Es otro de los destacados docentes nacido en Salto que ha trascendido fronteras; a su vez es escritor y dibujante: un creador nato.
Nació – como el mismo lo relata – en un caluroso día de noviembre del año 1945.
Confiesa que desde tierna edad “fue un soñador con ganas de inventar cosas nuevas”.
Como también el protagonista de estas vivencias considera, un ingrediente de incentivo fue el compartir la capacidad de su progenitor, que se dedicaba a construir sencillos juguetes.
López destaca que se encuentra con la literatura infantil por casualidad, pero logra descubrir un mundo rico en personajes que toman la voz de sus experiencias y la plasman en un ámbito animado, dinámico y poblado de mensajes.
Sergio Miguel López Suárez se formó y recibió en el Instituto de Formación Docente de Salto… el barrio de su crianza fue el Cerro y casualmente hoy reside en la zona del Cerrito de la Victoria en Montevideo, desde el año 1976.
Antes de encontrarse con el magisterio, estudió en la Facultad de Arquitectura y gracias a las asignaturas que aprobó, pudo ingresar en el instituto.
Antes de instalarse finalmente en la capital del país, llegó a ejercer algunos años en su pueblo de origen.
Por cuestiones ideológicas fue destituido por un tiempo y luego restituido.
–¿Primeramente fue dibujante y posteriormente docente y escritor?.
-“Tal cual. Me inicié como ilustrador aquí en Salto en el diario EL PUEBLO (nuestra casa) y el primer dibujo que hice fue de la iglesia ubicada frente a la Plaza de los Treinta y Tres y a su vez trabajaba con Fausto Carcabelos, un gran amigo que desafortunadamente perdimos.
En ese preciso momento comenzó a dibujar para el espacio infantil “Rayuela” suplemento de estudiantes magisteriales que publicaba el diario EL PUEBLO, a cargo del periodista y maestro Carlos Díaz De Abreu.
“Tanto con él como con su padre, fuimos grandes amigos y vecinos” – comentó el entrevistado.
Fue el ganador de varios concursos de afiche y tuvo la oportunidad de trabajar junto al arquitecto Rodríguez Musmano.
Reconoce que el ejercicio de la ilustración lo marcó en forma significativa.
–¿Cómo entra al universo de las letras?
-“Fue casualidad… escribí ese libro pensando en Ernesto, uno de mis hijos que dijo Uh… y de allí surgieron los personajes”.
Así nace la primera obra literaria infantil de la mano de López, denominada “Stoz en el País de los UH”.
Son unas criaturas muy sencillas que le hacen homenaje a la forma de representar a la figura humana que todos realizamos cuando somos pequeños.
(una gran cabeza y largas piernas.
“En general, los que nos dedicamos al arte somos muy espontáneos y el razonamiento a veces nubla un poco la creatividad”.
Siempre es mejor razonar luego de el acto de crear, de lo contrario uno se vuelve demasiado intelectual e intelectualiza lo que encuentra a su alrededor – según la concepción del salteño entrevistado.
“VIVIMOS EN UNA CIUDAD
QUE ETIQUETA TODO”
–¿Cuáles fueron los móviles que lo llevaron a transitar por el mundo infantil?
-“También un poco por casualidad… vivimos en una sociedad que etiqueta todo… como eran frases cortas y dibujos muy sencillos se lo concibió como un libro para niños… inicialmente no lo es, no obstante los pequeños lo han aceptado.
Debo reconocer que desde que comencé a trabajar para una revista Colorín y Colorado que estaba especialmente dirigida a los niños.
Me dedicaba a la parte de la ilustración y diagramación.
Es esa época Víctor López empezó a consustanciarse con la literatura infantil.
“Comencé a leer mucho …me gustó y me pareció que era una expresión que podía ser disfrutada tanto por adultos como por los niños.
Mario Benedetti una vez señaló que si se pretende tener éxito en este país, hay que escribir para un público de doce años.
“Los niños son capaces de
entender más que los adultos”
La comprensión de los niños es más amplia, tal vez porque no se plantean tantos prejuicios y barreras como los adultos.
El niño lo que ve, lo expresa en forma auténtica.
“Anina Yatay Salas” es una novela, donde el personaje (Anina) ve la vida de ida y de vuelta y hace unos cuentos basados en hechos reales vividos por el autor y por personas a las que quiso mucho; “gente muy humilde, desconocidas que nunca van a trascender, pero que han hecho cosas de una dignidad muy grande” (explica López, emocionado).
Basada en la novela recientemente se estrenó un largometraje animado, llevado adelante por un grupo de cineastas jóvenes que ganaron el premio FONA y varios otros reconocimientos.
“La vida es un ida y vuelta” – Anina narra sus historias que vive en su viaje de ida y vuelta en el ómnibus y juega con el doble sentido de lo que es un palíndromo (aquellas palabras que se pueden leer tanto al derecho como al revés).
Las historias tocan temáticas que son consideradas tabú, como es el caso del amor entre niños que no es tomado en serio… otro tema es el de la penitencia, la sanción en la escuela.
Ciertos sucesos marcaron a Sergio López desde niño, que lo llevó a percatarse del verdadero concepto de la justicia e injusticia.
Nunca imaginó que años más tarde se convertiría en un ilustrador y autor de libros… que superan la treintena.
“Sueño que los libros que invento irradien algo de esas idas y vueltas que la vida de los gurises me sigue mostrando…disimuladas entre juegos y verdades”. – reflexiona el autor.
El peculiar terruño de los “uh”
Cada página de Stoz, el País de los UH es una postal que escribí para un grupo de salteños, que acompañó a nuestra familia allá por el año 1976 cuando vivíamos en el Palacio Salvo, edificio emblemático de la ciudad de Montevideo.
Inicialmente las postales fueron dirigidas a alguno de los amigos entrañables, con la intención de documentar vivencias significativas que compartimos con ellos”.
Vale decir que en la tercera edición del libro se advierte una diferencia sustancial en lo que tiene que ver con la ilustración.
El fondo gris, tiene el propósito de resaltar la blancura que caracteriza a los UH, peculiares personajes que cobran vida en el mundo de López.
La escritora y maestra salteña Martha Cano, concibe al libro que encarna el país de los UH, como una expresión que contiene mucha poesía.
“Es también un clásico para los niños: breve, límpido y de ritmo ágil” – precisando que tiene las cualidades de los clásicos.
“El poeta es un hombre que vive jugando en el patio grande de su corazón.
Se trata de un libro que se hizo jugando: con las ideas, con las palabras…como Sergio es un gran dibujante, también con las imágenes”.
En concordancia con su crítica se desprende de que las imágenes y el texto se complementen no es un fenómeno usual; constituyéndose en “un privilegio que pocos disfrutan”.
Es una obra que verdaderamente encierra “magia”, que congela la acción sin detenerla… “una creación fermental y generadora”.
También Marta Cano sostiene que se los puede concebir como personajes universales donde estamos representados todos…engloba a la humanidad en una mirada de padre.
“Acá estamos todos como somos y como querríamos ser” – reflexiona.