Con Yamandú Cardozo, en el festejo de Agarrate Catalina
Más importante que la poesía es observar y saber qué pasa en la sociedad para transmitirlo, opinó
Hacer una nota con él se había vuelto un suplicio. Faltaban pocos minutos para el comienzo de la presentación de su murga y en las afueras de las instalaciones del Club Universitario, la fila para poder entrar alcanzaba las dos cuadras. En la puerta, con la cara pintada pero aún sin el disfraz puesto, conversando con quien quisiera hacerlo, como si fuera un agente de marketing del conjunto, estaba el principal protagonista de la noche, Yamandú Cardozo, un tipo macanudo a quien la fama no le cabe así nomás.
“Lo que nos pasa es algo divino…” repetía una y otra vez cuando el público se agolpaba a pedirle autógrafos y fotografías como recuerdo de su paso por Salto, un lugar donde Agarrate Catalina, ha ganado adeptos de una manera creciente, con la misma estelaridad como si fuera un conjunto de rock. Es que cumplió su primera década de vida y vino a Salto para celebrarlo.
Mientras esto pasaba, el resto de los integrantes de la murga observaban el movimiento desde uno de los balcones del Club Universitario, contentos y asombrados por ver a tanta cantidad de gente que se desesperaba por entrar y que además de sus cámaras fotográficas, filmadoras y teléfonos celulares con los que no paraban de sacar fotos y grabar vídeos para no perder detalles, llevaban remeras, banderas y lo que fuere que les haya ofrecido el merchandising de la murga.
Entre tanto, en la esquina del Club Chaná, la murga joven recién surgida La Mendiga, se aprontaba para hacer la previa del show y calentar las tablas antes del ingreso de la Catalina. Yamandú decidió ir hasta ellos a saludarlos para agradecerles por estar presentes. Emocionados, los muchachos se sacaron fotos y le pidieron para cantar con ellos alguna retirada a lo que el referente de la Catalina aceptó encantado.
Pese a todo esto algo de charla hubo con EL PUEBLO aunque los fanáticos cambiaron el rumbo de la fila y esta vez no apuntaban al ingreso del Club, sino que su destino era primero tomarse una foto con nuestro entrevistado. Entre flashes, poses, sonrisas y saludos, Yamandú Cardozo nos dio su impresión de la primera década de la laureada murga Agarrate Catalina.
GRATAMENTE SORPRENDIDO
“De las diez veces que hemos venido en los últimos cuatro años, era impensable para nosotros recibir este apoyo de la gente. Pero lo que está bueno es poder venir a Salto en plena gira para nosotros, que son tiempos previos al carnaval que nos dedicamos a viajar por distintos lugares y que en una época que está lejos de carnaval, venir a Salto y que la gente venga en masa de esta manera está mortal”, dijo Yamandú Cardozo.
Si bien se lamentó por el hecho de no haber podido actuar en el teatro Larrañaga, por la disposición existente de que las murgas y los grupos de rock no pueden ofrecer presentaciones allí, rescata el aspecto positivo de haber podido venir a Salto para dar actuaciones.
“Nos pasa a los montevideanos, el hecho de que estamos acostumbrados a mirarnos el ombligo permanentemente y a veces no nos damos cuenta que hay un montón de lugares en el interior del país donde poder actuar y que son lugares muy especiales y que nosotros no las aprovechamos o no las conocemos”, expresó.
Cuando reflexionó que un grupo de jóvenes que conformaron una murga y se encontraban ensayando para afinar al ser invitados a cantar con ellos, el principal referente de Agarrate Catalina dijo “está divino eso, es algo increíble, sobre todo porque no hace mucho tiempo que éramos nosotros los que estábamos en esa posición… (interrumpido por solicitudes de fotos y autógrafos aunque él sigue hablando mientras hace las dos cosas, a la vez que agradece y sonríe)”.
EN CONTACTO CON LA GENTE
Agarrate Catalina plantea este año la problemática de la inseguridad con la situación de los menores infractores como protagonistas. Una temática que tiempo después ganó la agenda pública y política cuando salió a luz la campaña de recolección de firmas para plebiscitar la baja de la edad de imputabilidad.
“Es que mucho más importante que la pluma del poeta murguero, es el ojo, ver y observar todo lo que pasa. El cómo se escriba es tan importante, sobre lo qué se escriba y sobre qué se pone el ojo. Se facilita cuando uno además se siente parte y se siente incluido en esa semblanza. El letrista de la murga habla desde la horizontalidad del pertenecer. Es una cuestión circular entre el artista que se alimenta del pueblo y su fruto vuelve. De eso se trata y funciona así, y la materia prima con la que armas el espectáculo es la vida de la gente, y este año en nuestro repertorio que denominamos “Gente Común” lo explicitamos muy bien”, expresó.
Muchos dicen que Agarrate Catalina está tocando un techo y que por esa razón, tiene una fecha de vencimiento que se le ha puesto a su espectáculo. Pero Yamandú Cardozo relativiza esto y se queda tranquilo disfrutando el presente.
“Es lógico, y va a terminar pasando, siempre se va a terminar pero después pasan a ocupar otro lugar. Fijate que Contrafarsa no sale más y sin embargo la rompió y Falta y Resto la sigue rompiendo y tiene idas y vueltas y mata y tiene una mística que es única. Yo soy hincha de la Falta (y Resto) y siento que tiene una mística impresionante, como muchas murgas que no salen más. Porque el género (murga) tiene que comerse los títulos y tiene que ser así porque el carnaval sobre a los títulos llámese Agarrate Catalina, Falta y Resto, La Mojigata, Contrafarsa, La Soberana y a los Patos Cabreros”, comentó.
LA MURGA DEL PEPE
Desde que le hizo el cuplé al actual presidente uruguayo y entonces senador electo, José Mujica en el 2005, Agarrate Catalina ha sido identificada como la “murga del Pepe”. No en vano, para las internas del 2009, le hicieron el jingle oficial de la campaña electoral. Aunque para Yamandú Cardozo el espectáculo de la Catalina “está a salvo” de cualquier condicionamiento que los ligue a tener que evitar criticar al actual mandatario.
Después de la charla con este diario, el público ya había ingresado casi en su totalidad, las luces del escenario ya estaban prendidas y el representante de la laureada murga capitalina, fue a cumplir con el ritual de ponerse el disfraz. Esa noche la Catalina dio su espec-táculo.