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martes, 1 de julio de 2025
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Pregunta: ¿por qué no quieren jugar al fútbol?

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Un colega de nombre Gabriel Pedro Paique, reflexionaba en voz alta, tras una reciente sesión del Consejo Superior de la Liga Salteña de Fútbol. Su frase es del caso rescatarla, porque de alguna manera, implica asociarla a este presente.
«Me preocupa que en la Liga se hable más de OFI que del fútbol nuestro. Estamos pendientes de las fechas que se determina allá, y no de las fechas que podemos manejar aquí, si el fin es jugar», espetó Gabriel.
Donde puso el ojo, puso la bala, el analista colega y no se trata menos que compartirla. La realidad en el caso de la «A», es abarcador como hecho y profundiza la sensación que por momentos, el fútbol parece haber hastiado a quienes lo deben orientar.
Planteles que comenzaron su pretemporada en febrero, y una gran mayoría, dependientes del producto de la selección. Alguna vez habrá que sintonizar los fines y en la medida que exista GRANDEZA EN EL FIN, los combinados pueden prolongarse, sin que ello implique la parálisis de los clubes. Cabe interrogarse si la no asistencia de dos o tres titulares en un equipo, es capaz de hundirlo en la impotencia.
A CONTRAMANO DE LA RAZÓN
El 28 de octubre de 2014, concluyó la segunda rueda a nivel de la divisional «A». De los seis equipos que no avanzaron a la liguilla, dos descendieron y retomaron la acción un mes atrás, cuando despuntó la temporada de la divisional «B». Pero el hecho es que cuatro equipos, River Plate, Gladiador, Saladero y Chaná, al 28 de abril de 2015, transcurren SEIS MESES SIN JUGAR. Y van para los siete meses, desde el momento que el fútbol de la «A» se echará a andar el 17 de mayo.
Entonces, cabe preguntarse: ese hecho puntual, ¿les trasciende o les importa?, o simplemente es admitir que las circunstancias giran sobre este eje y punto?
Casi 200 días sin jugar en un campeonato oficial, para clubes futboleros como los cuatro mencionados, ¿no hay margen para el rechazo? Y en verdad, dos casos más patéticos aún, como los de Saladero y Gladiador, teniendo en cuenta sus fermentos barriales.
La razón parece burlada. El sentido común también. Dolorosamente cierto.
Pero, ¿a cuántos les importa? ¿A quiénes les importa?
TENEMOS TODO Y A VECES NO TENEMOS NADA
Las consagraciones de Salto a nivel de Sub 15, de sub 18 y de mayores, dejan en claro el principio de coherencia al servicio de un objetivo. Salto barrió literalmente con los opositores de turno. La triple corona sintetiza la potencialidad de un fútbol capaz de ejercer roles hegemónicos. De dominación expresa. No existe Liga en el Interior, con la base y la proyección que la de Salto, más todo lo que supone su infraestructura: técnicos, jugadores, campos de juego, 34 clubes, casi 5.000 jugadores para la acción y el amparo de una población de algo más de 100 mil personas.
El hecho es que Salto tiene a todo a favor, PARA JUGAR AL FÚTBOL LOS DOCE MESES DEL AÑO y con una continuidad que en modo alguno puede saturar, en función de las divisionales, los torneos, las categorías, etc.
¿Cual es la frustración?: no disponer de una Comisión de Calendario que analice ese TODO y definitivamente no sectorice. Nada implicará restarle espacio y acción a los seleccionados que nos enaltecen, pero también fijando pautas en pro del fútbol doméstico.
Para ese fin, habría que expulsar la duda. El determinar porqué para no pocos, domina esa sensación de no querer jugar. Cual es la razón por la que prevalece ese reino del revés.
O dejar en claro, qué se quiere y qué no se quiere,
Y que no falten, los que dispongan de alguna respuesta a mano. Porqué en definitiva se oculta la mayor de las lógicas: la de simplemente, jugar.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-

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