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miércoles, 14 de mayo de 2025
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Elenco Teatral Departamental de Salto presenta “El banquete” de Platón

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El Elenco Teatral Departamental de Salto presentará el próximo 24 de mayo la obra “El banquete” de Platón” – Siete discursos sobre el amor en la Sociedad Italiana a las 21.00 horas.
El Banquete de Platón es sin lugar a dudas una de sus obras más importantes, conocidas y que más influencia ha tenido en todo el pensamiento universal.
El esquema que sigue la obra no es exactamente el de los diálogos, sino que es algo más complejo, ya que hay partes en las que se da el diálogo, y otras partes en las que se da la contraposición de discursos. No sigue por lo tanto un desarrollo habitual hasta cierto punto en las obras de Platón.

El nivel en que se sitúa el narrador también es bastante complejo. En el comienzo de la obra Apolodoro informa a un amigo de la conversación mantenida entre Sócrates y otros comensales en un banquete, recordando esta conversación a través de Aristodemo, que sí la había presenciado.
Además se establece un nivel más cuando Sócrates refiere el diálogo que había mantenido con la sabia Diotima. Y por encima de todos estos niveles está el propio Platón, informando al lector de estos diálogos. Se trata, por tanto, de una estructura de cajas chinas, en que unas narraciones entran dentro de otras narraciones, a través de referencias.
Esta estructura no es demasiado habitual en Platón y su uso ha interpretado de diferentes maneras.
Podría ser tal vez un intento por parte de Platón de justificar que él no había estado presente en el diálogo, pero en todo caso esto no queda del todo claro.
El contexto en el que se sitúa la obra es un banquete, en el que los comensales, embriagados por el alcohol, deciden, a petición de Erixímaco, que será el moderador, hablar del Amor, o más concretamente de Eros.
La obra no se limita a exponer las teorías de Platón en boca de Sócrates, sino que ensarta una serie de episodios secundarios, de carácter narrativo y no teórico, como es el ensimismamiento de Sócrates antes de llegar al banquete, o el hipo que impide a Aristófanes pronunciar su discurso.
Estos episodios hacen que la obra no esté constantemente en un nivel filosófico puro, y además nos indica el carácter de ciertos personajes, lo cual es sobre todo importante en el caso de Sócrates.
Pero la obra, salvo en momentos concretos, no es un diálogo.
Lo que Erixímaco propone es que cada uno de los comensales haga un discurso laudatorio sobre las virtudes de Eros.
Antes de que Sócrates pronuncie su discurso, que es el motivo central de la obra, se producen otros cinco discursos. Algunos de ellos son más acertados que otros.
Estos cinco discursos anteriores a la intervención de Sócrates sirven de aproximación al tema central, y aportan algunas ideas interesantes.
Otros en cambio son meros elogios, y poco o nada se puede sacar en claro de ellos.
El primer discurso es el de Fedro.
Sirve para introducir el tema, ya que trata sobre la naturaleza de Eros, como el más antiguo de los dioses, basándose en la autoridad de Hesíodo, y tal vez el principio
original de todo el universo.
Lo más interesante de su discurso tal vez sea que el Amor lleva al hombre a hacer grandes cosas, entre ellas el sacrificio por el ser amado, utilizando como ejemplos a Alcestis, Orfeo y Aquiles.
A continuación se produce el discurso de Pausias, que aporta como idea más importante la doble naturaleza de Eros.
Por un lado existe el Eros Pandemo, que se inclina al amor del cuerpo, a lo físico, a lo mortal y perecedero; y por otro lado está el Eros Uranio, que es el amor elevado, el amor del alma, hacia lo inmortal y lo bello.
Era imprescindible hacer esta distinción, ya que de lo que se trata en el Banquete es del Amor Uranio, del amor del alma, que es de lo que más tarde va a hablar Sócrates.
Aparece el personaje de Alcibiades, que transforma un diálogo sobre las virtudes del Amor, en un elogio sobre la persona de Sócrates. Alcibiades se queja de que no ha podido conquistar el amor físico de Sócrates, el cual, muestra en todo momento un interés por el alma de sus discípulos, más que por sus cuerpos.
Este elogio de Sócrates sirve en cierto modo para confirmar el discurso de Diotima sobre el propio Sócrates: lo que Diotima había explicado sobre el Amor Sócrates lo cumple.
Después se produce el discurso de Eríximaco, que vuelve a reiterar la teoría de los dos tipos de Amor y propone la armonía entre ambos, el término medio, la reconciliación de los opuestos.
El discurso de Aristófanes es más interesante porque propone.
El banquete desencadena una fiesta, que acaba al amanecer. Algunos de los comensales se han marchado, mientras otros duermen.
Sócrates continúa despierto, incansable, conversando como si el sueño o el alcohol no le afectaran en absoluto.
La figura de Sócrates queda totalmente exaltada.
Finalmente se retira al Liceo, a hacer sus tareas habituales.

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