Para desmitificar esta figura elitista de esta institución católica, el Opus Dei hace hincapié en sus obras de caridad y en el trabajo hacia lo que consideran más importante, los más desprotegidos.
Como muestra de esto se refieren a dos instituciones. Una está instalada en el conflictivo barrio Casavalle de Montevideo, se llama “Los Pinos” es una institución en la cual están formando en talleres de capacitación en oficios a doscientos muchachos de ese lugar.
Cerca de allí se encuentra el Centro de Apoyo al Desarrollo Integral de la Mujer, el cual está destinado al desarrollo de la mujer en su formación y que también dirige el Opus Dei.
Pero como contraste, esta comunidad interna del catolicismo, también cuenta en sus haberes con la distinguida Universidad de Montevideo, en la cual se forman profesionales que pagan una matrícula considerable.
Aunque Jaime Fuentes, que es profesor de Teología en dicha universidad, relativiza esta puntualización esgrimiendo que el sistema de becas que otorga dicho centro de estudio echa por tierra la consideración que existe de que se trate de una universidad costosa, destinada a cierto nivel de la población y que predomine la elite con la que el Opus Dei está identificada socialmente.
“Hay gente que va a la Universidad de Montevideo y que paga mucho. Por estos que pagan mucho hay un sistema de becas que permite que vayan otros cuya beca alcanza incluso hasta un 90 por ciento de la matrícula”, asintió.
Para Fuentes es importante que la gente no los asocie con una elite que solamente se ocupa de temas que ellos consideran trascendentales, sino que además son una organización que trabaja por los postulados de la Iglesia Católica desde el rol que cumplen sus integrantes en la sociedad y esto también implica la “solidaridad” con aquellos que la necesitan.
