Con Nery Barreneche: un embajador uruguayo del arte que triunfó en el viejo continente
Nery Barreneche es un insigne músico artiguense que tiene a su vez fuertes vínculos en Salto – donde viven grandes amigos y los familiares de su esposa Gogó y aquí vive Valentina, su ahijada.
Accedió a compartir sus fascinantes vivencias en “Una historia que contar” – que posiblemente tenga un denominador común con varios artistas que un día decidieron emigrar al exterior.
Y como esos grandes talentos que son tocados por la varita mágica del Creador, este artista uruguayo – que abrió sus ojos por primera vez a la vida en Artigas, tierra “donde se toca el sol con la mano” y siendo muy joven decidió depositar sus sueños artísticos allende fronteras y barco mediante partió buscando nuevos horizontes donde supo triunfar y abrirse camino.
“Corría el año 1975 y eran épocas muy complicadas. Yo hacía dos años que no podía tocar en Uruguay. Me presentaba en bandas brasileñas del otro lado del río en dos bandas muy importantes de aquel momento.
Al cabo de un tiempo nos juntamos con otros dos músicos y decidimos venirnos a Barcelon, donde ya había un precedente.
Habían venido antes Perico Arteche (prestigioso músico artiguense extinto) y Leonardo Ribeiro.
Ellos se encontraban aquí en Europa desde el 73.
En abril de 1975 agarramos un barco que salió desde Montevideo – y luego de quince días de barco – haciendo parada en algunos lugares de Brasil – llegamos a Lisboa.
Todo ello fue a consecuencia de una situación política insoportable.
Llegamos a Barcelona el 10 de mayo de ese mismo año y no teníamos ni idea de para adónde agarrar.
Casualmente se encontraba allí un primo de Perico que nos indicó la primera pensión para vivir esos primeros tiempos. El nombre de dicha posada – recuerdo – era San Cristóbal.
En ese entonces estaban de moda los Pub donde se interpretaba música sudamericana,… se podían cantar las canciones de protesta.
Fue así que comenzamos a tener éxito y a trabajar… siempre mezclando la música de Brasil y la de nuestras raíces” – comienza relatándonos Nery.
“ME CRIÉ EN UN ÁMBITO MUSICAL POR EXCELENCIA”
-¿Cómo nace su vocación musical?
-”Desde niño… mis tíos eran músicos. Mi padre que era el mayor había estudiado guitarra y compartió sus conocimientos con el resto de sus hermanos… mis tías cantaban… en ese ámbito me crié… en el campo oriental de aquella época.
En el campo no teníamos TV y la diversión era tocar y cantar al lado de la estufa. En Artigas en ese tiempo no había radio y mi tío me llevaba a los programas de auditorio.
A los diez años mamá me mandó a una profesora de acordeón…y fue lo que de alguna forma me salvó la vida”
De su infancia Nery recuerda sus vivencias en la campaña artiguense. Mi padre tenía un campito en Paso del León. Tengo recuerdos muy lindos de mi niñez.
En el 63 me fui a pueblo Yacaré donde empecé a dedicarme más a la música, a evolucionar en los primeros bailes, a los trece o catorce años.
Esos bailes donde el piso era de tierra y había de tirar agua para amainar el polvo.
A los quince ya en Artigas comencé a tocar con los Play Boys. Fue realmente una infancia maravillosa.
Recién en el año 1971 a los veinte años conocí el mar al viajar a Montevideo.
– Cómo surgió el lazo de amistad con los músicos de Salto?
– “El cantante de Los Bohanes fue Eduardo Rattín de Salto, en la década del setenta, que tuvieron un importante reconocimiento en un concurso en Punta del Este.
También conocí un gran baterista, Néstor Previale que era del otro lado de la fontera. Sarita Urroz Rodríguez también es de Salto. En el 2009 fui a tocar a Salto en compañía de José Luis Curubetto.
Al inicio iba a tocar con el famoso baterista salteño Tapa Peralta… pero justamente tuvo un grave problema y aún así me fue a ver en silla de ruedas.
-¿Cómo fueron sus vivencias musicales en Europa?
-Estuve tocando con un cuarteto en varios Pub durante tres años y luego me fui a Brasil.
Al volver toqué con el Showman Pedro Ruíz donde con quien pude recorrer todo Europa… fue el momento profesional más intenso de mi vida… que fue maravilloso”.
– Cuéntenos de su familia…
– Conocí a Gogó (su esposa) en el 67 y fuimos novios. Nos casamos por poder y ella se vino un año después a Europa.
Luego nos fuimos a Brasil en el 79. Ella trabajaba como secretaria ejecutiva en una empresa catalana en Río. Nos fuimos luego a vivir a Campinas (San Paulo) donde nacieron mis hijos, Camila (que es investigadora y brinda conferencias en todo el mundo) y Felipe que también es músico y toca el saxo.
Con Gogó hace más de cincuenta años que estamos juntos”.
Nery Barreneche ha estado en prácticamente en todos los países europeos donde ha podido cosechar varias amistades.
Aquí en Salto viven los parientes de su esposa, puesto que los padres de ella nacieron aquí y aún conservan sus tierras en Tala de Arapey.
En la actualidad Nery está tocando son su hijo Felipe en un palacio del siglo XVII en Barcelona todos los viernes.
– ¿Tiene en mente retornar definitivamente a su tierra de origen?
– “Siempre voy a volver, pero mi vida está aquí en Barcelona, donde tengo mi casa y donde residen mis hijos. En Artigas en 2017 me hicieron un cálido homenaje y pude tocar en varios lugares recordando viejos tiempos.
Toda su vida ha girado en torno a la música y se siente que se debe a ella y está plenamente consciente que si volviera a su país no podría vivir exclusivamente de la música como lo hace en el viejo continente.
Por un tiempo también estuvo tocando en un lugar mítico de Jazz en Londres.
Nery ha compuesto varias músicas entre las cuales figura una que dedicó a su ciudad natal.