El próximo 29 de noviembre se realizará el cierre del Taller Municipal de Teatro a las 20.00, 21.00 y 22.00 horas bajo la orientación de Pablo Sánchez.
El cuerpo es el primer testigo de la actuación a través del movimiento. Hay que saber escuchar para decir un texto, escuchar con el cuerpo; el cuerpo escucha, sufre, padece. Primero padece, luego actúa. (Jacques Lecoq).Participarán: Matías Almeida, Matías Machado, Luciano Batistuta, Sergio Godoy, Valentina Dollanarte, Cristopher Jacques, Azul Dutra, Serena Dutra, Cristian Sosa, Briana Cattáneo, Daiana Ferreira, Gastón Martínez, Leandro Gularte y Luciana Cabrera.
El bufón: forma primitiva de teatro que crea a través de la observación de la propia fealdad, de las propias miserias, purgadas a través de la burla y la parodia. El bufón subvierte los valores establecidos. Lo que es virtud lo vuelve vicio, santifica lo que es pecado. Ese es el estilo de su poética: encontrar la belleza en el abyecto, en lo decadente; y la corrupción en la belleza.
En el diccionario de la Real Academia Española la palabra «bufón» significa: «Truhán que se ocupa de hacer reír» y «bufo» se aplica a lo cómico que raya en lo grotesco y burdo.
Con su aspecto físico deforme, el bufón se presenta como un ser extraño y grotesco, terrible y misterioso, un monstruo de la naturaleza.
Los bufones pertenecen al mundo de la «locura», de esa locura necesaria para mejor preservar la verdad.
Aceptamos de un loco lo que no aceptamos de una persona, digamos, «normal». Podemos excusarle mientras dice palabras perturbadoras y molestas pero le escuchamos como el rey escucha a su loco bufón.
La base bufonesca es la BURLA llevada hasta la PARODIA.
Los bufones se divierten reproduciendo, a su manera, la vida de los hombres a través de juegos y locuras pero la parodia no es directamente ofensiva con respecto al público; no existe una voluntad deliberada de burlarse de él.
La relación es de otro orden.
El bufón se ríe de todo, de la vida, de los otros bufones, de él mismo, también del público y lo hace porque puede hacerlo; no sólo por su aspecto físico grotesco que le da una amplísima libertad de juego sino porque además emplea tácticas inteligentes.
Seduce al público, se hace con él por medio de su simpatía, sutileza y de sus gracias aunque se trate al mismo tiempo de un ser maligno, diabólico y perverso.
Pero el público se ríe y es precisamente por esta razón por la que puede declarar lo más tremendo y aterrador.
EL PROCESO ANUAL DEL
TALLER
«El proceso anual llevo a descubrir que el bufón es un ser que viene a reírse del delirio del mundo, de la absurdidad de la relaciones humanas, de las instituciones, de los organismos donde no todo es absurdo, donde no todo es cruel o perverso pero hay mucha oscuridad en el mundo en que vivimos.
El bufón es un ser que viene a delatar y a criticar y a mostrar el delirio y la locura en que vivimos pero desde la risa.
Es ahí donde la risa se transforma en un arma de denuncia y de reacción, de despertar, de decir …no se trata de un personaje que viene a comentar las verdades que se podrían ver en el diario sino que es un personaje que viene desde el juego a decir.
Al ver a un buen bufón te reís y al mismo tiempo te movilizas, te reís de cosas en la que estas inmerso, te sentís de alguna manera cercano y protagonista.
En el bufón se trabaja con deformaciones por varios motivos, por un lado porque los temas que se tocan son pesados que decirlo desde uno es mucho más difícil que si uno se distancia de uno mismo y encuentra otro cuerpo y otra forma de ver el mundo.
Cuando me hago una panza, una joroba, no tengo un brazo, … no solo tengo un cuerpo distinto del mío, mi personalidad cambia… que la cabeza habitual del actor, que le acompaña todo su día, al transformar monstruosamente ese cuerpo, le permita alejarse, dejar su cabeza y sus ideas cotidianas afuera y entre en la de este nuevo monstruo. Un monstruo que estamos buscando adentro porque todos tenemos un costado monstruoso, algunos lo tienen más cerca y otros lo tienen más tapado.
Es el monstruo que tenemos dentro y las deformaciones que ayudan a poder meterse con temas ácidos como el sida, la muerte, la Iglesia, la mentira, la familia, el aborto; cada uno va pescando sus propios temas.
Lo que denuncia uno de los bufones no necesariamente es lo que le pasa a otro bufón con el mismo tema.
Entonces cada uno tiene que pescar que le duele, que le molesta del mundo, donde el mundo le queda pesado, injusto, enfermo y desde la ironía y desde el monstruo poder abordarlo más lúdicamente y menos realmente.
Por otro lado en el taller se investigó sobre el trabajo del bufón con los monstruos para vivenciar que desde los personajes un universo de asquerosidad, que no es el fin en sí mismo sino que es lo que le permitió al actor que se contacta con temas duros entrar en juego y a partir de esos cuerpos deformes y de la sexualidad y de la puteada entrar en un territorio lúdico y luego salir a pescar desde ahí temas a decir.
En el taller se trabajara individualmente y grupalmente: individualmente el trabajo es donde me alejo de mi cabeza, los gatillos son físicos, como encuentro en el cuerpo los disparadores que motivan el placer de jugar … no solo como deformo el cuerpo sino que acciones encuentro que me acerquen al placer lúdico y como encuentro los monstruos que me alejan de mí.
Lo grupal: como el clan de bufones que entran a trabajar como coro; uno lleva la escena protagónica y el resto de los bufones apoyan, hacen el péndulo con el público.
El protagonista desarrolla un péndulo activo y ve si el material que lanza funciona o no, y por ende si funciona lo profundiza y si no funciona lo corrige. Por su parte el coro desarrolla un péndulo pasivo y va viendo mientras su compañero lleva la escena que pasa con el público y viendo si pueden ayudarlo al compañero protagonista a ir más lejos o corregirlo y moverle el timón.
Lo grupal como algo que potencia, que suma, que se reúne sobre un tema que se corrige, que funciona como coro.
A modo de referencia para experimentar: Le Corbusier se encerraba en su espacio en el que tenía una mínima luz sobre su tablero de trabajo, el no veía nada, veía oscuridad total… mi espacio de creación es en esa atmosfera, en esa atmosfera creo.
La gran diferencia entre el bufón y el clown es que el bufón no cree en nada y el clown cree en todo, el bufón viene a denunciar y el clown viene a hacer contacto y a jugar. El bufón trabaja con monstruos internos y externos deformándose y el clown trabaja con la ampliación y el desarrollo de las propias características físicas. El bufón viene a delatar, es acido, irónico, sínico y el clown, depende quien, trabaja sobre la incredulidad.
Las similitudes entre el bufón y el clown es que ambas son técnicas de juego escénico igual que; las máscaras. El clown es la máscara más pequeña, la nariz y el bufón es mascara completa, es todo el cuerpo deformado desde los pies hasta la cabeza con jorobas, panzas, enormes piernas, es el cuerpo totalmente deformado; pero en ambos se tiende a jugar. Es el placer de jugar y jugando poder hacer contacto.
Las dos técnicas tienen que ver con el placer de hacer y con un juego que es físico, no es intelectual sino que transita por el placer que me da lo que estoy haciendo, o que placer me da lo que digo; no tanto el que sino el cómo.
El público en relación con el clown, el bufón y las máscaras no se ríe de lo que dice el artista sino que se ríe de lo que le pasa al artista. No se afecta con el que sino que con el cómo. Si el clown y el bufón se divierten o se afecte es la puerta abierta para que el público se divierta o se afecte también.
Respecto al bufón, tiene que ver con el placer por la tontería, por el aceptarse, divertirse para divertir.
Los niños y los locos dicen la verdad y los adultos dicen lo políticamente correcto.
Los bufones están organizados jerárquicamente y viven en una sociedad perfecta, sin conflictos, donde cada uno encuentra su justo lugar: una imagen ideal de nuestra sociedad. Existe el que golpea y el que es golpeado, aquel que tiene la palabra y que es transportado por quien no la tiene, sin revueltas ni disensiones. Son amables y se ayudan entre ellos. ¿Por qué esta perfección? … Porque no son como nosotros.
Los bufones vienen de otro mundo, están unidos al misterio, forman parte de relación cielo y tierra pero los valores están invertidos: escupen al cielo e invocan al infierno. En este sentido están en el mismo espacio que la tragedia; se cruzan en la misma vertical.
La importancia y el rol del bufón en la sociedad para la construcción de la paz. Entre una de sus enseñanzas más significativas, se rescata que el bufón brinda la risa necesaria para la transformación de un sistema tradicionalmente victimario, un camino más alegre, menos inquisidor» – expresó Pablo Sánchez.
PARTICIPAN: MATIAS ALMEIDA, MATIAS MACHADO, LUCIANO BATISTUTA, SERGIO GODOY, VALENTINA DOLLANARTE, CRISTOPHER JACQUES, AZUL DUTRA, SERENA DUTRA, CRISTIAN SOSA, BRIANA CATTANEO, DAIANA FERREIRA, GASTON MARTINEZ, LEANDRO GULARTE, LUCIANA CABRERA.
Experiencia Anual del Taller Municipal de Teatro
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