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CULTURA

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Diario EL PUEBLO digital
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POR: JORGE PIGNATARO

Gracias por estas “Conjugaciones”, Jorge Arbeleche

Gracias habría que decirle por su permanente trabajo en pos de la buena poesía, como poeta, como crítico, como docente, como conferencista. Pero ahora también le agradecemos el amable gesto de remitirnos a nuestra Redacción su último libro; “Cuaderno de las conjugaciones”. Hablamos de Jorge Arbeleche.
Es este libro un verdadero álbum, con una gran apuesta a lo estético desde el punto de vista del libro como objeto: papel brillante de insuperable calidad y dimensiones de 27 x 21 cm. Tapa color vino tinto combinado con el negro de unas pocas figuras y el blanco de las letras del nombre del autor; páginas blancas con textos en letras de color a tono con el de la tapa.

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Está compuesto por 62 páginas divididas en dos secciones. La primera es la que da nombre a todo el libro, “Cuaderno de las conjugaciones”, donde 22 poemas se titulan “Conjugación de…”, y allí en cada poema un motivo diferente. La segunda es más breve, titulada “Además”, tiene dos poemas: “Entre péndulo y plomada” (en tres partes), y “Línea divisoria”.
En contratapa se lee este fragmento del primer poema:
“Amé la palabra final. La del principio.
Cuando el grito se disuelve en gemido.
Y el gemido escala hasta el pie de la palabra.
Detrás,
el canto”.
Y esta reseña sobre el autor:
“Jorge Arbeleche nació en Montevideo en 1943. Fue Inspector Nacional de literatura y enseñó en Secundaria, Formación Docente y Facultad de humanidades. Es miembro de la Academia nacional de Letras de Uruguay. Recibió el Premio Bartolomé Hidalgo a la trayectoria, el Premio Lolita Rubial, nueve veces el Premio Nacional de Literatura (Poesía) del Ministerio de Educación y Cultura, varios premios a nivel nacional e internacional, como los recibidos en España y México. Ha sido traducido y publicado en España, Francia, USA, Rusia. Fue becado al International Writing Program de Lowa University, y a España. Con motivo de cumplir el cincuentenario de su primer libro, Sangre de la luz, recibió el homenaje de la Academia de Letras.

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CONJUGACIÓN DE HUÉSPEDES
Llegaron como siempre. Puntuales.
A veces venían del mar y no eran peces, otras del aire
y no eran pájaros, otras del bosque
y no eran alimañas.
Venían
a veces de la tierra y no eran
ciervos ni lobos ni bisontes.
Pero nunca faltaban, siempre
llegaron, detenían su marcha,
por un tiempo para seguir
el siempre camino señalado.
Huéspedes de paso. Pasajeros sin maleta.
Nunca permanecieron más tiempo
que aquel establecido en la franja
ubicada entre el aire y las nubes.
Nunca les conocí los sueños
porque siempre eran tristes. Con el tiempo
aprendí a no acercarme demasiado
a la tristeza. Tampoco a la alegría.
Porque ambas se van. Siempre.
Aunque retornan sin saber cuándo
ni cómo ni por qué. Aprendo
a recibirlas cuando llegan.
También a despedirlas.

El año de Dante

“El año Dante”, “El año de Dante”, “El año dantesco”, son algunas de las denominaciones que desde distintos ámbitos académicos del mundo se viene dando a este 2021, en que se cumplen 700 años de la muerte del poeta italiano Dante Alighieri (Florencia, 29 de mayo de 1265 – Rávena, 14 de septiembre de 1321).
No fue su única obra, sin embargo, decir Dante es decir Divina Comedia. Dante es la Divina Comedia.
Mucho se habla de él; muchos lugares del mundo llevan su nombre pero, ¿se lee a Dante Alighieri? ¿Se conoce su obra, esa maravilla que para muchos es una especie de Biblia de la literatura universal? Quizás sea esa la mayor deuda que las actuales generaciones tenemos con aquel genio florentino. Queda abierta la invitación.
En tanto hoy, vale repasar simplemente algunas expresiones que sobre él y su obra han dichos personalidades de este tiempo.


A Jorge Luis Borges, cada vez que se le preguntaba por sus obras favoritas, recomendaba la Divina Comedia. “Es un libro que todos debemos leer –dijo en una conferencia que dictó en 1977 en el Teatro Coliseo, de Buenos Aires–; no hacerlo es privarnos del mejor don que la literatura puede darnos, es entregarnos a un extraño ascetismo. ¿Por qué negarnos la felicidad de leer la ‘Comedia’?”.
El argentino Pablo Maurette (docente, ensayista, autor de varios libros) ha dicho: “Es, en mi opinión, quizás la cima más alta de la literatura universal. Una obra inagotable, con tantas capas de sentido superpuestas, que conjuga tantos mundos y que sigue hoy tan relevante como hace 700 años”.
Para el escritor Humberto Ballesteros, doctor en literatura italiana de la Universidad de Columbia, puede ser el eslabón que une a la Edad Media con el Renacimiento: “No es ni lo uno ni lo otro, y en cierta medida quiere ser ambas cosas; una obra teológica, una búsqueda de Dios por medio de la poesía y la razón, que al mismo tiempo enaltezca al ser humano, que devele cómo el hombre y su creador son uno y el mismo”.

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