No se hacen más controles a los viajes nocturnos, pero hay disposición de volver a instrumentarlos
Policía “no tiene pistas firmes” sobre el crimen del taxista ocurrido hace un año pero “sigue” buscando
Al cumplirse un año y pocos días del crimen del taxista Mario Colombo, asesinado en la zona conocida como “sube y baja” camino a Arenitas Blancas y a pocos metros de la cancha de Saladero, la Policía aduce que sigue trabajando en el hecho pero que hasta el momento no ha obtenido pistas firmes ni indicios claros sobre este caso, pese a contar con información muy variada aportada por personas allegadas a la víctima.
Según informaron fuentes policiales a este diario, el trabajo de investigación sobre este hecho “nunca se suspendió” y se continúa buscando elementos que conduzcan a un hecho cierto sobre lo que ocurrió esa trágica noche.
No obstante, las fuentes de la Policía consultadas, indicaron que los controles que se habían coordinado con los taxistas a solicitud de éstos, tras la muerte del trabajador del volante, por el momento “no se vienen realizando”, pero que sería cuestión de establecer una pauta común de trabajo para que los mismos se lleven a cabo.
Esto implicaba, que un móvil de la Policía hiciera controles sorpresivos en taxis, parando los coches y solicitándoles la cédula de identidad a los pasajeros que en ese momento viajan a bordo. Si bien afirman que en algún momento se hizo, no es lo que ocurre actualmente.
TRÁGICO
La noche del 9 de setiembre del 2010, Mario Colombo, un taxista de unos 50 años de edad, y con varios años en el rubro, fue encontrado muerto de un disparo en la cabeza en una zona alejada de la ciudad y al costado del coche que venía manejando pocas horas después de haber tomado el turno.
La última persona que lo vio con vida, además de quien le disparó, fue el propietario de un camión de transporte de carga, que esa noche fue hasta un lugar detrás de los galpones municipales ubicados en el ex Gramon, para guardar su vehículo.
Este testigo, que aportó el relato más interesante que durante meses recogió la Policía, declaró que cuando iba en el camión observó que un taxi estacionaba al costado del camino de pedregullo, conocido como sube y baja por la existencia de repechos y bajadas, que continúan la calle Catalina Harriague de Castaños cruzando la avenida Pascual Harriague hacia el sur.
El hombre dijo en aquel momento que pensó que podía tratarse de un taxista que estaría acompañado de una mujer, pero nunca pensó que a su regreso, encontraría el cuerpo sin vida del conductor del taxi, el cual yacía en el piso afuera del vehículo con un disparo en la cabeza. Por lo cual llamó de inmediato a la Policía.
Hasta el momento solo existen conjeturas e hipótesis aisladas sobre cómo se habrían desarrollado los hechos, pero la Policía insiste en que apuntó todas sus baterías a poder esclarecer el caso. Incluso, las pericias fueron realizadas por el personal especializado de la Policía Técnica de Montevideo, que llegó al día siguiente con equipamiento técnico de alta tecnología, con el que buscaron huellas dactilares, restos de cabellos, o cualquier indicio que pudiera aportar pistas que acercaran a formar el perfil de un individuo.
Sin embargo, hasta el momento no se han podido reunir datos certeros que establezcan elementos probatorios contundentes que indiquen un camino determinado para la investigación del caso.
Las fuentes consultadas por la Policía, indicaron a este diario que tanto familiares como allegados a la víctima han acercado datos e información que han sido oportunas y valiosas, pero que no han conducido hasta el momento hasta un elemento concreto que amerite detenciones específicas o procedimientos determinados que acerquen al esclarecimiento del caso.
“Estamos trabajando, seguiremos haciéndolo, no nos damos por vencidos, creemos que tarde o temprano podremos dar con los autores de este crimen. Aquí hay un crimen que fue ejecutado y que dejó claro que se trató de un homicidio, nosotros trabajamos sobre eso, y estamos seguros que llegaremos al fondo del asunto”, señalaron altos jerarcas policiales a EL PUEBLO.
“Nosotros tenemos algunos casos sin resolver aún como el caso Ware (1995), o el caso de Arce (1984), pero no nos damos por vencidos nunca, siempre estamos buscando elementos que nos conduzcan a algo específico y que nos permita seguir buscando al culpable, en este caso, del homicidio del taxista”, estimaron los jerarcas.
CONTROLES
Al día siguiente del crimen de Mario Colombo, los trabajadores del taxi junto a representantes de la gremial del sector que viajaron desde Montevideo, al jefe de Policía, Carlos Ayuto y al Intendente de Salto, Germán Coutinho, mantuvieron una reunión en Casa de Gobierno solicitándole a la policía que hiciera “más controles” en los viajes que realizaban los taxistas, sobre todo en horas de la noche.
El acuerdo, fue que la Policía podía parar a un taxi cuando estaba realizando un viaje y solicitarles a los pasajeros que se identificaran con su documento de identidad. Los controles iban a ser sorpresivos y en distintos puntos de la ciudad.
“Se hicieron al principio, pero por el momento se dejaron de hacer, aunque en ese caso solo se trata de coordinar tareas y creo que si se entiende necesario, podrían volver a instrumentarse”, afirmaron los jerarcas policiales consultados por este diario.