Estos días Pueblo Belén, el pueblo más antiguo al norte del Río Negro, está de fiesta. Celebra los 223 años de haber sido fundado por Don Jorge Pacheco, el 14 de marzo de 1801. De hecho este fin de semana se están llevando a cabo diversas actividades culturales en esa localidad.
“Su misma fundación es ejemplo de inigualable heroísmo; es grandeza, es audacia, fuerza de voluntad de aquellos patriotas, que todo lo daban por su libertad. Y había de ser un “blandengue” el Jefe de la expedición y fundador de ese pueblito de nombre bíblico: Belén. Año 1800, cuando los hombres de América empiezan a soñar con sacudir el yugo de la esclavitud. Y surge así la idea de fundar ese pueblo, que serviría de base para futuras operaciones” (Bernabé Ballista, “Breve historia de una vida heroica”, Salto, 1953.).

Pero entre tanto que hay escrito sobre este viejo pueblo salteño, nos encontramos con un relato que seguro muy pocos conocerán. Es parte de una crónica que escribió hace ya varios años Alcides Flores, el autor de los libros de cuentos “Historias de Tapellara” y “Después de las palabras”, actualmente conductor del programa radial Depende, de Nueva Era FM.
Esos libros mencionados son literatura, son ficción, muy bien. Pero este caso, que se cuenta en esta crónica y que compartimos seguidamente con los lectores de EL PUEBLO es real:
“…En ese periodo muchas personas del lugar, fueron detenidos por los militares y llevados presos acusados de sediciosos donde algunos pagaron de entre dos a seis años de penitenciaría (…)
Quiero volver a referirme a los militares que llevaron presas a varias personas, quiero aprovechar para levantar una bandera imaginaria en defensa de la inocencia, en contra de la injusticia y el atropello cobarde; entre los que fueron llevados detenidos iba un joven que todos conocían y que a lo sumo su delito más grave fue juntarse con otros para pegar afiches.
Rodolfo Abel Dematté Mulhethaler, era un joven de 27 años, de Belén, que en ese entonces jugaba en el Club Nacional de Salto, fue llevado por error a la Cárcel de Libertad por los militares y devuelto en un cajón de madera que no dejaron abrir.
Nunca nadie, ningún libro de historia de los tupamaros se refirió al tema. Nadie se hizo cargo, ni los defensores de los Derechos Humanos, ni Amnistía Internacional, ni los militares, ni los gobiernos de éstos últimos treinta años de democracia, nadie.
¿Por qué? Sencillamente porque él no había hecho nada, era inocente y como toda persona que no ha hecho nada, no tenía nada para decir aunque lo obliguen.
Lamentablemente a este muchacho lo torturaron y falleció sin que le prestaran asistencia médica…”.

ALGUNOS CAMBIOS
En la misma crónica, cuenta Alcides que siendo muy joven se fue a Montevideo (por los años 70) y al volver encontró un pueblo totalmente distinto:
“Me impactó el cambio. El pueblo no era así. Antes del embalse de la represa de Salto Grande (1979), no existía este lago que inundó todo cuando no estábamos y al que nos cuesta hasta hoy acostumbrarnos, se nos quedó en la memoria aquellas hermosas playas naturales de grandes arenales, las islas cercanas a las que se llegaba caminando resistiendo la correntada con el agua por la rodilla. Zona de abundante arena rubia, donde muchos pobladores aprovechaban para hacer su acarreo para construir sus casas. Montañas de piedra negra donde era el hábitat natural de muchas especies de aves y animales acuáticos. Antes del lago, era muy común ver, principalmente con las crecidas, las balsas que pasaban transportando maderas desde Brasil rumbo al sur y en alguna oportunidad aprovechando que grandes árboles eran llevados por la corriente se veía a monitos montados cómodamente en su viaje a nuevas tierras. Hasta hoy se pagan las consecuencias; la calidad del agua ha cambiado, de clara y transparente a turbia y amarronada, existe dificultad para pescar por la escasez de peces, la mayoría de las especies han emigrado aguas arriba. Los montes naturales que servían de lugar de supervivencia de muchos animales ya no existen. También la gente del pueblo aprovechaba para llevar leña para calefaccionarse en las crudas noches de invierno o simplemente para preparar la comida caliente para sus hijos ya que era un único medio de energía posible y fácil de conseguir. La toma (bomba) de OSE, donde a través de caños de gran diámetro llevaba el vital elemento para abastecer al pueblo de agua dulce quedó clausurada. Hoy OSE suministra el agua a la población proveniente de un pozo semisurgente que es agua muy salobre que no se puede beber por su alto olor a cloro y también genera dificultades a las amas de casa cuando quieren lavar la ropa y no consiguen enjabonarla. La plaza de deportes ya no existía, la que era completa, contaba con hamacas para grandes y chicos, paralelas, toboganes, aparatos para gimnasia de todo tipo y canchas de basquetbol, de tenis, lugares para practicar salto largo, lanzamiento de bala y otros. Toda la manzana que abarcaba la plaza fue destinada para construir viviendas, dejando a cambio solamente un gimnasio que hoy es usado como local bailable…”.
Cerramos la página dándole lugar a la poesía, también de Alcides Flores:
ROMANCE AL VUELO
En el baúl de las letras
donde he buscado recién
encontré algunas palabras
quiero mandar a Belén.
El problema es cómo hago
encontrar quien me responda
si hablando mal y pronto
ya no existe ni la ONDA
ni el CHADRE ni el FLECHA DE ORO,
han quedado acordonados
en el tiempo y para siempre
ya son cosas del pasado.
Mejor busco una palabra
alguna habrá mensajera
armo bien un paquetito
que la deje donde quiera.