Días pasados se unieron en matrimonio Juan Pablo Lima Tavares y Natalia Vallejo Ifrán, viéndose cariñosamente acompañados por numerosos familiares y amistades testimoniándoles su afecto.
El casamiento civil realizado en el Juzgado de Paz, firmaron el acta, siendo sus testigos: Joaquín De Armas, Leticia Texeira, Filomena y Gustavo Tavares.
Al día siguiente consagraron la boda en ceremonia realizada en la Iglesia Universal del Reino de Dios, en emotiva ceremonia oficiada por el Pastor Jorge.
El ingreso al templo fue destacado con arcos de flores blancas y fino follaje, un caminero rojo donde se esparcían pétalos de rosas conducía hasta el frente, sobre una mesa había bouquet de rosas naturales.
La novia ingresó con su papá Enrique De Rezendes, vistió elegante modelo de ceremonia realizado en piel de ángel color marfil, corsage de breteles finos y destacado con guías de flores de encaje cruny recortadas prolongándose hasta el talle, desde allí nacía la amplia falda con sobrefalda continuando en traine. El tocado lo constituían rositas de satén, el ramo de novia lo formaban varas de liliums. De le adelantó a su paso llevando los anillos la niña Candela Esquerré. Durante la ceremonia el celebrante tuvo hermosas y emotivas palabras hacia los contrayentes y familiares más directos. Muy elegante lucieron las madrinas de ambos, María Susana Tavares, modelo negro de corte muy actual y falda larga, acompañó con torerita de mangas largas con destellos.
Elsa Ifrán, vistió falda y corset de tafetas tono azul petróleo, un bretel fino y el contrario revestido de flores de igual tela. Finalizado el ritual la gentil pareja en el atrio recibió las felicitaciones, posteriormente todos se trasladaron hasta casino de Oficiales en Arenitas Blancas donde compartieron gratos momentos de sociabilidad y diversión. Los colores de la decoración fueron el blanco y rojo, se ingresaba por un sendero delineado de velones encendidos, en el salón decoraban telas en estos colores y grupo de globos espejados en el centro de la pista de baile. Las mesas fueron tendidas con manteles en armonía, lucían al centro candelabros blancos con velones rojos. La mesa del brindis tomó relevancia al verse vestida con mantel ricamente bordado en richelieu y blonda de puntillas, detrás en la pared se cubrió con cortinados de voile blanco y laterales recogidos rojos. La torta de tres pisos cuadrados ubicados de forma desencontrada, decorada en ambos colores y cinta roja en el contorno, culminando con liliums de igual color, acompañaba ramo en cascada artesanal logrado con rosas de la misma tela del vestido, del lado contrario arreglo floral con gerberas y liliums bordó.
Durante la velada un solista deleitó a la concurrencia, el bauile comenzó como es tradición con el vals de los novios, luego de alternar parejas, el baile se generalizó disfrutando todos de la alegría del momento, máxime cuando se repartió el colorido cotillón.
Como muestra de afecto y amistad recibieron múltiples y prácticos obsequios que pasaron alhajar el nuevo hogar.