El Centro Vasco de Salto (Saltoko Euskaldunen Taldea) se vistió con el mejor colorido para presentar las obras del alumnado que anualmente concurre al Taller de Pintura, dictado por la reconocida artista plástica salteña María Ángela Juanena.
Los expositores – alumnos de Ángela son: Rosario Brancato, Lorena Sepúlveda, Melania Passarini, Ana María Juanena, Bethania Silva, Annette Anllelini, Cristina Juanena, Diego Borges, Jacqueline Igari y Luis Alberto Gonzáles.
En torno a la muestra se cumplieron cuatro años de taller y si bien en cada temporada se maneja cierta temática, siempre se define un motivo central.
Por ejemplo, este año se trabajó en base a mujeres artistas, como fue el caso de Tamara de Lempicka y posteriormente una aproximación al retrato con las alumnas que viene trabajando desde hace tres años y con el nuevo contingente, la naturaleza muerta.
Se hizo especial hincapié en el descubrimiento del color y «en encontrarse a sí mismo a través del arte».
Es preciso contar con herramientas, procurar la pincelada y cuando se parte del conocimiento cero – de acuerdo a las apreciaciones de la artista – la creatividad resulta más libre.
«No es necesario que el artista sea un gran maestro dibujante, cada uno puede desplegar su fuerte, ya sea el color, el dibujo o la pincelada» – aseveró Juanena.
Reconoce que es bueno atreverse con el color y que cada persona puede manifestar su estado de ánimo mediante las diversas gamas cromáticas.
Se trabaja mucho con los colores complementarios y se promueve liberarse de las estructuras.
Otra de las técnicas sugieren el «ver» los colores como cambian de acuerdo a la luz, el atreverse a cambiar de colores.
La filosofía del taller es que cada quien pueda encontrar su camino, su forma de expresarse.
«Lo que más educamos es la vista… el aprender a ver. Si yo quiero hacer algo y quiero saber como es, lo tengo que observar, retener la imagen en mi cabeza» – explicó María Ángela.
Durante el año se estudió e investigó la obra de Tamara de Lempicka, tomándola como referente de la mujer en el arte.
Dicha artista se destacó por su retratos femeninos y los desnudos.
TAMARA DE LEMPICKA
Nació en el seno de una familia acaudalada, siendo desde pequeña una niña autoritaria y con carácter.
En 1910 pinta su primer trabajo, el retrato de su hermana.
En 1911 hace con su abuela un viaje a Italia, donde descubre su pasión por el arte.
En 1916 se casó en San Petersburgo con el abogado polaco Tadeusz Lempicki, con quien llevó una vida lujosa hasta que estalló la Revolución de octubre.
Tadeusz resultó encarcelado, pero ella lo sacó de prisión y se trasladaron a Copenhague
En 1923 se mudaron a París, donde nació su hija, Kizette.
Tamara tomó clases de pintura con André Lhote.
Más tarde Tamara expuso en varias galerías de París, ya en estilo art decó, como en la galería Colette Weill. En 1925 tuvo un lugar en la primera exposición art decó de París, donde se hizo un nombre como artista.
Más tarde viajaría con su hija a Italia para observar de nuevo el arte italiano.
En 1927, su cuadro Kizette en el balcón recibe el primer premio en la Exposición Internacional de Burdeos.
SU OBRA
Su producción se centra en retratos femeninos y en desnudos de ambos sexos. Siguiendo la tendencia de la pintura art decó, pintaba mujeres etéreas, con ropajes flotantes y dedos largos, si bien dan una impresión férrea y escultural por la pincelada pulida y los marcados contrastes de luces y sombras; son sus mejores ejemplos, junto con los desnudos.
Sus influencias principales son Botticelli, Bronzino, el retrato manierista en general, y el Cubismo, pero sin llegar al arte abstracto.
Curiosamente, Tamara empleaba este eclecticismo o fusión de estilos antiguos para representar temas actuales, donde las figuras visten ropajes y peinados de última moda.
Aunque las imágenes más populares de su arte son desnudos.
También retrató a su hija en varias ocasiones y a personas relacionadas con la burguesía artística de París y Nueva York.
Su estética ha atraído a estrellas del espectáculo como Barbra Streisand, Jack Nicholson y Madonna, de quienes se dice que coleccionaban sus pinturas. Madonna se inspiró en esta pintora para su video musical Vogue de 1990. También aparece un cuadro de Tamara en el Open Your Heart, de la misma cantante.
FILOSOFÍA DEL TALLER
La única forma que tiene el artista de crecer es ser el mismo de manera pura, simple, desbordante y completa.
¿Pero cómo encuentras esta inspiración?
No hay fórmula en nuestra incansable búsqueda de expresión.
La creatividad es un misterio. Porque lo que intentas explorar es a ti mismo.
¿Por qué te atrae ese árbol hasta el punto de desear pintarlo?
¿Por qué te subyuga la curva de ese cántaro y te pone indiferente la forma rectilínea de ese otro?
¿Por qué te sientes identificado con todo lo que ves? ¿O si te sientes a la deriva?
Cuando te abras al misterio de la creatividad, puede que veas tu trabajo como una gran obra en la que te encuentres.
Pero mientras nos enfocamos en la inspiración que espera a que tú oigas su voz.
A medida que avanzamos, vamos dando rienda suelta casi sutilmente a la inspiración, a nuestro ritmo.