenes al resto de sus compatriotas, que les chupan la sangre, que no largan una sola de sus prebendas, ellos sí son las personas adecuadas para este país.
Inadecuados son los Bocca y los Forlán, que juegan para ganar. Adecuados son los Tabárez y los Keosseián, que sacan a Corujo y ponen a Darío Rodríguez para mantener el empatecito.
Tan adecuado como sería sacar a Julio Bocca y poner a Abigail, que es militante y compañera y los días de paro no va a andar con pavadas.