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jueves, 3 de julio de 2025
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El psicólogo Jesús Arbiza reflexiona sobre psicología, pandemia y el don de descubrir accidentalmente cosas valiosas y agradables

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«Yo no busco, encuentro» (Picasso)

Varios fueron los conceptos y reflexiones que compartió con EL PUEBLO Jesús Arbiza, conocido docente de Filosofía y psicólogo, ex sacerdote. Veamos parte de ello.


EL Y LA PSICOLOGÍA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
¿Qué es el Serendipity?
Es un término anglosajón. Viejo y nuevo al mismo tiempo. No está muy hispanizado o no queremos hacerlo hasta que la Real Academia lo haga. Los italianos la han traducido como «serendipitá». Algunos libros castellanos lo han traducido como «serendipia» (sustantivo) o también como adjetivo «serendípico». Veamos como lo traducen algunos diccionarios anglosajones e italianos:
«Serendipity: el don de descubrir accidentalmente cosas valiosas y agradables, no buscadas. Este don o capacidad se atribuye a los héroes de un cuento llamado Los tres príncipes de serendip de Horace Walpole» (Websters’s Thrid International Dictionary, 1986).
«Serendipity: la facultad de hacer – por casualidad – descubrimientos afortunados e inesperados» (Oxford Advanced Dictionary, 1974).
«Serendipity: Facultad de hacer gozosos descubrimientos por accidente. Término acuñado en 1754 por Horace Walpole del título de un cuento «Los tres héroes de Serendip», los héroes de cuyo cuento siempre tenían el don de hacer tales descubrimientos» (The Oxford English Etimology, 1966).
Serendipitá: Antiguo nombre de la isla de Ceylon (H. Walpole, nella Tre Principi de Serendip, pub 1754). El encontrar una cosa no buscada e imprevista mientras se buscaba otra. Para la investigación científica, actitud, capacidad de individualizar y evaluar correctamente los datos y resultados imprevistos respecto al presupuesto teórico de partida» (Zingarelli, Dicc. Enciclop. Italiano, 1995).
R. Roberts en un libro traducido al castellano como Serendipia relata que el término fue efectivamente acuñado por Horace Walpole en una carta a su amigo sir Horace Mann en 1774. El escritor había quedado impactado por un cuento de Hadas que había leído sobre las aventuras de los Tres Principes de Srerendip (o Serendib, un antiguo nombre árabe de Ceylan, hoy conocido como Sri Lanka), los cuales estaban siempre haciendo descubrimientos por accidente y sagacidad de cosas que no se habían planteado . Por eso decimos que es un término viejo y nuevo a la vez. Descubierto por H. Walpole en el siglo XVIII, lo redescubre y pone de moda el movimiento contracultural norteamericano de los años 70, que, entre otros, tendrá como uno de sus pensadores al Filósofo y Teólogo de Esalen Sam Keen cuyos aportes fueron muy importantes .
Se trata de una capacidad, facultad o don de descubrir cosas que no hemos buscado. Esos descubrimientos tienen que ver con la sagacidad y la preparación del que busca y no guarda relación entre causa y efecto. Resultan los mismos descubrimientos agradables, útiles, asombrosos y novedosos. Dentro de lo que se llama crecimiento personal en psicología estos o también llamados proporcionan ciertos hallazgos importantes para la persona y muchas veces la culminación de largos períodos de búsqueda. A veces lo que encuentro no es precisamente lo que busco, sino algo similar o novedoso que me posiciona en otras direcciones y elecciones. Siempre el serendipity guarda una cuota de misterio personal como social que encierra esa lucha eterna del hombre entre el azar, el ambiente y su libertad. Lo importante es que estos hallazgos nos ayuden a elegir la actitud con la cual vamos a reaccionar en situaciones que no podemos cambiar. Esto nos acerca a la segunda pregunta…

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¿Qué hay de Serendipintyco en la pandemia del Covid 19?
Siguiendo el camino psico-histórico-espiritual del antropólogo Carlos Cabarrús podríamos decir que esta Pandemia nos deja unas sombras y un manantial . Nos dice el filósofo italiano Giorgio Agamben que un factor inquietante que nos ha dejado esta pandemia mundial es el que se ha extendido a la conciencia de los seres humanos generando muchas veces estados paralizantes de pánico colectivo e individual. Ahí vemos la cantidad de ansiedades, angustias, incertidumbres y tantas cosas más que ha dejado en nuestra vida, generando múltiples conflictividades emocionales y sociales hacia adentro y hacia fuera de nosotros. Fuimos habitados por que sacó lo mejor y lo peor de nosotros. Necesitamos discernir y preguntarnos qué nos deja. ¿Qué de nuevo descubrí en este tiempo? ¿Qué pude apreciar en mis vínculos? ¿Dónde conecté con mis emociones? ¿Qué dificultades vulneraron mi conciencia psíquica? ¿En qué cambié yo? ¿En qué cambió el mundo? Muchas preguntas que desafían nuestro horizonte de sentido.
Siento que hay espacios que se han deshabitado y algunos nuevos que se han habitado. Aparecieron muchas sombras como la soledad, el miedo al aislamiento, el no saber cómo reaccionar ante situaciones que no podemos cambiar. La , el miedo al futuro. Hay muchas heridas que quedaron abiertas, culpas insanas y el miedo a la muerte como un horizonte invisibilizado en el manejo del tiempo y de la vida. El manejo del poder y el control, el y el manejo de las redes. La angustia de no poder despedirse y la convivencia más estrecha que fue todo un desafío, por no decir un espacio habitado por el dolor y la culpa. También esas sombras encierran un manantial que despertó la creatividad y la solidaridad, movilizó nuestros recursos y nos re-inventó desde distintos dispositivos y herramientas que nos siguen desafiando en el camino de la libertad y la igualdad. Se potenciaron la violencia en todas sus formas y se pisotearon derechos alcanzados. También se generó un proceso de intercambio solidario y de búsqueda de ciertas cosas que teníamos olvidadas: el vecino, el barrio, la familia, los hermanos, los amigos. Es un tiempo de y que nos conectan con el presente por qué el pasado ya fue y el futuro es incierto. Aprendimos a vivir el HOY sin saber mucho que nos depara el mañana. Quizá este sea para mi uno de los más grandes desafíos que nos dejó esta Pandemia en el que su lema fue: quédate en casa!!!. Yo entiendo esto como: realiza un aprendizaje en relación al tiempo. Esta Pandemia nos invita a habitar nuestro presente, a conquistarlo, a construirlo. Siento que nos deja un mundo roto, ciego, vulnerable y en él . Un espacio interior de liberación que nos sujeta a un presente rico en sabiduría y esperanza. Ojalá cada uno de nosotros descubra en ese presente el enorme desafío que deja el tiempo manifestándose como el futuro, haciéndose presente, en lo que ya fue. Un tiempo de hallazgo que nos despierta y estimula a encontrar en el futuro nuestro presente habitado por ese serendipity nuevo que la historia nos dejó como regalo.

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