En un partido con final dramático, de los mejores de todo el Mundial hasta aquí, Holanda ganó 2 a 1, logró la gran hazaña de eliminar a Brasil, es el primer semifinalista del torneo y espera al ganador de Uruguay vs. Ghana para pelear por un lugar en la gran definición.
Será la primera vez después de 12 años que el conjunto europeo juegue los siete partidos de una Copa del Mundo, algo que no sucedía desde Francia 1998 cuando, tras eliminar a la Argentina, cayó por penales, precisamente con su vencido de hoy.
Además, el equipo naranja prolongó a 24 su racha invicta, la mayor de su historia, y a 13 sus victorias consecutivas, lo que la hace aún más temible.
Robinho abrió la cuenta para el pentacampeón a los 9 minutos del primer tiempo, pero en la segunda parte, Felipe Melo, a los 9, y en contra, y Sneijder, de cabeza a los 25, dieron vuelta la historia. El equipo de Dunga fue el claro dominador del primer tiempo y debió establecer una mayor diferencia, los europeos no perdonaron a los sudamericanos.
Brasil tomó las riendas del juego en el comienzo. A los 9 minutos, Felipe Melo le metió un pase milimétrico a Robinho, quien aprovechó un desacople defensivo de los naranjas y definió con clase ante la desesperada salida de Stekelenburg.
Holanda acusó el golpe. Porque a pesar de que los europeos seguían teniendo la pelota, eran los brasileños los que llegaban con más profundidad. Pudo ser de Luis Fabiano de cabeza, Maicon intentó la personal pero no pudo, y Stekelenburg le sacó a Kaká lo que hubiera sido un golazo al ángulo. Con el resultado puesto, esa fue “la” pelota del partido.
En el primer tiempo, Brasil tuvo momentos de fútbol de alto vuelo, con lujos y toques, como si Dunga quisiera taparle la boca a los que criticaron su estilo de juego, tal vez mezquino para con el espectáculo pero efectivo en cuanto al resultado.
En el inicio del segundo tiempo, Brasil siguió desaprovechando chances de aumentar la cuenta e incluso liquidar el partido. Pero un centro de Sneijder se convirtió inesperadamente en el 1 a 1, luego de que Julio César chocara con Felipe Melo, quien antes rozó el balón con su cabeza.
La igualdad encendió a los naranjas, quienes volvieron a emparejar las acciones, y el partido se hizo de ida y vuelta, y sin un claro favorito para quedarse con la victoria. Las chances brasileñas ya eran parte del pasado.
Y entonces, aquella lógica de que los goles que no se convierten en un arco se sufren en el otro dio una muestra más de realidad. A los 24 minutos, Robben pateó un corner desde la derecha, Kuyt cabeceó en el primer palo y Sneijder definió con un frentazo.
Ante ese panorama, el final del partido se hizo dramático, con un Brasil desesperado por buscar la igualdad y con una Holanda que tenía la sensación de que en cualquier contragolpe llegaba el tercero.
En medio de todo eso, Robben entendió el juego, la pisó más de lo recomendable y Felipe Melo le puso el moño a una tarde que comenzó bien y terminó de la peor manera: planchazo y expulsión. Otra despedida inesperada para Brasil.