Tal vez aquel joven que descubría las noches de Budapest a principio de los años veinte, bebiendo sus primeras palinkas, con sus frutales de ensueños, fumando los rústicos cigarros que recorrían Europa por esos días, no soñaba mares.
O tal vez sí, porque años después contaría que era un joven muy inquieto, muy curioso, por el latido y colorido de los bares, y por saber qué había extramuros de la capital húngara.
Lo cierto es que un día, con poco más de 40 años llegó al Uruguay, para sumergirse, en ese mundo tan particular de los uruguayos. Y quiso el destino que se cruzara con aquel hombre, tan inquieto, o más que él, tan dinámico, tan creativo, tan visionario y con muchas ideas en la cabeza y alma de Mecenas.
Fue cuando escuchó por primera vez el nombre de Enrique Amorim, y de Salto, porque Amorim, podía hablar de muchas cosas, del arte, de las letras, de la vida, pero cuando hablaba del amor, hablaba de Salto, y de sembrar conocimiento entre los salteños. Y aquel pintor, con alma de maestro, de apellido raro, que con el tiempo se hizo familiar, se vino para Salto, y Salto lo empezó a nombrar…. José Cziffery…..
JOSÉ CZIFFERY
Probablemente fue saboreando una gulyá, esa sopa con cebolla, patata, zanahoria, ternera, o deleitándose con una galuska, que sus sueños de pintor se vieron alimentados, y los hizo realidad.
Y cuando uno va a interiorizarse sobre este Maestro que fue la fuente donde abrevaron grandes artistas plásticos salteños, como Osvaldo Paz, Lacy Duarte, Aldo Peralta, Rodriguez Musmanno, Bolivar Gaudín, José Echave (autdidacta, pero muy cercano al húngaro), Balderrín, Montaña, entre otros, encuentra datos mínimos que dicen que: “Nació en Hungría en 1902. Profesor de la Escuela de Arte de Budapest y discípulo en París de Henry Matisse, llegó a
Montevideo en 1946. Al año siguiente se radicó en Salto dedicándose a orientar el Taller de Artes Plásticas de la “Asociación Horacio Quiroga”, denominado “Pedro Figari”, y que se había iniciado ese mismo año con la docencia de José Cúneo. Cziffery lo mantuvo durante veinte años y el resultado de sus enseñanzas es el reconocimiento que obtuvieron sus alumnos en la plástica nacional. Cziffery participó activamente en la actividad cultural de Salto y murió en Montevideo en 1962”.
Y en ese Salto en que el húngaro sembraba, Amorim aleteaba felicidad, invitando a grandes maestros, como José Cúneo, los argentinos Lino Spilimbergo y Juan Carlos Castagnino y el brasileño Cándido Portinari, para que también enriquecieran a los talentos locales, en ese Salto, el Maestro pintaba cuadros y murales.
También hay datos que dicen que: “José Cziffery, se formó en la Academia Húngara de Bellas Artes con los maestros Robert Berény y Janos Vaszary, quien seguramente lo influyó en la temática social de sus obras. También estudió en Berlín y en París –se dice que con Matisse-hasta que emigró en primer lugar a Brasil y posteriormente en 1946 a Montevideo y después a Salto, Uruguay, donde se queda durante años hasta su muerte en el año 1962″.
EL MURAL DEL GARAGE EL PALACIO
También leímos que: “El mural del Garage el Palacio, creemos que se trata de un paisaje de la Hungría natal de Cziffery, no se ve el río, las ondulaciones del terreno son demasiado acentuadas y además se pueden encontrar elementos evocativos de su patria como flores típicas como el Ciclamen y el Aciano que aparece en el ángulo inferior derecho, así como la cosecha del trigo, el que fue la actividad más importante en ese país hace muchos años. En el mural aparecen, así como en otros del “realismo social”, personajes –en este caso trabajadores- del paisaje social, como el campo en plena época de recolección”.
QUIEN VINO DE PASADA SE QUEDÓ PARA SIEMPRE
Aquel hombre que vino de lejos, ese maestro que sembró arte en tierra de naranjales vino por las gestiones de una Comisión y por lo que hizo Amorim para que dictara clases de pintura. Vino por unos días nada más, vino para cumplir con un trabajo y luego a retornar a Montevideo, a seguir con sus cosas por allí. pero vaya a saber si el rumor del río, el aire del naranjal, las particularidades de la gente, porque encontró su tierra prometida en el Salto Oriental, lo cierto es que se quedó para siempre por estas tierras, y si bien murió en Montevideo, sus restos descansan en el cementerio de Salto.
SUS MAESTROS, VASZARY, BENERY, MATTISE
Y aquel joven inquieto, el de las primeras palinkas y tabacos fuertes que estudio en la Escuela de Artes de Budapest, a la que luego volvería como docente. El que se llevaba el rumor de los bares y los colores de las calles de Budapest, un día llegó a Berlín aprender de pinturas, de colores, de formas y de escuelas de pintores que reinaban en esa década del veinte, y en el treinta, cuando recaló en el París de la boheme, donde seguramente oyó hablar de los uruguayos de Colombe y del tango que supo bailarlo por allí José Leandro Andrade, el salteño del barrio La Cachimba y resonaba entonces la voz inigualable de Carlos Gardel que cautivaba a los franceses.
El hombre que nació en Hungría conoció la noche parisina, conoció los movimientos artísticos que se adueñaban de París y de Europa. Y allí conoció a Henri Mattisse, y tomó su arte, su escuela, para acrecentar su acerbo.
Pero antes y después, estuvo, otro maestro que le abrió camino, János Vaszary, un pintor húngaro también, nacido el 30 de noviembre de 1867 en Kaspovár y fallecido el 19 de abril de 1938 en Budapest cuya obra puede clasificarse dentro del impresionismo.. Seguramente Vaszary le hizo interesar por el arte del pueblo húngaro, sus principales influencias siempre fueron el impresionismo y el fauvismo. Por mala suerte hay muy poco publicado sobre János Vaszgary que no esté en húngaro, e incluso en el idioma de su país natal, la documentación no abunda.
Porque esos datos, esos aporte, tal vez nos acercarían un poco más a Cziffery.
Claro que hay datos biográficos que dicen que Vaszary, ” Fue corresponsal de guerra en el frente serbio durante la Primera Guerra Mundial. Los cuadros correspondientes a esa época cobraron un fuerte dramatismo. Desde 1920 hasta 1932 impartió clases en la Universidad de Bellas Artes, donde había estudiado, y en 1924 fue uno de los fundadores de la
“Képzőművészek Új Társasága” (La Nueva Sociedad de Artistas), cuyo acrónimo “KÚT” significa “fuente” en húngaro”.
János Vaszary fue un pintor prolijo y sus obras siguen vendiéndose actualmente alcanzando precios que varían entre los 2.500 euros por sus dibujos y un máximo de cien mil euros en 2014 por una pintura al óleo titulada “En la playa”.
Pero Cziffery aprendió también con Róbert Berény (1887- 1953), pintor vanguardista húngaro, miembro del grupo de los Ocho (Nyolcak), que introdujo las nuevas tendencias de la vanguardia pictórica europea en Hungría.
Berény llevaría a Hungría el fauvismo que él adoptaría durante su estancia en París en sus primeros años de aprendizaje. Fue también uno de los introductores del expresionismo y el cubismo en su país.
Robert Bereny, fue el líder de un movimiento de vanguardia anterior a la Primera Guerra Mundial llamado “Grupo de los Ocho”, hasta que huyó a Berlín en 1920 después de haber diseñado carteles para la revolución de corta duración que vivió Hungría en 1919. En la capital alemana, tuvo un romance con la actriz Marlene Dietrich, y más tarde regresó a Hungría, donde ejerció de maestro y murió en 1953. Muchas de las obras de Bereny se perdieron con la destrucción de su taller a finales de la Segunda Guerra Mundial.
Fue amigo de Bereny, y probablemente también haya influido en algo en Cziffery, Lazlo Farkas, dibujante de Budapest, reconocido por su técnica magistral, pero también por su bohemia, por el poco cuidado de sus obras, donde han quedado muy pocos registros, en parte por su descuidado vivir, pero en parte por la Segunda Guerra Mundial que tanto estrago causó.
H. MATISSE Y EL FAUVISMO
Es el primer movimiento dentro del siglo XX de vanguardia frente a una serie de corrientes que surgen a fines del XIX -principios del XX- cuyo lema es la austeridad, el color; el fauvismo se presenta como un verdadero fogonazo de color. Un fogonzado de carácter revolucionario. Es que el fauvismo nace en el año 1905 como una verdadera explosión.
Los fauvistas no forman un grupo cohesionado, pero esto va a ocurrir muchas veces en los movimientos del arte del siglo XX. Cada artista tiene su propia personalidad. En el fauvismo cada uno trabaja por separado, solo se juntan para algunos proyectos como exposiciones.
UN MONUMENTO EN SALTO
Salto recuerda para siempre la labor del Maestro José Cziffery y testimoniando su reconocimiento con un monumento hecho en piedra rústica, tallada, en la costanera sur, entre calles Juan Pablo II y Yacuy.
Recopilación:
Carlos María Cattani
CAMACA