Decenas de bomberos consiguieron controlar este jueves el incendio de grandes proporciones que destruyó parte de un galpón de la Cinemateca de Sao Paulo, que alberga al menos cuatro toneladas de materiales sobre la historia del cine mundial y de Brasil.
Una quincena de vehículos de los Cuerpos de Bomberos se desplazó al barrio Vila Leopoldina, en la zona oeste de la capital paulista, y cerca de 70 efectivos lograron esta noche controlar el fuego, que comenzó hacia las 18.04 hora local (21.04 GMT) cuando técnicos realizaban un mantenimiento del aire acondicionado.
Según explicó el portavoz de los bomberos, mayor Marcos Palumbo, las llamas se propagaron rápidamente debido a los materiales altamente inflamables almacenados en el local, como cintas cinematográficas, fotografías o copias de películas.
«Cuando llegamos, el fuego desafortunadamente ya había extendido, porque allí tenemos libros, discos, cintas, una serie de materiales que se incendian», dijo el portavoz a la cadena televisiva Globo News.
El galpón, que es un local de almacenamiento de algunos materiales pero no es la sede central de la Cinemateca, alberga al menos 2.000 copias de películas y cuatro toneladas de material de documentación de la historia del cine, según los cálculos de fuentes del sector.
De acuerdo con Palumbo, el fuerte incendio se propagó por un edificio que cuenta con unos 1.000 metros cuadrados, aunque todo el complejo tiene cerca de 9.000 metros cuadrados.
En declaraciones a los periodistas, la capitana de bomberos Karina Paula Moreira informó que el incendio fue «controlado» cerca de dos horas después aunque no fue «totalmente erradicado».
Explicó además que el fuego tuvo inicio en una sala de acervo histórico de películas ubicada en la primera planta del edificio y alcanzó tres salas, aunque la planta baja no fue afectada.
Las llamas no dejaron heridos y por el momento se desconoce la extensión de los daños materiales que provocaron.
«Estamos averiguando qué fue quemado y qué fue preservado en el interior de esas tres salas, probablemente nada. Pero en la planta baja hay una gran parte del acervo histórico que no fue alcanzada», resaltó la capitana.
«TRAGEDIA ANUNCIADA» EN EL MAYOR ACERVO DE SURAMÉRICA
El incendio fue lamentado por sectores políticos, culturales y civiles de Brasil, que criticaron la «tragedia anunciada» que amenazaba al mayor acervo audiovisual de Suramérica, con cerca de 250.000 rollos de filmes y un millón de documentos.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, afirmó en sus redes sociales que las llamas son «un crimen contra la cultura del país».
«El desprecio por el arte y por la memoria termina así: con la muerte gradual de la cultura nacional», escribió en su Twitter.
Hace unos días, la Fiscalía alertó al Gobierno brasileño por el riesgo de incendios en la Cinemateca y, el año pasado, llegó a entrar con una acción en la Justicia contra el abandono por parte de la administración pública y falta de contrato para la gestión de la institución, sumergida en una grave crisis financiera.
«Cuando entregamos la Cinemateca al Gobierno, en agosto del año pasado, llegué a declarar a la Fiscalía que (…) era un tragedia anunciada», dijo a Globo News el director de la exgestora de la entidad Francisco Campera.
La cultura brasileña volvió a sufrir un duro revés después de que las llamas calcinaran una parte de la Cinemateca de Sao Paulo, la cual reúne el mayor archivo cinematográfico de Suramérica.
El fuego se propagó la noche del jueves por uno de los depósitos de la institución, la cual alberga una parte de la historia cinematográfica de Brasil, y volvió a poner de manifiesto el abandono sufrido por la cultura en los últimos años.
El mundo del cine lamentó las pérdidas ocasionada por el incendio, originado durante una manutención de aire acondicionado, y atribuyó el accidente a la «omisión» por parte del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, responsable por la gestión de la institución.
«Ya se sabía que esto podía ocurrir por la omisión del Gobierno federal en la gestión de la Cinemateca. Esto es crimen», afirmó en sus redes sociales la actriz y directora brasileña Bárbara Paz.
Además de decenas de actores y directores, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, uno de los principales rivales políticos de Bolsonaro en el campo conservador, también levantó la voz y afirmó que el suceso es el resultado del «desprecio por el arte y la memoria de Brasil».
«La muerte gradual de la cultura nacional», recalcó.
Y es que el incendio de la cinemateca se suma a una larga lista de instituciones y entidades culturales que han sido blanco de las llamas en Brasil, donde los recortes presupuestarios en el área de Cultura se han intensificado en los últimos años.
En 2018, un incendio de grandes proporciones devoró el Museo Nacional de Río de Janeiro, el más antiguo del país y que albergaba unos 20 millones de piezas que datan de diferentes periodos, entre documentos históricos, decenas de huesos de dinosaurios, momias, animales disecados y los restos óseos de Luzia, la mujer más antigua de Suramérica.
En 2015, las llamas consumieron el Museo de la Lengua Portuguesa, situado en la «Estação da Luz» de Sao Paulo y que paradójicamente este sábado reabrirá de nuevo sus puertas después de casi seis años de trabajos de reconstrucción.
El propio incendio de la cinemateca pareció ser un «déjà vu». El fuego ya calcinó en 2016 cerca de 300 películas en el edificio central de la institución, corroída por la mayor crisis de su historia y un continúo recorte de recursos.
«UN CRIMEN ANUNCIADO»
La Fiscalía alertó recientemente al Gobierno de los posibles riesgos que enfrentaba la cinemateca, responsable por guardar la memoria audiovisual del país, y llegó a abrir el año pasado un proceso de «abandono» contra el Ejecutivo después de que no renovó el contrato con la organización que gestionaba la institución.
Los funcionarios del centro publicaron este viernes un manifiesto en el que consideraron que el incendio registrado la víspera es un «crimen anunciado» y supone la «pérdida» de una parte «de la historia brasileña».
«Nuestra historia viene siendo continuamente extirpada, como un proyecto. Infelizmente, perdimos una parte más del patrimonio histórico-cultural brasileño», resalta el documento.
El secretario especial de Cultura de Brasil, Mario Frías, por su parte, atribuyó el deterioro de la cinemateca a las anteriores gestiones, que, a su juicio, emplearon «dinero público de la cultura para comprar apoyo político de la elite artística».
«Estamos intentando, con mucha dedicación y esfuerzo, estructurar esos equipos, pero no se construye en un año lo que fue destruido en décadas», resaltó hoy Frías en sus redes sociales.
La relación entre el sector cultural y el Gobierno ha sido tensa desde el inicio de la gestión del líder de la ultraderecha brasileña, un crítico feroz del llamado «marxismo cultural» y que rebajó el Ministerio de Cultura al estatus de Secretaría, dependiente de la cartera de Turismo.
Bolsonaro llegó a nombrar a Regina Duarte, conocida por sus papeles en famosas telenovelas, como secretaria de Cultura para «pacificar» la relación con el sector, pero la actriz abandonó el cargo meses después en medio de diversas controversias.
El mandatario llegó a proponerle como consuelo la dirección de la cinemateca, pero la considerada por muchos años como «la novia de Brasil» nunca llegó a asumir.