Días pasados en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen fue bendecida la boda del Oficial Principal de Policía Horacio Antonio Lalinde y la Dra. Nair Ester Gabrielli Gutiérrez.
El templo lució una sobria decoración en base a claveles y flores ilusión blancas, se las veía sobre un ángulo en el altar y cascadas en los dos primeros bancos que dan sobre el sendero principal.
Con los acordes de la marcha nupcial del brazo de su tío Arturo Gutiérrez ingresó la novia vistiendo modelo de ceremonia interpretado en gasa color champagne, corsage de escote straples delineadas las terminaciones con guías de pequeñísimas flores de cruny bordadas con perlas de color bronce y dorado, del talle largo nacía la falda trabajada con pliegues drapeados, se extiende al dorso en breve traine. En el peinado lució tiara de iguales flores del vestido con una flor más grande de gasa sobre un costado que le enmarcaba el rostro, en la mano llevó rosario de cristal de tradición familiar. Se le adelantó a su paso llevando los anillos para ser bendecidos la parejita de niños formada por Camila Flores y Lucas Díaz. En el altar la esperaban el novio ataviado con su traje de gala, el sacerdote oficiante José María Acuña y los restantes padrinos Freddy Lalinde, Gladys Abero y Olinhta Gutiérrez.
(Horacio Antonio Lalinde – Nair Ester Gabrielli. Foto: Imagen Digital)
Finalizado el ritual la gentil pareja fue saludada en el atrio, posteriormente con el grupo más allegado se trasladaron a la chacra de la familia de la novia donde se festejó el acontecimiento. El ingreso al predio fue delineado con antorchas, el festejo se centró en el exterior, en el patio y jardín circundante a la casona familiar, en los añosos árboles se colocaron spots con luces dirigidas, en diferentes sitios habían enormes ramilletes y guías de globos blancos y anaranjados, se agrupaban más sobre la improvisada pista de baile. Las mesas fueron tendidas con manteles anaranjados, llevaban al medio transparencias con gemas hidratadas y gerberas en composée de color, debajo la galería se tendió la mesa principal con mantel bordado al realce, encima estaba la torta de bodas compuesta de tres pisos separados por pilares transparentes, todos los pisos decorados en blanco con detalles anaranjados, culminando con la parejita de novios entre flores de azúcar, acompañaba destacado arreglo floral natural.
La fiesta tomó su mayor brillo cuando los noveles esposos comenzaron con los giros del tradicional vals, luego de intercambiar parejas, ritmos de moda se pusieron al aire dando inicio al animado baile con reparto de colorido y novedoso cotillón, momento de bullicio también fue cuando se repartieron las ligas. Como muestra de afecto y amistad recibieron múltiples y prácticos obsequios que pasaron alhajar el nuevo hogar en Melo donde ambos desempeñan sus actividades.