Edición Año XVII N° 899, lunes 3 de febrero de 2025
HUMO. Cada domingo la primera actividad que realizo es afeitarme y darme una ducha, como para prepararme para encarar la jornada y el inicio de semana. Producto de ello, salgo al patio a colgar la toalla, máxime cuando el sol está radiante e intenso como en la jornada de ayer. De todas maneras, y para evitar suspicacias, aclaro que me baño todos los días, no solo porque corresponde sino porque mi grasoso pelo necesita ser lavado.
Pero entonces, ¿por qué destaco que ayer domingo me bañé y salí al patio a colgar la toalla como si fuera algo excepcional, como que me toca baño solo los domingos? Porque justo ayer pasó algo extraordinario. Cada domingo cuando salgo al patio de casa se respira el humo de las parrillas que hay en el barrio (solo a una cuadra a la redonda he llegado a contabilizar cuatro parrillas), que a mi parecer, termina siendo algo realmente tentador por ese exquisito aroma que desprende la carne asada. Pero lo raro de ayer fue que el olor a humo venía sin la esencia cárnica de cada domingo, solo se respiraba humo.
No dejó de extrañarme, y quedó en eso.
Lo siguiente que suelo hacer es preparar el mate y luego venir hasta la computadora para enterarme de las últimas novedades de la comarca. Es así que en uno de los múltiples grupos de WhatsApp a los que he sido incorporado, veo un mensaje del estimado Juan Carlos Palacios, que terminó por explicarme lo sucedido más temprano. Y cito…
«El humo que afecta a gran parte de la ciudad es resultado del incendio del vertedero municipal. Una amiga de la zona del Hipódromo me comentó que el aire es irrespirable y que incluso durante la noche se oían explosiones», fin de la cita.
A los pocos minutos me cayó otro mensaje por WhatsApp, esta vez del estimado Maestro Héctor Mogliazza Melo en su condición de Presidente de la Asociación Civil Ambientalista de Salto, conocida popularmente como ACAS, donde me compartía una declaración pública de dicha institución titulada “Atentado a la salud de los vecinos del Hipódromo y de todos los ciudadanos salteños” con la siguiente introducción…
“Nuevamente el vertedero municipal en llamas, nuevamente la alta contaminación producida por los incendios, nuevamente nubes de humo tóxico que se extiende en tan importante zona productiva y barrios aledaños, afectando la salud de niños, adultos mayores, mascotas, moradores que ven la desidia, la inoperancia, la ausencia de gestión ambiental, la falta de voluntad para encontrar una solución”.
Y sigue el comunicado, y con razón, reclamando a las autoridades ambientales departamentales y nacionales la falta de una solución al vertedero a cielo abierto que aun mantenemos en nuestra ciudad.
En esta oportunidad me motivé a escribir de este humo en particular, aclarando que ya me he ocupado de este tema en otros momentos, sea en el diario, en la radio o en la televisión, debido a que el mal que padecen los vecinos del Hipódromo cada vez que se incendia el vertedero lo padecían exclusivamente ellos, pero justo ayer ese humo lo llegué a respirar por una fracción de segundos, tiempo en el que me puse en su lugar, y sentí vergüenza de la falta de capacidad o desidia de nuestros gobernantes que no tienen que convivir con este dislate… hasta ayer, que todos lo padecimos.
Hasta la semana que viene y tilo pa’la barra…