La publicación por parte de la Intendencia de Montevideo de un semanario, ha levantado polvareda, debido a que cinco ediles de la Junta Departamental de Montevideo decidieron plantear un pedido de informes a la Intendencia Departamental, en la discrepancia con la decisión que consideran inoportuna.
Hasta aquí todo bien. Debido a que consideramos que el rol de los ediles de una Junta Departamental, es precisamente el de controlar todo gasto efectuado por ésta.
Lo que nos llama poderosamente la atención, es que en reciente entrevista televisiva el principal impulsor del pedido de informes haya asegurado que las publicaciones escritas están cada vez más en extinción y además generan basura que luego la Intendencia se ve en figurillas para recoger, porque aún no tiene resuelto el tema de la eliminación de la basura (sic).
Realmente ridículo y absurdo. El hecho de que la circulación de un diario o una revista papel, o un libro mismo sea cada vez menor o se venda menos no significa que su incidencia y su valor como medio de comunicación sea desdeñable. Todo lo contrario, existe todavía un mundo en el que no se cree algo hasta que no se lo ve escrito en papel y mal que le pese al edil, es el sector de mayor incidencia en la sociedad.
Aquí lo que está en juego y no vemos que se lo diga abiertamente, es la utilización de la publicidad oficial, o de los organismos que funcionan con los dineros públicos, a veces incluso exclusivo o incluso monopólico para hacer publicidad de su sector o de su partido.
El manejo de la publicidad oficial (más del 95 por ciento queda en Montevideo), se usa en el Uruguay como en otros países para apuntalar, promover y sostener medios de comunicación afines. Se premia de esta manera a los medios y periodistas o pseudo periodistas que hacen bien los mandados.
A esto nos hemos opuesto siempre y lo hemos denunciado como corresponde. Que ahora se nos quiera usar, apareciendo como “transparentes” y “justicieros”, quienes toda la vida han obrado en forma diferente, sacando provecho de estas situaciones, es inadmisible.
A este problema hay que verlo en toda su dimensión. La realidad es que los “grandes medios” no se prestan para dar a conocer la información o lo que considera información la Intendencia de Montevideo y por lo tanto la salida que esta intenta como sucede con TV Ciudad, es crear su propio medio de comunicación y el gobierno nacional trata de bloquearlo y radiarlo de todo posibilidad de recibir propaganda oficial.
Si vamos a pedir justicia, igualdad de oportunidades y demás, debemos de dejar de lado las “poses” y profundizar los temas.
Al pan, pan y al vino vino.
Alberto Rodríguez Díaz