En torno al lanzamiento del curso patrocinado por el Sistema Nacional de Cuidados, el Presidente del BPS, Ernesto Murro señaló que “todas las instituciones convinieron que la iniciativa era una necesidad”.
Por fortuna Uruguay es un país que demográficamente envejece, lo que pone de manifiesto que la calidad de vida de los adultos mayores es buena, al contrario de lugares como África, donde el promedio de vida es de cuarenta y pocos años.
Hay otros países donde la expectativa de vida desciende, como es el caso de Rusia, pues han cambiado las condiciones de existencia.
Uruguay felizmente por su construcción histórica, es de los países más envejecidos de América Latina y del mundo.
Todas las instituciones relacionadas al adulto mayor y a las personas con discapacidad estuvieron de acuerdo en apoyar el proyecto, reconociéndolo como prioritario.
“Ningún país envejece si no tiene buenas condiciones de vida” – aseveró Murro.
El cuidado es una función social que implica tanto la promoción de la autonomía personal como la atención y asistencia a personas dependientes.
Dicha dependencia puede ser transitoria, permanente o crónica, o asociada al ciclo de vida de las personas.
Los cuidados son un componente central en el mantenimiento y desarrollo del tejido social.
Sin personas que brinden cuidados unas a otras no sería posible la reproducción social y el desarrollo pleno de las capacidades individuales.
Algunas de las funciones impulsadas desde el Estado -como educación, salud pública, seguridad social, entre otras- si bien aportan a la reproducción social, no han sido concebidas como parte de un Sistema de Cuidados integral, por lo que no cubren en extenso las necesidades de cuidados de las familias.
El sistema a implementar debe tener capacidad de articular las demandas de atención de cuidados de las personas en todas las dimensiones que conducen a la autonomía personal.