Sin dudas que uno de los temas de los que más se habla en los últimos meses es el proyecto El Milagro, un enorme barrio privado que se construiría en la zona del By Pass de Ruta 3, y que implica para su ejecución la modificación del plan territorial de la Intendencia, ya que 3 hectáreas deben pasar de categoría rural a suburbana, algo que debe aprobar la Junta Departamental. El tema viene despertando polémica entre distintos actores sociales, uno de ellos es la Universidad de la República, que cuenta con un equipo interdisciplinario conformado por varios profesionales (de la arquitectura, la sociología, trabajo social, agronomía, etc.) que viene trabajando sobre ello.
Lic. Natalia Bisio: «hay que poner de manifiesto a la ciudanía para que pueda opinar»
Natalia Bisio, Lic. en Trabajo Social y Magister en Cs. Sociales explicó recientemente que se ha formado un grupo que básicamente trabaja en torno a «Qué ciudad queremos, cómo la construimos y cómo participamos en ello». Sostiene que la propuesta de El Milagro los sorprendió y que «la Universidad tiene un papel fundamental para generar conocimiento y espacios donde esto se pueda compartir». Dijo que «la Universidad tiene un papel fundamental. La gente espera de nosotros y por eso sentimos la obligación de generar no solo conocimiento sino también espacios donde esto se pueda compartir. Nos tomó bastante por sorpresa, nos vamos enterando gradualmente sobre todo por los medios de prensa de que esto es una propuesta que se viene discutiendo desde hace más tiempo, pero en realidad sale a luz con más fuerza a partir de fines del año pasado. El elemento central es el pedido que hace la Intendencia a la Junta Departamental para que sea revisado el plan territorial departamental para una modificación, se pide recategorizar tres padrones rurales que coinciden con la zona donde un grupo inversor propuso ejecutar un proyecto que se llama El Milagro».
Esta profesional, que entiende que ante un proyecto de tal magnitud «hay que poner de manifiesto a la ciudanía para que pueda opinar», fue consultada también por este diario si considera que en la sociedad hay cierto rechazo o resistencia a aceptar la creación de un barrio privado, a lo que respondió: «Desde mi formación profesional y personal diría que sí, en el sentido que vemos experiencias internacionales donde se quiere lo contrario, es decir abrir los barrios privados». Además, cree que esto podría fomentar «el proceso sistemático de fragmentación y desintegración social, además de los costos que le genera a toda la ciudad la atención diferenciada de determinado barrio. Desde ese lugar hay sí como un rechazo, desde ciertos sectores que apostamos a ver la ciudad desde otra perspectiva, desde lo inclusivo, tratando de superar la histórica estructura de desigualdad que tenemos en nuestra sociedad y más en la salteña, ya que ha habido también una expansión de asentamientos irregulares, que es la otra cara, por no tener opción, también hay muchos de nuestros compatriotas que viven en condiciones inhumanas, entonces desde ese lugar son procesos que generan más desintegración».
Arq. Juan Ferrer: «se está proponiendo la recategorización de suelo sobre algo que no sabemos qué va a ocurrir»
Por su parte el Arq. Juan Ferrer, también integrante de este equipo, sostuvo enfáticamente que «no hay información suficiente para saber lo que es el proyecto El Milagro, y eso es lo que más nos preocupa como Universidad, como institución generadora y gestora de conocimiento. No queremos encerrarnos y cuestionar y generar más artículos académicos, más libros, lo que queremos es decir: esto es lo que sabemos y queremos ponerlo a consideración de la población, ese es el rol nuestro. Por eso hicimos un pedido de información a la Intendencia para saber de qué se trata, eso fue a fines de noviembre, y la respuesta de la Intendencia fue: no hay proyecto que la Intendencia esté evaluando, eso nos dejó bastante consternados, nos descolocó, porque entonces se está proponiendo la recategorización de suelo sobre algo que no sabemos qué va a ocurrir. La única certeza es que la Intendencia está promoviendo una recategorización de suelos, pero qué es el proyecto El Milagro no tenemos la información suficiente para explicarlo nosotros, que además no somos quienes tenemos que explicarlo, tienen que hacerlo quienes lo están llevando adelante, en este caso el grupo operador inmobiliario y la Intendencia, eso es lo que estamos pidiendo. Después nos enteramos que hace un año y medio están conversando sobre este proyecto, pero no sabemos bien cuál es, son muy pocas las certezas que hay en cuanto a cómo se va a generar la inversión».
Uno de los puntos que más entusiasma en torno al proyecto es la generación de empleo que pueda generar para los salteños. Sin embargo, Ferrer sostiene que no se sabe de qué manera se va a generar ese trabajo: «no hay indicios, eso del trabajo es el argumento fundamental que a todo el mundo sensibiliza y obviamente más a quien ahora está desempleado y eso es perverso. Entonces lo que queremos es información, que nos digan de qué manera se va a generar ese empleo, esa inversión, porque hasta ahora nadie dice que alguien va a poner la plata. El empleo se genera cuando alguien pone la plata y hay alguien que genera empleo, si no, no existe. Actualmente estamos parados en el punto que no hay ninguna propuesta de generación de empleo. Entonces procuramos y exigimos para recategorizar el suelo, que nos expliquen de qué manera se va a hacer, porque la Universidad tiene ese rol, pedir información y analizar las cuestiones de la sociedad con conocimiento científico».
Arq. Adolfo García Da Rosa: «lo que se precisa es información y certezas, que haya cambios positivos para el conjunto de la sociedad y no cheques en blanco»
En el mismo sentido se expresó el Arq. Adolfo García Da Rosa, quien explicó que se trata de 568 hectáreas (algo así como todo el Centro y el Cerro juntos), hoy rurales, que pasarían a ser suburbanas, lo que hace que su valor se multiplique por 20. Dijo que «esto habilita a los dueños de la tierra, en este caso único dueño, a comenzar procesos de urbanización», y subrayó una vez más que algo de esta magnitud «no puede estar disociado a certezas, no se puede recategorizar tierras dejando un cheque en blanco». «La preocupación central es que hay una situación donde lo que está operativo es un pedido de recategorización del suelo, 568 que pasarían a ser suburbanas», señaló. Y explicó que «la condición de suburbano y el cambio con lo rural es que habilita a los dueños de la tierra, en este caso único dueño de las 568 hectáreas, a iniciar procesos de urbanización. El suelo rural no es urbanizable, tiene otros fines, sobre todo lo productivo. El suelo suburbano es el que va en proceso abierto a ser urbanizado. El solo hecho de la recategorización abre al dueño de la tierra un potencial de transformación tan poderoso que es un problema no nacional sino ya global; como piso, se multiplica su valor por 20. Si yo tengo algo que vale 1 peso hoy, y me dicen que en un segundo con la aprobación de un decreto pasa a valer 20, es un negocio fantástico». Enfatizó asimismo en que no se oponen a la inversión ni a la transformación de la ciudad, pero entienden que eso «no puede estar disociado a certezas.; yo no puedo recategorizar y dejar un cheque en blanco a algo que no está asociado a situaciones que den certezas». Sostuvo finalmente que «acá lo que se precisa es información y certezas, que haya cambios positivos para el conjunto de la sociedad y no cheques en blanco, que lo único que significa es que un propietario de tierra pueda empezar un proceso de urbanización de suelo en una extensión gigantesca…».