“Tanto la policía como la enfermería tienen el acto de servir y velar por los demás cuando lo necesitan…Requieren la convicción de estar siempre dispuesto a la entrega y dedicación para proteger”
Este domingo que pasó, EL PUEBLO publicó un informe que abordaba el tema de aquellos “servidores” de la comunidad, cuyo trabajo no siempre es del todo visible, sin embargo resulta indispensable para cientos o miles de personas. A raíz del mismo, un lector nos decía: “esos son los héroes anónimos que tiene la sociedad”. Fue entonces que pensamos en una persona que ha optado en su vida por dos profesiones que, como ella mismo lo define, “tienen el acto de servir y velar por los demás”: es policía y enfermera. Nacida en la ciudad de Salto el 3 de enero de 1983, se llama Alicia Noel Fernández y de esta manera conversaba para protagonizar nuestro Al Dorso de hoy:
1-Contanos sobre tus tareas actualmente…
Mis actividades actuales hoy, son ama de casa, madre, hija, y además soy funcionaria policial desde hace ya 10 años, y en el mes de marzo de este año me recibí de enfermera. Aparte de eso, hace poco menos de un mes comencé con un emprendimiento, uno de mis hijos viaja el año que viene a Europa con el colegio, por lo que puse un puesto de ventas de tortas fritas, pasteles, bolas de fraile y otras elaboraciones, donde cuento con el apoyo de mi madre, mis hijos y mi pareja, y de lo cual he tenido muy buena respuesta de la gente.
2-¿Cómo se hace para manejar el tiempo entre tantas cosas?
En cuanto a mis tiempos los voy llevando bastante bien dentro de todo…Por el momento, desde que me recibí de enfermera no estoy ejerciendo aún, hace poco llegó mi título habilitado por el Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Salud Pública. Además al contar con el apoyo de mi familia mis demás actividades las puedo realizar.
3-Es decir que ya siendo policía, decidiste estudiar Enfermería y pronto comenzarás a ejercer, ¿por qué decidiste estudiar esa carrera?
Esto ya venía desde hace años atrás, cuando en mis comienzos cuidaba adultos mayores. A posterior, hace ya un buen tiempo atrás con mi mamá nos hicimos cargo de una tía de mi abuelo materno, de la cual vendría a ser sobrina bisnieta por decirlo así, tía Camila, brasilera ella, la cual a sus 93 años falleció en el año 2013, incluso tengo un recuerdo de ella un día que la estaba bañado me dijo, «vocé debería ser enfermeira»…. lo que me quedó grabado de por vida hasta el día de hoy, por el cuidado, el amor y la dedicación para con los demás. Incluso antes de ingresar a la Policía trabajaba en la Aldea de la Bondad. Desde muy pequeña aprendí con la enfermedad de mi mamá lo que era el cuidado y la atención de los enfermos. Y creo firmemente que la vocación de servir se trae.
4-Dos profesiones que tienen en común eso del servicio permanente, ¿verdad?
Sí, considero que tanto la policía como la enfermería, ambas profesiones tienen el acto de servir y velar por los demás cuando lo necesitan. Requieren la convicción de estar siempre dispuesto o dispuesta a la entrega y dedicación para proteger, y allí estamos cuando más nos necesitan.
5-¿Y a ser agente policial qué fue lo que te llevó?
A decir verdad la única imagen paterna que tuve fue la de mi padrino, un Sargento jubilado, el cual muchas veces, día a día, veía llegar con su uniforme y su bolsito, y del cual me siento muy orgullosa, siempre decía que cuando fuera grande quería ser como él. Debido a la patología de mi madre que es epiléptica desde los 13 años y muchas veces debía ser hospitalizada o cuando tenía que salir a trabajar me cuidaban mis padrinos, que en parte me criaron. Puedo decir que me crié en el hogar de un policía, por lo que tuve cierta inclinación a esta profesión, y cuando se dio la oportunidad me presenté a opositar y quedé.
6- A propósito de tu familia, contanos algo de tus primeros años de vida…¿Qué recuerdos tenés?
Los recuerdos de mi infancia en principio son en el campo, ya que si bien nací en la ciudad, al nacer nos fuimos para afuera ya que mi mamá vivía allí, en Puntas de Valentin. Algo lindo de contar y que llevo en mis remembranzas es la gente y sus lugares, algo maravilloso el campo, además de que mi familia materna era gente de campo, y hablo de familia materna ya que solo tengo a mi mamá, no tuve papá, como así tampoco hermanos ya que soy hija única. A mis 4 años iba y venía del campo a la ciudad para poder ir al jardín, en principio iba al Salesiano, a posterior a la Inmaculada. Cuando comencé primer año de colegio ya no íbamos tan seguido afuera, a veces los fines de semana o cada 15 días ya que nos habíamos instalado de forma definitiva en la ciudad, vivíamos en calle Larrañaga 184.
7-Y después que se instalan acá en la ciudad, ¿dónde estudiaste por ejemplo?
Luego por causas y problemas un tanto dolorosos nos mudamos con mamá a barrio Saladero donde actualmente vivimos, al mudarme de barrio comencé la escuela, en mi tan querida Escuela 11. Fui al Liceo 4 de Salto Nuevo hasta primer año de bachillerato, luego fui a UTU. A mis 15 años comencé a trabajar con mi madre como mucama en el Tia Hotel y en la casa de la hija de la dueña del hotel, el dinero no nos alcanzaba y había que trabajar, en la tarde iba al liceo. A mis 16 años me casé y luego vino mi primer hijo, Nicolás, quien hoy tiene 25 años. Ya después continúe trabajando como niñera, doméstica, y cuidaba adultos mayores con mi mamá.
8- Sin dudas la de tu mamá parece ser una figura muy fuerte en tu vida, contanos más de ella…
Mi mamá fue, es y será mi motor, fue mi mamá y papá a la vez, la persona que siempre estuvo y está, la que me acompaña, me apoya y me cuida. Me crió, me dio educación, fue jefa de hogar, trabajó mucho por y para mí, cuando no podía estar para cuidarme por trabajar buscó quien lo hiciera. Trabajó duro toda su vida y sé que cada cosa que logró para nosotras le costó mucho, pasó por tanto, desde el abandono de su madre prácticamente de recién nacida y lo de su enfermedad…Ella no tuvo la oportunidad de hacer una carrera, vivió parte de su vida con sus abuelos paternos, donde una parte fue afuera, y allí la vida del campo era sacrificada, desde pequeña había que trabajar. Ya de grande al no tener estudio era difícil conseguir trabajo, ella hizo de todo, trabajo con cama, de doméstica, limpiezas, cuidó adultos mayores, incluso lavaba ropa. Sin mi madre no hubiera logrado nada de lo que soy hoy, gracias a ella pude estudiar, trabajar, criar a mis hijos, recibirme de policía y de enfermera. Fui muy bendecida con la madre que Dios me dio.
9-¿De tus hijos qué contarías?
Tengo cuatro hijos, dos varones de 25 y 18 años, y dos hijas de 17 y 11 años. Mi hijo más grande trabaja, ya terminó sus estudios; Lucas que es el que le sigue, el año pasado terminó el bachillerato y está en UTU estudiando Construcción, está haciendo la tecnicatura; Delfina de 17 años se encuentra en segundo año de bachillerato en la orientación Científica; y Zoe la más pequeña, aún se encuentra en la escuela, al igual que mi mamá son mi vida, todo es por ellos y para ellos, y somos muy unidos, yo los llamo» mi pequeña gran familia».
10-¿Tenés claros algunos planes a futuro?
Mis planes a futuro con la ayuda de Dios es hacer la Licenciatura en Enfermería; es mi mayor anhelo, ya que puedo decir que la enfermería cambió mi vida, fue mi enseñanza. En cada paciente que tuve en mis prácticas de Hospital, de las áreas que estuve, en geriátrico, incluso con los usuarios de las UBAs encontré una historia de vida que cuidar y acompañar, me hizo crecer como persona, fomentar la empatía y ser cada día mejor ser humano.