Por Nicolás Caiazzo.
Los Juegos Olímpicos de Tokio tuvieron un costo final de 1,42 billones de yenes (12.310 millones
de euros), una cantidad que se disparó desde el presupuesto inicial planteado por los
organizadores debido principalmente al impacto de la pandemia.

La cifra oficial del costo de Tokio 2020 fue anunciada en la última reunión de la junta directiva de
su comité organizador antes de su disolución, celebrada este martes en la capital nipona.
El presupuesto final incluye los gastos derivados del aplazamiento de los Juegos desde su fecha
inicialmente prevista, el verano de 2020, hasta un año más tarde debido al estallido de la
pandemia de coronavirus, así como de las medidas sanitarias anticontagios.
Los Juegos de Tokio se celebraron en un formato burbuja que supuso restricciones sin precedentes
para atletas y otros participantes, como equipos técnicos, representantes de comités nacionales o
periodistas, y sin público en las gradas por decisión de las autoridades niponas.
“Nadie había experimentado antes unos Juegos de este tipo, ni organizadores ni el Comité
Olímpico Internacional”, destacó este martes la presidenta del comité organizador, Seiko
Hashimoto, en rueda de prensa.
Hashimoto también subrayó que los Juegos “no podrían haberse celebrado” de no ser por las
“difíciles decisiones y esfuerzos combinados” que tuvieron que asumir los organizadores, entre las
que mencionó las restricciones fronterizas, las medidas para proteger la salud de los atletas y los
ciudadanos o la ausencia de espectadores en las gradas.
Japón afrontó antes de la celebración de los Juegos una oleada de contagios de covid-19 que llevó
a los organizadores y al Ejecutivo nipón a cuestionarse la viabilidad de los mismos por el riesgo de
contagios entre atletas o de provocar una circulación del virus aún mayor entre la población local,
así como por el incremento presupuestario que acarreaban.
La versión anterior del presupuesto, del pasado diciembre, se situaba en 13.600 millones de
dólares (12.872 millones de euros), e incluía ya una estimación de los costes extra derivados de
reprogramar el evento.
La ligera rebaja respecto a esa estimación previa se logró gracias a las medidas de ahorro y
simplificación aplicadas por los organizadores, como reducir el número de participantes
extranjeros -sin contar a los deportistas- y eventos dedicados a los mismos o recortes en las sedes
deportivas y otras instalaciones.
Del costo final de los Juegos, la mayor parte la aportaron el Ejecutivo central y el Gobierno de
Tokio, mientras que el COI inyectó unos 800 millones de dólares (757 millones de euros) y los
patrocinadores contribuyeron con unos 3.900 millones de dólares (3.692 millones de euros).
Japón había calculado el costo de los Juegos en unos 7.000 millones de dólares (6.625 millones de
euros) en 2013, cuando la candidatura tokiota fue elegida como sede olímpica para 2020 por
delante de las otras aspirantes, Madrid y Estambul.
La presidenta del comité organizador expresó su esperanza en que pese a todas las dificultades
que afrontó Tokio 2020, estos Juegos sean recordados en el futuro “por su contribución para
lograr una sociedad más sostenible, más armoniosa, más diversa y más inclusiva”.
También confió en que la experiencia de Tokio a la hora de lidiar con circunstancias excepcionales
como una crisis sanitaria global “sea de utilidad para otras sedes olímpicas” en el futuro, así como
para hacer que los Juegos “sean más sostenibles”.