«Ahhhh….¡sos loco!….¡cómo voy a olvidar lo que fue Martín Cavalheiro en la cancha, desde mi tiempo de juez de fútbol! De esos jugadores que no podría olvidar. ¿Y saben por qué? Por el tipo de respeto con el que se manejaba. Ojo, que lo decía antes. O lo dije siempre. En esos años de arbitraje en el fútbol de Salto, hablo de la década de los años 80 y en los primeros años de los 90….¡había cadas nenes! Yo me llevaba bien con los jugadores, nos conocíamos. Podíamos ser parte de una cargada en la cancha. Pero había un límite, ¿de acuerdo?
Pero el hecho es que Martín Cavalheiro, no fue uno más. Tenía una actitud determinada y bien sabida con los compañeros y con los rivales. Era un líder. No voy a descubrir ahora lo que fue, lo que representó.
Pero ese tipo de jugador, es de los que busca el diálogo con el juez, no para influir, porque el que decide es uno, pero sí para evitar que alguna situación lo haga sentir postergado o perjudicado, según venga la mano.
Con Martín, teníamos claro, eso del respeto. Era mutuo, ¿no? No sacaba ventaja desde el reclamo. Era conocedor del reglamento. Siempre digo que el jugador que lo conoce, tiene una chance superior para ganar. Y nadie discutirá que peleó siempre contra esa enfermedad, como para no dejarse vencer. Creo que la pelea de él por la vida, nos emocionó a todos.
Y como jugador en la cancha…¡mirá qué me voy a olvidar!….noooooo, esos jugadores no se olvidan. Nunca se olvidan».
DEOLINDO MIQUELARENA. El «Chato» del arbitraje. Con Martín Cavalheiro como uno más en la cancha. Evocar a aquel líder que Martín fue.
El del temple. El del coraje. El que sabía de límites, quizás porque aprendió la humana recompensa del respeto. Esa humana recompensa).
