Sí, las consecuencias de las heladas a fines de junio y comienzo de este mes, están materializando sus consecuencias, como se puede ver en los predios, la fruta en el piso, quemada por los intensos fríos. Así lo muestran en las redes sociales, también, productores citrícolas a través de videos y fotos, donde decididamente, se puede calificar a la situación de CALAMIDAD CITRÍCOLA.
Un crimen a la producción, con una intensidad que no se veía por lo menos desde 2012; ya que muchos chacreros señalan que en el presente evento los daños son mayores que los del año pasado. Las fotos son patéticas y, arrimarse a los predios y verlo in situ, provoca una sensación aún peor.
No se han hecho los relevamientos cuantitativos técnicos, que son del caso y probablemente estén en curso; pero con lo observable en los montes en general; y, sin temor a equívocos, se pueden ver que las pérdidas son totales.
Muchos de los cultivos de pequeños y medianos naranjeros ya venían aporreados de las heladas del año pasado y, como no se le hicieron los laboreos necesarios, había menos fruta, no estaban tan cargados, lo que hace que el daño sea aún mayor. Los que sí pudieron tomar algunas medidas por su cuenta y riesgo, en el mantenimiento de las plantas los encontró con mayor vigor vegetal, pero el daño se produjo de todos modos.
La Junta Nacional de la Granja (JUNAGRA) en su última sesión, con información aportada por Comisión Nacional de Fomento Rural y de la Dirección Nacional de la Granja (DIGEGRA) solicitaron al delegado zonal del Litoral Norte, que movilizaran a las entidades de la ruralidad institucional para que sus productores estuvieran debidamente registrados en el Registro Frutihortícola Nacional, además de otros afectados; para considerar la situación en su globalidad, en primera instancia.
La DIGEGRA y la respectiva Junta siguen trabajando con técnicos del Banco de Seguros del Estado, a la búsqueda de una herramienta para estos siniestros que hoy no cuentan con cobertura alguna.
Es visible una cierta inacción por parte de los damnificados, resignados por el fracaso de las gestiones individuales y colectivas realizadas el año pasado frente a las autoridades de turno en un caso similar, pero de menor intensidad.
Sin dudas que una crisis de esta naturaleza, y, que requiere de soluciones duraderas y sustentables en el tiempo, tiene un componente importante en la concreción de la solución en el aporte de los afectados en su mayoría, en conjunto con las autoridades.
Aunque en rigor, una vez más, los productores, están con la fruta en el suelo, no la pueden comercializar; y, se quedan sin vender nada, de nuevo sin ingresos. A la deriva de su propia suerte. Sin dudas que resolver el ¨ahora¨ es lo determinante en este momento, más allá de hacer camino al andar en soluciones duraderas para el futuro.
EL REFERENTE, LAS HELADAS DEL 2012
Por esa época el responsable del sector citrícola del Ministerio, era el Ingeniero Federico Montes. Y se declaró una emergencia agropecuaria en el sector, por la magnitud del siniestro. Determinaron como solución el aporte de U$S 400 por hectárea, no reembolsable para la limpieza de montes, y evitar cualquier probabilidad de crisis sanitarias y productiva de los mismos; con dinero proveniente del Fondo Nacional de la Granja. Además, se agregó un préstamo de hasta U$S 1.200 por hectárea, en unidades indexadas, sin intereses. Había un máximo de hectáreas por productor. Y ese plan fue refrendado por el Ministro Tabaré Aguerre. Lo que determinó que los productores pudieran seguir adelante con la actividad.
UNA HISTORIA VERBAL NO DIFUNDIDA Y OTRA POSIBLE SOLUCIÓN
Fines de los 80, comienzo de los 90, se vivió una zaga de siete años seguidos de heladas bravísimas, como las presentes en el país. Un emprendimiento citrícola muy importante del Litoral Norte que estaba en vías de consolidarse se tambaleo, y de gravedad, como consecuencia de la referida zaga de siete años de pérdidas. Pero la destreza empresarial de sus conductores lo llevo a buen puerto hasta el presente.
En una ocasión en diálogos con uno de los conductores históricos de esa crisis, persistente en el tiempo; un empresario, técnico y con mucho mundo. Con respecto a estas inclemencias, recurrentes y que no tienen cobertura. Decía que de haber estado en conocimiento de que con los calentadores y máquinas de viento que se usan corrientemente en los montes citrícolas californianos podrían haber paliado en gran medida la contingencia, lo hubieran hecho.
Su implementación habría sido amortizada con la perdida de tres años, y habrían solucionado en gran parte esta calamidad de forma duradera.
Mercado. Ahora, informamos sobre la comercialización, desde los informes de Precios Mayoristas de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana, U.A.M., a saber:

Lunes, 14 de Julio del 2025: La semana comenzó con un menor ingreso de público comprador y una reducción en el levante de mercadería. Esta situación se atribuye a la presencia de niebla y temperaturas bajas durante la jornada, sumado al efecto de la celebración del Día del Padre, que habría afectado negativamente las ventas en el sector minorista durante el fin de semana, según comentarios de informantes calificados. Con respecto al último relevamiento de precios se registraron descensos en los precios de morrón Rojo, tomates, zucchini, apio en Hoja, puerro, coliflor, brócoli, acelga y mandarinas. Y aumentos en los precios de morrón Amarillo, berenjena, chauchas y frutilla.
Informe Semanal de Precios e Ingresos a la Unidad Agroalimentaria Metropolitana
Semana del 5 al 11 de Julio del 2025
Hortalizas de fruto: la oferta en este grupo se redujo significativamente durante la semana, especialmente en las partidas de calidad superior de tomate, presionando los precios al alza.
En morrones, se incrementó la oferta de partidas maduradas artificialmente (estufa), lo que llevó a precios más bajos debido a su rápida descomposición. En cambio, los morrones verdes alcanzaron precios similares a los rojos con maduración forzada destacándose en sus precios aquellos morrones rojos madurados en la planta.
Pepino, zapallito y zucchini continúan con baja disponibilidad, manteniéndose sus precios estables en niveles altos. En berenjenas, la oferta también es limitada, pero los precios aumentaron significativamente por mayor demanda.
En arvejas se incrementa la oferta, mientras que en chauchas se registra un descenso, con la consiguiente presión al alza en sus precios.