Algunas afecciones, como la hipertensión, son alarmantes
En tiempos en que la atención a la salud parece estar más en discusión que nunca, uno de los mayores reclamos de la población es que se la obliga a transitar por muchos médicos una vez que requiere una solución. Esto hace que el tiempo se dilate, y también el dolor, el sufrimiento en definitiva. No es que esté mal que haya especializaciones, todo lo contrario, pero también es importante no caer en tan estricta separación de las partes del cuerpo a ser atendidas, de modo que se pierda de vista la integralidad de la persona. De esto habló EL PUEBLO con el Dr. Roberto Varela, médico cuya especialización es precisamente “Medicina Familiar y Comunitaria”. Montevideano aunque radicado en Salto desde octubre de 2009.
“LA ESPECIALIDAD DE LAS PERSONAS”
Medicina Familiar y Comunitaria “es una especialidad relativamente nueva en Uruguay y más en Salto -explica el profesional-; es como la especialidad que encarna al viejo médico de cabecera o médico de familia, solo que se estudia tres años más como cualquier especialidad médica. Es el centro de muchos sistemas de salud del mundo, porque es la única especialidad médica que no distingue entre varón y mujer, no distingue entre enfermedad y salud, ni entre edades, tampoco distingue entre órganos del cuerpo humano. Es una especialidad integral y me gustó cuando el otro día en España se dijo: es la especialidad de las personas”. Respecto a cómo es eso de no distinguir enfermedad y salud, explica: alguien puede ir estando enfermo a ver cómo puede dejar de estar enfermo o puede ir estando sano para ver cómo seguir estando sano”. Dice además que es una especialidad que “no solo aborda a la persona sino también hace una orientación familiar, no somos psicólogos pero tenemos herramientas para interactuar con algún problema de tipo familiar, como por ejemplo cómo afrontar los últimos días de una persona, pero además hay que subrayar lo comunitario. Porque es como “la tercera pata”: persona, familia y comunidad. Trabajar con la comunidad es muy importante porque cualquier acción se multiplica. Dedicarle una hora a atender una persona es importante, dedicar una hora a atender una familia es muy importante, pero dedicar una hora a atender un barrio o un conjunto de barrios tiene un impacto grandísimo”.
En esa línea es que Varela está permanentemente realizando charlas y talleres, formando agentes comunitarios, etc.
EN LO PÚBLICO Y EN LO PRIVADO
Para conocer realmente una comunidad entiende que es importante estar afincado en ella un buen tiempo: “Es importante concentrar las horas en una policlínica, porque estar un poco en una y un poco en otra hace que no conozcas en profundidad ninguna comunidad y en definitiva no te hacés responsable de ninguna acción. Yo estoy en la UBA 8, de barrio Malvasio, donde está el Federico Moreira, Mi Tío, Umpierre, Dickinson…”. Ese es su trabajo en el ámbito público, un doble rol: “20 horas de atención clínica y 10 horas para el trabajo comunitario”. Pero también ha habido un intento desde lo privado: “Hace poco tiempo iniciamos un modelo similar, aunque con menos horas pero hay que seguir trabajando, en la primera policlínica de un barrio que tiene el Centro Médico, que se llama Consultorio de Medicina Familiar y Comunitaria, del barrio Dos Naciones, que atiende a toda la barriada de la zona norte”, comenta Varela.
NO PERDER LA INTEGRALIDAD
En la atención a un paciente, “se ha perdido un poco la integralidad”, dice el entrevistado casi como un lamento. Y razona: “No soy un hígado, no soy un corazón, no soy una piedra en la vesícula, soy una persona que le pasan cosas y eso es lo que hay que atender y tratar de recuperar. Soy un persona que no solo convivo con determinados problema biológicos, sino también convivo con mi psiquis o mi mente, con mi familia y también en un barrio o comunidad que también influye en la salud”.
LA HIPERTENSIÓN, LA PRIMERA INFANCIA, LAS DROGAS…
Cuando se le pregunta por algún tema en especial sobre el que entiende que habría que trabajar más desde la difusión en la comunidad, dice que son varios. Pero igualmente se detiene en algunos. Le preocupa las enfermedades crónicas: “Ahora que la gente vive más años tiene más chance de enfermarse de más cosas. Me preocupa por ejemplo la hipertensión arterial; un tercio de los uruguayos son hipertensos, o sea un 33%, y de ese 33% solo un 11%, o sea un tercio de ese tercio, sabe que es hipertenso y toma los remedios correctamente. Es un desastre, muy pero muy preocupante, porque además la hipertensión es la base o causa principal del famoso ACV… Pensando en esos porcentajes, estamos en el horno, tenemos que mejorar”.
También muestra preocupación “por la primera infancia, los factores de riesgo y de protección, cómo la familia y no solo la mamá controla el embarazo, cómo son los primeros tres años, porque eso marca su futuro en la salud… Si una mamá vive un embarazo estresada y ese niño no encuentra en los primeros tres años una contención familiar adecuada, lo va a marcar negativamente el resto de su vida”.
En la conversación mantenida surge además el tema del uso de drogas: “La droga está metida en toda la población si la entendemos como sustancia que altera el funcionamiento cerebral -comenta-, empezando por el alcohol que es la droga más consumida en todas las edades; el tabaco, que por suerte por las políticas públicas del Uruguay desde 2006 se ha logrado una reducción de consumo muy importante. Antes de 2006 fumaba un 35% de los uruguayos y eso bajó a alrededor del 20%. Después tenemos la marihuana, la cocaína, pero también las que no nombramos mucho y también preocupan como diazepam, lorazepam… y todos esos tranquilizantes. Hay un gran abuso de esas drogas, una gran dependencia de muchas personas. Ahora bien…el tema de los jóvenes y la droga tiene mucho que ver con la crianza y el sostén, hay familias que no dan el cobijo o el sostén, el espacio para hablar, entonces los jóvenes agarran para otros lados, y uno de esos lados es la droga”. Para el Dr. Varela es absolutamente fundamental que la familia sepa “poner límites y dar cariño, son como las dos grandes funciones; de hecho poner límites es dar cariño”.
GRUPO PARA DEJAR DE FUMAR
Finalmente, el médico puso especial énfasis en que el único grupo que actualmente existe en todo el departamento para quienes deseen dejar de fumar, funciona precisamente en la UBA 8, de barrio Malvasio. Está en funcionamiento desde el año 2010 y Varela invitó a todos los fumadores que quieran dejar el tabaco a que se acerquen hasta allí, en calle José Pedro Varela al 2700.