Como hemos informado en anteriores ediciones, la pasada semana se presentó en Biblioteca Felisa Lisasola el «Diccionario del Español del Uruguay», preparado por la Academia Nacional de Letras y editado el pasado año. En la ocasión estuvo Juan Justino Da Rosa, Subdirector del Departamento de Lengua y Literatura de dicha institución. Compartimos a continuación algunas de sus reflexiones.
Satisfacer a todos
Haciendo referencia a los criterios de trabajo a la hora de redactar el diccionario, dijo Da Rosa que este material «pretende satisfacer a todos los usuarios en un grado mínimo: que aquel que no tiene ni idea de lo que es una palabra pueda tener el significado inmediato, aquel profesor que duda si es un verbo transitivo o intransitivo o si lleva complemento, si no sabe cómo ubicar ese verbo le proporciona información de uso sobre esa clasificación gramatical, para el lingüista que le preocupa la historia de las palabras y quiere saber la procedencia de esa palabra tiene la etimología, y para aquel que no tiene claro el ejemplo de la definición pues hasta ejemplos hay de que esta palabra se usa de tal manera, y ahí tiene un ejemplo o dos ejemplos de uso de esa palabra».
El uso geográfico
Sostuvo el disertante que otro aspecto que se tuvo muy en cuenta en la elaboración del diccionario es el de precisar el uso geográfico de una palabra dentro del país. «Es importante decir qué uso geográfico tiene esa palabra, si se usa en el Uruguay en general o en Paysandú solamente, o en Salto y Paysandú, en el norte o en el este, etc. Esto está en crecimiento y en estudio. Todo diccionario es perfectible, nunca termina de hacerse y cada generación lo va a perfeccionar».
Palabras «en retiro», «palabras de uso restringido y de uso espontáneo», «palabras esmeradas»
Palabras «en retiro», «de uso restringido», «de uso espontáneo», son algunos de los tipos de palabras sobre las que se refirió Da Rosa al explicar el lenguaje de los uruguayos.
Manejó la palabra «primus» como ejemplo de palabra «en retiro»: «porque las generaciones nuevas no identifican de qué se trata la palabra primus, habrá un 20% de personas en una reunión que entienden lo que es un primus, otros habrán escuchado la palabra pero no tienen muy claro lo que es y otros no tienen ni idea, porque su generación no conoció ni en foto lo que era un primus… Y así decenas de palabras tienen ese proceso que va acompañado por los tiempos, las culturas, las generaciones», dijo. Asimismo expresó que existen «palabras anticuadas», y que se entiende por tal «aquella que dejó de usarse pero está presente en algunos textos».
El término «onettiano» (referencia al escritor Juan Carlos Onetti) fue puesto como ejemplo «de uso restringido», palabra utilizada solamente en un ámbito reducido, que puede ser el de cierto periodismo especializado.
Contrariamente, la palabra «acomodarse» fue puesta como ejemplo de palabra «de uso espontáneo»: «La usa cualquier hablante y apela a las habilidades de una persona para ubicarse o usufructuar determinados privilegios relacionados con el trabajo, una reunión, etc.», expresó, aunque aclaró que «en una nota formal no usaríamos esa palabra porque es demasiado familiar». También se refirió a la palabra «gurí» o «gurises», en cuanto al cambio que tuvo su utilización, pasando de ser muy coloquial a ser empleada por ejemplo «por maestras y profesores como sinónimo de alumnos»; aquí se observa que «todas las palabras están sometidas a los altibajos de prestigio según las generaciones», explicó. Otro ejemplo: «La palabra Joder era prohibida en cualquier ámbito público y en cualquier ámbito familiar, era penada rigurosamente porque no correspondía a los modales y la forma de comportamiento social que exigía la sociedad.
Pues hoy esa palabra se usa en la televisión, en la radio, en la calle, en cualquier ámbito. No quiere decir que la palabra sea mejor o peor pero la sociedad le quitó aquellas marcas que en algún momento se consideraban inadecuadas para el uso social».
Por otra parte, «palabra esmerada» es, según Da Rosa, aquella que «el hablante elige para utilizarla y demostrar que puede tener una modalidad más amable para llamar las cosas».
En este caso manejó el ejemplo de la palabra «Inodoro», que la utilizamos «para comprar un water sencillo y vulgar y hacer referencia a ese artefacto en un lenguaje que no es el habitual de los hablantes en cualquier lugar del Uruguay, porque en nuestra casa decimos water, limpiamos el water, el water hay que cambiarlo, sin embargo cuando vamos a comprar compramos inodoro.
Ese inodoro tiene la connotación de palabra esmerada»