Con una hermosa y divertida fiesta los esposos Marcelo Ríos y Ana Carla Sosa festejaron los quince años de su hija Paula María.
Recibieron a los invitados en Chacra Le Park cuyas instalaciones fueron decoradas en los colores natural y rojo, en el recibidor había destacado arreglo de rosas y liliums rojos y color marfil, elaborado entre varas y juncos recortados, acompañaba el cuadro de firma y un poco más adelante una gigantografía de la quinceañera con ropa casual. Al entrar al salón destacaba la mesa de las golosinas, esta fue muy visitada durante toda la noche, los invitados fueron deferentemente atendidos por sus anfitriones ubicados en torno a mesas tendidas con mantelería blanco y senderos rojos, al centro había bouquet de rosas naturales de color marfil y rojo con algo de follaje natural. Sobre la pista de baile se extendían secuencias de globos espejados, se unían a bandas de telas.
La quinceañera llegada la media noche a bordo de un coche de colección arribó con su hermano Maximiliano y el primo Manuel Lira, fue recibida por sus padres y su hermana Camila María Ríos Sosa, también estaban las abuelas Olga Gonçálvez y Nelly Duffey, y los padrinos Daniel Lira y María Pía Texeira.
Paula realzó su prestancia y juventud vistiendo modelo de baile interpretado en piel de ángel color blanco revestido de gasa color marfil, el corsage de talle alto y escote straples fue señalado con guías de flores combinando ambas telas en los colores antes mencionados y ocres, la guía formaba un solo bretel y rodeaba el bustier, desde allí nacía la amplia falda vaporosa de perfecta caída. Acompañó en elegancia la mamá, vistió solero largo de satén y gasa dorado, falda con abertura al frente se extiende al dorso en breve traine, señala el talle faja bordada con pailletes al tono, su hermana lució solero de satén rojo revestido de encaje negro, de moderna falda mini.
El baile fue iniciado con su papá con los giros del vals, luego cambió parejas con familiares y amigos, posteriormente ritmos de moda se pusieron al aire siendo estos toda una invitación a la danza que se prolongó alegre y divertida por toda la madrugada, teniendo su punto más alto cuando se repartió el cotillón.
Otra atracción de la noche fue la secuencia de fotos y videos de la quinceañera con su familia y amigos, estas se pasaron luego de la cena desde una pantalla gigante. Los jóvenes disfrutaron de un sector de living y puf blancos, sobre las mesitas habían bandejas rojas con variedad de golosinas.
Llegado el momento del brindis compartido tomó mayor relevancia la mesa principal tendida con mantel veneciano bellamente bordado con hilos de satén, encima se exhibía la torta de cumpleaños de forma oval, bellamente decorada en filigrana marfil y rosas rojas, le acompañaba destacado arreglo de rosas naturales en blanco, rojo y marfil donde emergían las quince velas del centro de la felicidad.
Como muestra de afecto y amistad recibió múltiples y finos obsequios.
