Una mujer que ha hecho su propio camino en el periodismo
Alina Dieste es periodista, esposa, madre. Llegó hasta Salto acompañando a su esposo que vino a dar una charla sobre periodismo, invitado por EL PUEBLO. Aprovechó su visita a nuestra ciudad para recordar anteriores visitas y apreciar la magnitud del reconocimiento del pueblo salteño a la obra de su abuelo, Eladio Dieste. Hablamos con ella de su trabajo y de la vida de un matrimonio de periodistas.
– ¿Cuándo se dio cuenta que lo suyo pasaba por el periodismo?
– Yo creo que era una niña, siempre me gustó escribir, debería haber tenido doce años, quizás un poco más, pero me acuerdo que me hicieron en el liceo un estudio de orientación vocacional y me dio muy marcado que era para la comunicación. Siempre me gustó especialmente el periodismo, los diarios y todo lo que está vinculado con la prensa, con contar historias, ir y venir, creo que me daba la posibilidad de hacer periodismo, al menos es lo que sentía yo, de vivir historias de otros e involucrarme en cosas que estaban pasando, por eso me gustaba.
– ¿Cuál fue su primer trabajo en periodismo?
– Empecé en periodismo como trabajo remunerado en Búsqueda en 1994, empecé en la sección de Tecnología, Ciencia y Salud, temas que me parecen muy importantes. Más allá que Búsqueda es un semanario más político y económico, se había preocupado por tener páginas diferentes. Durante dos años me dediqué a temas como el medio ambiente, la salud, y después pasé a política, fue una experiencia muy interesante porque estuve en Casa de Gobierno durante el mandato de (Julio María) Sanguinetti, así que unos años en política cubriendo todo lo que tiene que ver con tareas de gobierno pero también en campaña electoral después, que es algo que siempre había querido hacer, me divertí mucho, trabajé mucho también, es bastante estresante, agotador, pero tuve muy buenas oportunidades de viajar y conocer gente distinta, me gustó. Después fui madre…
– Previo a eso, ¿en Búsqueda conoció a su futuro esposo?
– Exactamente, lo conocí en Búsqueda. Nos casamos en 1998, pero primero trabajamos juntos un tiempo. La pasión por el periodismo, la pasión por informar y estar al tanto de lo que pasaba era algo compartido…
– ¿Se trató primero de una atracción intelectual y luego avanzó a otra categoría?
– (Se ríe) No sé, no sé, pero evidentemente la vocación común sin duda nos unió, eso puede traer también problemas más allá que es interesante como pareja compartir la misma profesión, pero bueno, cuando a Gabriel (Pastor) más tarde lo nombraron secretario de redacción, yo decidí que no me gustaba mucho eso de trabajar con mi marido como jefe (risas), entonces me fui de Búsqueda. Para entonces ya tenía dos hijos y además ya había hecho otras cosas aparte de política y medio ambiente en Búsqueda, estuve en la parte internacional, estuve escribiendo sobre periodismo. Mis últimos años en Búsqueda fueron en la sección de cultura, donde fue realmente un placer trabajar no solo porque los temas culturales me interesan mucho, libros, cine, arte, sino porque me dieron la posibilidad de vincularme al mundo del cine haciendo comentarios de películas que bueno, es algo que mantengo hasta el día de hoy y que se ha convertido en un hobby.
– ¿A dónde fue luego de su etapa en Búsqueda?
– Yo soy además profesora de inglés, por lo que aproveché a trabajar un tiempo como traductora en el Estudio Ferrere en Montevideo, pero fue más que nada una prueba para ver qué era salir un poco del periodismo. Extrañé muchísimo más allá que en Ferrere fueron muy amables y el ambiente muy lindo, pero yo extrañaba las redacciones, se extrañaba hablar y estar todo el tiempo viviendo periodismo, fue muy traumático moverme de Búsqueda, más que nada porque yo había hecho ahí toda mi carrera formativa, conocí gente estupenda, mis maestros están ahí, y de alguna forma me costaba salir de ahí e irme a otro lado, pero fue una decisión más personal que otra cosa, la necesidad de cambiar.
Y al poco tiempo de estar en Ferrere me dije que tenía que volver, me gustaba la idea de trabajar en los medios otra vez, así que un poco exploré las posibilidades, me presenté a la Agencia France Presse (AFP) que tiene la mesa regional en Montevideo, hice las pruebas que hay que hacer, fui pasándolas y finalmente quedé allí, así que en los últimos cinco años trabajo en la Agencia France Presse con mucho gusto porque es también una posibilidad distinta, estoy haciendo un periodismo diferente al que hacía en Búsqueda pero periodismo al fin…
– ¿Cómo es el periodismo que se hace en France Presse?
– El periodismo es periodismo siempre, acá tenemos además de la oficina local, la mesa regional de edición, de traducción de todo el material que viene del resto de la región, me refiero a América Latina, y junto con la oficina en París (Francia), ofrecemos a los clientes el servicio en español que tiene información de todo el mundo. La Agencia France Presse es una de las agencias que está presente en el mundo entero, en seis idiomas, el servicio en español se hace con periodistas acá con un sistema de posta porque el trabajo de agencia tiene mucho de 24 horas, estamos siempre atentos a lo que está ocurriendo. Y bueno, lo interesante es conocer más de cerca la realidad latinoamericana, estar en contacto con periodistas de toda la región, también de Estados Unidos, de Europa, y eso le da a uno una visión muy amplia de todo lo que está ocurriendo, y uno ya siente que ya no es la aldea o lo que ocurre solo en Uruguay sino el mundo, está bueno.
– ¿Cómo es la relación de un matrimonio de periodistas? Digo, cuando se encuentran de nuevo luego de una jornada de trabajo, ¿se ponen a charlar temas del trabajo o discuten sobre cosas más personales?
– Diría que en los primeros años –nosotros llevamos unos cuantos años de casados- el tema profesional era algo muy importante, era realmente central, pero bueno, después fueron pasando otra cosas, vinieron los hijos con sus cosas, los problemas cotidianos, y más allá que amo el periodismo y me encanta lo que hago, mi vida no es solo periodismo. El periodismo es mi medio de vida y quizás una forma de vida, porque creo que periodista se es siempre, incluso cuando estás paseando o yendo de vacaciones, pero he aprendido a tener más mesura en mi dedicación para dedicarla a otros temas que me insumen mucha energía como el formar una familia. Entonces, con Gabriel los temas periodísticos siguen muy presentes, aparte mis hijos hacen preguntas, bien de hijo de periodistas a veces las cosas que preguntan, cosas que escuchan en el informativo que les interesan y piden que les expliquemos lo que está ocurriendo, y yo creo que ese rol de explicador de la realidad es un poco eso, de ser periodista.
A veces con Gabriel no estamos de acuerdo en algún enfoque, a veces nos reímos de la cobertura, “ah mirá, cómo van a hacer eso”, escuchamos mucha radio, somos gente de radio desde siempre, nos levantamos y nos acostamos con la radio, no somos mucho de la tele aunque nos gustan las cadenas internacionales de noticias, pero bueno, la radio nos hace muchas veces estar comiendo y conversando, “mirá tal cosa” o “atendé tal tema”, nos damos ideas, es inevitable, no podemos dejar de ser periodistas.
– En un momento de la charla de su esposo en Casa de Gobierno la escuché lanzar muy sutilmente un tema de género, “las mujeres estudiamos más que los hombres”. En ese sentido, ¿cómo es la situación de la mujer en el periodismo uruguayo?
– Bueno, yo creo que el tema que las mujeres ganan menos que los hombres se puede dar, no hay que fijarse mucho en la profesión, puede pasar en todas las profesiones, pero puedo hablar desde mi caso personal. Cuando dije que las mujeres estudian más es porque no solo en comunicación, sino en las demás carreras universitarias también, hay más mujeres que hombres universitarios, y por lo que sé, es un fenómeno bastante generalizado no solo en Uruguay, quizás tenga que ver con la necesidad o rapidez de muchos hombres a entrar al mercado laboral. Esto no quiere decir que no haya hombres periodistas o que no estudien, sino que muchas veces, si uno compara, hay más mujeres estudiando, cualquier carrera, o quizás en algunas áreas donde se supone que la forma de ganarse la vida va a ser mejor. Por ejemplo, quizás haya más ingenieros que ingenieras, habría que probarlo, pero lo que es seguro es que en periodismo hay más mujeres y que en las redacciones últimamente hay muchas más mujeres que antes, por suerte. Antes el periodismo era una tarea mucho más de hombre.
Tuve la suerte cuando empecé a hacer periodismo político que no había muchas mujeres, ahora hay muchísimo más, y puede ser que antes el ambiente era más machista en general pero nunca tuve problemas. Creo que está bueno eso de mantener la distancia, tener claro el lugar que uno tiene, no siento que haya ese estereotipo de decir, “uy, esta no entiende de política porque es mujer”, porque no es verdad. Pero creo que el mayor desafío que tenemos las mujeres hoy, no importa en qué se trabaje, sea periodista o maestras, escribanas o peluqueras, el tema mayor es compatibilizar la vida laboral con la vida personal, sea con hijos o sin ellos, con marido o sin marido, pero ese balance con la dificultad que conlleva el tener que ganarse un sustento y mantener una familia, es todo un desafío para las mujeres, criar hijos con agendas complicadas, los periodistas a veces no tenemos horarios fáciles y trabajamos fines de semana, trabajamos en navidad, en año nuevo, entonces todas esas cosas se van sumando para que muchas veces sea medio incompatible criar hijos y ser periodistas, no es que sea imposible pero por momentos parecería bastante complicado, como en otras profesiones.
– ¿Por qué le causó impresión ver algunas obras arquitectónicas de Eladio Dieste en algunos lugares importantes de la ciudad?
– No es mi primera visita, he venido otras veces, pero en este último viaje a Salto realmente me impactó porque Eladio Dieste era mi abuelo, soy su nieta mayor y sé que él ha hecho mucha obra acá y lo que me da una grata impresión es reconocer obras de mi abuelo en varios lugares mientras me siga trasladando en estos días identificando los típicos ladrillos y bóvedas de mi abuelo, lo que no deja de ser un grato recuerdo. Me gusta pensar que hay un sello muy grande de la obra de mi abuelo en esta ciudad, a la que especialmente le tengo cariño, mis grandes amigas son de Salto, aunque actualmente estén en Inglaterra, he tenido la oportunidad de venir más de joven y me parece que es una ciudad muy bonita. Aparte, ver el nombre de mi abuelo a la entrada de la ciudad me sentí como muy honrada ante semejante homenaje a mi abuelo.
– ¿Cuál es la primera imagen que le viene al pensar en su abuelo?
– A mi abuelo siempre lo vi de chica como a una persona muy imponente, muy grande, después con la vejez todos se van achicando, pero bueno, de niña lo tenía como a un ser medio todopoderoso, de alguna forma quizás un poco por el respeto que imponía en la gente que estaba cerca de él, tenía un carisma especial a pesar de lo serio, aparte siempre andaba de saco, de camisa, muy bien vestido, no era un abuelo de vaqueros ni championes para nada. Pero también dentro de esa sensación de persona imponente, tenía una cosa muy tierna y muy cariñosa con los nietos, te podía contar un cuento…
– ¿Era de malcriar a los nietos?
– No diría malcriar porque era una persona muy seria, pero por ejemplo, de invitarte a tomar un helado, regalarte mazapán, tenía como pequeños gestos muy tiernos y muy simpáticos que recuerdo con cariño, sobre todo de muy chica porque al ser la primera nieta tuve la suerte de disfrutarlo muchos años.
– Por último, ¿cómo ve hoy al periodismo uruguayo?
– Ha mejorado mucho en relación a la independencia, creo que se ha vuelto un periodismo más independiente y más conciente de muchas cosas que en el pasado, cuando estaba más apegado a partidismos, incluso con la apertura democrática con todo el furor que generó la apertura de semanarios y demás, también estuvo muy politizado e ideologizado, creo que ha habido un ida hacia la independencia. Pero como todo el periodismo mundial, está aquejado de problemas que tiene que ver con la contaminación del entretenimiento, confundir sensacionalismo con entretenimiento cuando se confunde informar con entretener, que se ve mucho sobre todo en la televisión y que hace que sea muy pobre lo que le llega al público, para mí los informativos son muy pobres y malos. Desde el punto de vista del periodismo escrito, creo que hay diarios que han hecho un gran esfuerzo para aggiornarse y mejorar preocupándose más por los temas de la gente, como es el caso del diario El País, creo que ha cambiado para bien en muchos aspectos, creo también que se aprecia el fenómeno de La Diaria y luego se aprecia una gran crisis de las radios con problemas quizás en el planteo y el desafío que significa Internet.
Entrevista de Leonardo Silva
Perfil de Alina Dieste
Casada con el periodista Gabriel Pastor, “somos muy familieros” con su esposo e hijos. Es del signo de Escorpio. Le gusta veranear en La Pedrera, reunirse con amigos. Es hincha de Nacional, “desgraciadamente mi marido es de Peñarol”. De chiquita quería ser escritora.
“Escribir un libro de ficción” y viajar más son algunas de sus asignaturas pendientes. “Todo lo que sea pasta me gusta mucho” y pizza, responde cuando se la consulta por su comida preferida. Como hobbys le gusta leer e ir al cine.