La futura titular de Vivienda eludió hablar de prioridades, dijo que primero se informará y que luego verá hacía «dónde se apuntará». «No quiero dar un diagnóstico o un panorama, porque desconozco la realidad del ministerio», dijo el lunes la designada ministra de Vivienda, Irene Moreira, cuando se la consultó sobre las prioridades que marcarían su gestión.
La futura jerarca acababa de participar en la presentación de los integrantes del Gabinete que el presidente electo, Luis Lacalle Pou, realizó ese día en el Hotel Dazzler, en Pocitos. Moreira, prudente, reafirmó que se «tomaría un silencio» antes de expresarse, hasta tanto no tuviera «conocimiento pleno» de la cartera que le tocó comandar.
Por eso sorprendió que pocas horas después, y sin haber accedido a la información que le hubiera permitido formarse un opinión, dijera que esperaba encontrarse una «gran sorpresa», afirmando que le parecía que había «algunos números maquillados».
Lo dijo en una entrevista que divulgó el miércoles La Mañana, el semanario afín a su partido, Cabildo Abierto, ante una consulta sobre qué esperaba encontrarse en el ministerio. «Vamos a hacer una limpieza en la casa y a ordenarla, esa es la primera misión», afirmó.
El manto de dudas abierto por Moreira generó la inmediata reacción de la actual ministra Eneida De León. «Nuestros números, los de viviendas, los programas ejecutados y demás, son confeccionados con objetividad por un grupo de funcionarios; son una expresión política del ministerio», aclaró este jueves en conferencia de prensa.
Para la ministra, las afirmaciones de su sucesora seguramente hayan sido fruto de un «error», que serían corregidos una vez que Moreira analice los datos de la secretaría de Estado. «Cuando ella lea los informes va a ser consciente de eso», garantizó.
Ambas, finalmente, se encontraron este viernes en la sede de la cartera, en la primera reunión de transición entre la actual y la futura gestión. En un encuentro cuya preparación se había enrarecido además por la voluntad de la nueva ministra de concurrir acompañada de una escribano para que labrara un acta.
Luego de esa instancia, Moreira optó por relativizar sus dichos y afirmar que había sido malinterpretada. Según dijo, su referencia a los «números maquillados» fue en realidad a la magnitud declarada por el gobierno sobre el déficit fiscal.
«No hablé del ministerio», afirmó. «Recién hoy estoy poniéndome en contacto con la realidad». En su visión, se trata de un tema que «ya fue» y que «está aclarado». El hecho de haber tomado contacto recién con la realidad hizo que, al ser consultada, declinara hablar de las prioridades que tiene para su gestión. Primero, explicó, se informará sobre todas las áreas ministeriales, para luego ver «dónde se apuntará». De todas formas, insistió en que su «preocupación fundamental» está relacionada a la erradicación de los asentamientos.
