Cuando se votaron los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración que se pretendía modificar, expresamos que algo innegable era que el oficialismo había elegido ese camino, en el entendido que era lo más rápido para llevar a la práctica el gobierno que había prometido.
Se podía estar de acuerdo o no con el camino elegido. Se podía estar de acuerdo o no con las medidas, pero entendíamos que en el fondo era el intento de llevar a la práctica el gobierno por el camino que se había elegido y por lo tanto le asistía derecho a hacerlo.
Es lo que la mayor parte de la ciudadanía aprobó y son las personas en las cuales deposit{o su confianza.
Ahora bien, el Intendente de Canelones llevó a la práctica un fideicomiso para cuya aprobación requería una mayoría especial, vale decir 21 votos. Como el Intendente cuenta con 20 votos requería por lo menos uno de la oposición.
Habiendo negociado con un edil blanco, el que estuvo dispuesto a votar el fideicomiso, a cambio de varias obras para determinados lugares de Canelones. Finalmente el proyecto fue enviado a la Junta Departamental en forma urgente y donde con el voto de este edil resultó aprobado.
Lo que no entendemos es precisamente el enojo del Partido Nacional y en especial de un legislador que consideró “traidor” al edil nacionalista que voto el fideicomiso. Olvidó dicho legislador que actualmente hay por lo menos dos personas que surgieron en filas del Frente Amplio y luego se pasaron al Partido Nacional, Graciela Bianchi y Gonzalo Mujica, sin olvidar que hay un tercero en discordia en Maldonado y que sepamos nadie los ha considerado “traidores”, ni “pobres diablos”.
Ahora el recibimiento del senador Guido Manini Ríos, líder y fundador del partido político Cabildo Abierto, tradicional opositor a los postulados ideológicos del Frente Amplio, ha despertado el rechazo de muchos frentistas. Es lo que no entendemos. Para nosotros el diálogo sigue siendo la herramienta fundamental y no quiere decir que por ello se trance en los postulados ideológicos, sino en todo aquello que no compromete otra cosa que no sean los méritos de la buena política.
Mientras sigamos radicalizándonos con quien o quienes piensan diferente a nosotros, o quienes adoptan decisiones distintas, no estaremos nada más que ahondado la grieta, palabrita que a nadie le gusta, pero a la hora de obrar parece que todos la dejan de lado y no importan las consecuencias de sus decisiones.
A.R.D.