El pasado miércoles se cumplieron 20 años de la desaparición física de Ruben Lena, uno de los mayores creadores del cancionero popular uruguayo. Había nacido en Treinta y Tres el 5 de abril de 1925 y falleció en Montevideo el 28 de octubre de 1995. En homenaje transcribimos seguidamente un fragmento del libro “Voz y Palabra – Historia transversal de la poesía uruguaya. 1950-1973”, de Luis Bravo: “Rubito, como le decían los suyos, habría dejado de estudiar guitarra a los 9 años. Tiempo después, en su primer destino como maestro rural en las Sierras del Yerbal conoció a ese Indio Baladán con quien retomó el instrumento que en adelante utilizó para componer sus canciones… Su primer acercamiento al canto y la milonga habían sido las peñas juveniles en el Rancho del Nico y en el boliche La Vaca Azul, picada obligada de la bohemia pueblerina…En 1949, ya regresado a sus pagos con el flamante título de Maestro de Enseñanza Primaria, Lena conoció y trabó amistad con un poeta salteño que había hecho nido en el Olimar (V. Lima)…En 1961 se propuso hacer un cancionero para la Escuela Nº 73 del barrio 25 de Agosto, donde era maestro y director. De esa tarea pedagógica surgió la letra y la tonada de A Don José…Al año siguiente la Escuela invitó a participar de unas jornadas culturales a un joven guitarrista, José Pepe Guerra y a su aparcero, Braulio López, que cantaba y tocaba bombo.
Desde entonces, ese dúo de jóvenes intérpretes, denominado Los Olimareños, fue componiendo junto al maestro Lena un cancionero que daría nuevo impulso al canto folclórico…Lena es, históricamente, uno de los más conscientes artífices de la gestación de un cancionero que brinde un espejo identitario al pueblo oriental…La canción tiene que ser como un pájaro –le dijo con su hablar pausado a Mario Carrero-, y ese pájaro tiene que llamar la atención de la gente. Pero cuando la gente se le aproxime, el pájaro deberá volar, ni tan lejos como para perderse de vista, ni tan cerca como para que pueda ser capturado fácilmente”.
