Que se haya cumplido una nueva marcha de los denominados “asambleístas” que mantienen bloqueado el puente internacional Gral. San Martín, en Fray Bentos, a esta altura no nos llama la atención.
Lo que realmente nos parece lamentable es que haya habido un centenar de ecologistas uruguayos sumados a esta manifestación. No por el tema específico, sino porque entienden que los objetivos que persiguen – sustancialmente la erradicación de un basurero industrial en Atlántida, Canelones – es concordante con la posición que se impulsa desde Gualeguaychú.
Asumiendo su derecho y el derecho de toda persona a plegarse a los postulados que le gusten y de la forma que entiendan mejor, dentro del marco legal, para nosotros es profundamente equivocado.
Siempre lo hemos dicho, la posición de Gualeguaychú es de forma, más que de fondo. El tema de fondo, el que se argumenta por lo menos, es la preservación del río Uruguay y nadie, ningún uruguayo y menos aún del litoral se opondría a este objetivo, porque el río es en buena medida nuestra identidad mismo.
Si alguien hubiera buscado el camino del diálogo, de la convicción, teniendo argumentos realmente válidos no tenemos duda alguna que se hubiera sumado en lugar de dividir.
La cuestión con Gualeguaychú es de forma, está en la prepotencia de la medida, impuesta al bloquear un puente, aduciendo que Uruguay hizo lo propio al autorizar a Botnia.
Esta es la cuestión.
Es más, aún si Uruguay se hubiera equivocado, nada justifica que se trate de imponer con prepotencia absoluta una posición, sea cual sea a todo un pueblo.
Se han equivocado los habitantes de Gualeguaychú y se seguirán equivocando si piensan que un fallo adverso para uno o para otro lado puede revertir la situación.
Lo lamentable, es que haya compatriotas, así sea un puñadito, que se sumen a estas posiciones, que hablan más de matonismo y de prepotencia contra nuestro paisito, que de defensa de derechos.
Sería muy importante, saber quienes son estos señores y qué hacen, no sea cosa que encontremos intereses comunes con los foráneos, entre sus impulsores.
No se trata de bloquear puentes, sino de tenderlos.
Eso es lo que hay que entender de una vez por todas.
