Dice que por los datos que le dieron «Salto es el segundo lugar del país con más delitos luego de Montevideo».
Bajo el título «Salto, la ciudad golpeada», el diario El País de Montevideo realizó un informe periodístico sobre la situación de inseguridad que se vive en nuestro departamento y que los lugareños vemos a diario.
El mismo da a conocer los hechos que ya conocemos todos y que han sido publicados en este diario, además de haber sobresalido en la prensa nacional y conmovido a la sociedad uruguaya por la ferocidad que los caracterizó.
Pero lo que llamó la atención de ese trabajo en particular fue la aparición de las autoridades departamentales reconociendo algo que hasta ahora, era parte del acervo popular y de los representantes de las organizaciones sociales, que no pertenecen a los cuadros políticos del oficialismo. Ya que cuando se hablaba de los problemas de seguridad, voces del gobierno se alzaron en las redes sociales para criticar a quienes se manifestaban.
En tal sentido, EL PUEBLO rescató los aspectos más significativos de ese informe y la visión de Salto que dan las autoridades nacionales sobre la situación de seguridad que actualmente vive el departamento.
¿PERDIMOS LA PAZ?
«Las rapiñas se dispararon, los narcos tomaron los barrios, la Policía se confiesa sorprendida y, tras un mes de marzo con cuatro muertes violentas, Salto se pregunta en qué momento perdió la paz. Aún sin explicaciones certeras, intentan frenar un fenómeno desconocido», comienza diciendo la periodista Paula Barquet que viajó a Salto para hablar con las víctimas de estos casos.
Señalan como hecho disparador de esta coyuntura a finales del año pasado, «cuando los comerciantes del Centro empezaron a percibir un malón de delincuentes tomando sus negocios», según lo que les expresó el presidente del Centro Comercial e Industrial de Salto, Nicolás SantAnna.
«Imaginate que de repente tenés una plaga de langostas: queríamos saber por qué», insiste el presidente de la gremial de comerciantes ante la situación que atraviesa el departamento con la delincuencia.
Según el informe el presidente del Centro Comercial dice que «la propia fuerza policial estaba impactada e impresionada con la delincuencia y tratando de entender lo que estaba pasando». Informaron que en Salto había unas 80 bocas de pasta base a finales del 2017 y que actualmente hay 130 detectadas y dejan entrever que seguramente haya más.
Después están las culpas al nuevo Código del Proceso Penal al que acusan de que tras su vigencia «liberaban a decenas de personas que cumplían prisión preventiva y que ahora quedarían sujetas a que el juez de su causa dictara una condena».
Bajo el subtítulo de «Marzo sangriento», narran lo vivido con el crimen de Olga Costa y del policía Fernando Farinha. A su vez, entrevistaron a Mari Márquez que el 15 de ese mes fue atacada por su pareja marido con un sacaclavos en la puerta de su casa, en el barrio Artigas.
«Ella lo había querido dejar, pero él no lo toleró. No hubo denuncia. A Mari le salvaron la vida en el Hospital de Tacuarembó, por eso hoy puede reflexionar sobre los indicios de violencia que no tomó en serio», dicen. Narran una serie de asaltos y se detienen en el diálogo con Maximiliano, el hermano del joven asesinado tras una rapiña en el Ceibal, Andrés Duarte
Si bien las cifras del Ministerio del Interior datan un aumento de los delitos entre 2016 y 2017 en Salto. En el caso de los hurtos fue leve: de 5.258 en 2016 a 5.524 el año siguiente. En el de las rapiñas el que todos sabemos, de 92 a 163. Esto es solo lo que fue denunciado.
Pero una de las cosas que anunciadas en la nota y que más llama la atención es la drasticidad con la que maneja el tema el Centro Comercial e Industrial de Salto, al que consideran «un actor clave en la dinámica de la ciudad, (que) le ha dado «apoyo total» a (jefe de Policía de Salto, Oldemar) Avero, a quien consideran «un profesional».
Nicolás SantAnna le dijo a El País «que desde la capital les han llegado dos datos: que actualmente Salto es la segunda ciudad con más delitos luego de Montevideo, y que Don Atilio, un barrio periférico de Salto, es considerado «el más peligroso» de todo el país. Pero se queja de que no hay una actitud acorde. «Nos dicen que lo que pasa es que estamos lejos», afirma, y asume que «no les quedará otra que seguir haciendo lobby».
En tanto desde la Intendencia el secretario general Fabián Bochia, afirma que «en los barrios le piden más seguridad al intendente. Se pide más presencia de la Republicana y mayor permanencia. Nosotros somos de la idea de pedirlo y apoyarlo. Y si precisan instalar una base acá, los vamos a apoyar».