Una nota exclusiva de: JUANJO ALBERTI,
desde Montevideo
DE AQUEL CINE ARGENTINO
Fue modelo publicitaria, asistente de dirección, escenógrafa, y luego al debutar en el cine, de la mano de quien sería más tarde su marido, Leonardo Favio, realizaría una muy buena carrera en la pantalla grande de los sesenta. A través de sus encarnaciones, se convertiría en un verdadero símbolo de la cinematografía de la vecina orilla. Filmes como: «Tres veces Ana», «Los jóvenes viejos», «Crónica de un niño solo» y «El romance del Aniceto y la Francisca», entre otros, le brindaron la popularidad de esa época. Hermana de la actriz Norma Aleandro, hija de María Luisa Robledo, también reconocida actriz, y de Pedro Aleandro, realizó su primera aparición pública en la década del cincuenta, cuando participa en «Miss Televisión», siendo una de las ganadoras. Desde allí en adelante, no se alejaría por muchos años del rubro artístico, destacándose por ser una persona distinguida y educada, ante todo, y de talento en los sets.
El mismo Favio se siente atraído por ella, desde que actúan juntos en «El secuestrador», en 1958, dirigidos por Leopoldo Torre Nilsson, siendo considerada allí la revelación femenina de ese año, junto con Ana Casares. La cinta se estrena, y Favio se ilusiona por conseguir el amor de la actriz. Va tras ella, le consigue papeles diversos, la dirige en sus películas, y hasta la llega a enamorar. Se llamó María Luisa Josefa Ángela Aleandro Robledo, más conocida bajo el nombre de María Vaner.
NACIDA EN MADRID
María Vaner llegó a éste mundo, el 23 de marzo de 1935, en Madrid, pero se crió y fue creciendo en Argentina, donde fue desarrollando su gran carrera. Primero, utilizó el seudónimo de Marilin Aleandro, en 1957, realizando distintos trabajos, hasta que le llegó el momento del cine. Se consagra definitivamente en los sesenta, en «Prisioneros de una noche», de David José Kohon, y «Tres veces Ana», por la que es seleccionada «Mejor actriz» de 1962 en la entrega de los Cóndor de Plata, historia que se repite en 1963 por su desempeño en «Los jóvenes viejos».

Los directores del momento la convocan: Enrique Cahen Salaberry, Daniel Tinayre, Rubén W. Cavallotti y René Mugica. De esta manera se fueron sucediendo: «En la ardiente oscuridad», 1959, «Simiente humana», 1959, «El bote, el río y la gente», 1960, «Dar la cara», 1962, «Un largo silencio», 1963, «Racconto», 1963, «Primero yo», 1964, «El octavo infierno, cárcel de mujeres», 1964, «Sombras en el cielo», 1964, «Turismo de carretera», 1968, «El caradura y la millonaria», 1971, «Heroína», 1972, «La malavida», 1973, «La balada del regreso», 1974, «Bodas de cristal», 1975, «La Raulito», 1975, «Una mujer», 1975, «Un grito de Celina», 1975, «No toquen a la nena», 1976, «Proceso a la infamia», 1978. Y más…
SE CASA CON LEONARDO FAVIO
En el año 1967 contrae nupcias con Leonardo Favio, padre de sus dos hijos, y en 1969 María Vaner decide cantar. RCA la lanza publicando un simple con «Tu risa al viento» como lado A, junto a Horacio Malvicino y su orquesta, coproducido por el compositor y productor Jacko Zeller.

En 1974 fue amenazada por la Triple A y se exilió en España con sus hijos. Volvió a Buenos Aires instaurada la democracia, continuando con su carrera, pero en papeles de poca relevancia, su momento había quedado atrás. En su desempeño televisivo, participó en los ciclos de «El ángel de la muerte», «Alta comedia», «El exterminador», «Los que estamos solos», «Valeria y Alas, poder y pasión». Hizo también lo propio en obras de teatro en «Francisco Bernardone» y «El Jorobado de Notre Dame». En 2002 protagonizó «Sin intervalo», años después se destacó con el personaje de «Chola» en «Cara de queso», con Mercedes Morán y Juan Manuel Tenuta, y en 2007 tuvo un breve personaje en la exitosa película «La mujer sin cabeza».
CIUDAD INVISIBLE, SU ULTIMA ACTUACION
De las entrañas al cielo de Buenos Aires, un personaje casi dantesco que partiendo del subsuelo de la ciudad, emergiendo del agua y recorriendo el curso sinuoso de escaleras, llega a las cúpulas de Avenida de Mayo hasta una mirada de Buenos Aires desde la máxima altura de los rascacielos. Durante su recorrido, este personaje descubre una humanidad indiferente, una humanidad perversa, una humanidad repleta de dramas pero también plena de sentimientos y de amor. De eso se trata «Ciudad invisible», su última actuación en ese mediometraje de Pietro Silvestri. Mientras filmaba ésta producción María Vaner deja de existir el 21 de julio de 2008 -hace doce años atrás- a los 73 años, luego de padecer la enfermedad del cáncer. Fue una artista de verdad. Más allá de la nostalgia.