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viernes, 13 de junio de 2025
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Charlas sobre “Violencia Obstétrica” en el Día por la Salud de las Mujeres

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Diario EL PUEBLO digital
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En el marco del Día por la Salud de las Mujeres – martes 28 del corriente se cumplirán diversas actividades a nivel nacional – entre ellas en la capital del país un conversatorio sobre la Violencia Obstétrica
De la misma participarán representantes del Ministerio de Salud, Laura Vega la integrante de la organización “Nacer con Derechos”, Carina Da Costa – Partera e integrante del grupo “Ovejas Negras”, la Dra. Alicia Esquivel, integrante de UAFRO y Silvia Sosa, Partera integrante de la organización “Nacer Mejor”.
La violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. violencia obstétrica 001
Se entiende por violencia obstétrica cualquier conducta, por acción u omisión, que realizada por personal de la salud afecte el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, como el trato deshumanizado, la medicalización injustificada y la patologización de procesos que son naturales.
De acuerdo con la abogada estadounidense Farah Diaz-Tello, la violencia obstétrica es una violación de los derechos humanos de las mujeres, una transgresión a la no discriminación, a la libertad y a la seguridad de la persona, también constituye una violación a la salud reproductiva y a la autonomía, así como a derecho a la ausencia de un trato cruel, inhumano y degradante.
La primera referencia del término apareció en el año 1827, en una publicación en inglés, como crítica a las prácticas brutales habituales en los paritorios.
La Organización Mundial de la Salud emitió una declaración el 2014 para prevenir y erradicar la falta de respeto y el maltrato durante la atención al parto en los centros de salud a nivel global.
Se pueden considerar violencia obstétrica prácticas como el tacto realizado por más de una persona, la episiotomía como procedimiento de rutina, el uso de fórceps, la maniobra de Kristeller, el raspaje de útero sin anestesia, la cesárea sin verdadera justificación médica o el suministro de medicación innecesaria. El recurso a la cesárea es la práctica más criticada como medio de acelerar innecesariamente un parto que se presenta sin complicaciones. La violencia obstétrica psicológica se manifiesta en un trato deshumanizado por discriminación, burlas o críticas a la mujer o a su hijo.
Venezuela fue el primer país de América Latina en tipificar la violencia obstétrica como delito en el año 2007,en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en sus artículos 15 y 51.
La ley establece que «Se entiende por violencia obstétrica la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud, que se expresa en un trato deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres.
IMPORTANCIA DEL PARTO HUMANIZADO
El parto humanizado o parto respetado es una modalidad de atención del partocaracterizada por el respeto a los derechos de los padres y los niños en el momento del nacimiento.
Considera los valores de la mujer, sus creencias, y sentimientos respetando su dignidad y autonomía durante el proceso de dar a luz.
Este tipo de partos reduce los nacimientos sobremedicados, empoderando a las mujeres y los usos de prácticas de maternidad basados en la evidencia como estrategia para humanizar el parto.
Esta perspectiva tiene dos lados: el punto de vista de la madre o la pareja y el del bebé.
Desde el punto de vista del bebé – Uno de los pioneros del parto humanizado es el obstetra francés Frederick Leboyer.
Ya en 1975 publicó su libro “Nacimiento sin violencia” que fue muy provocador en su época. Revolucionó la forma de atender partos en Europa y lo sigue haciendo en el mundo. Leboyer se coloca en la perspectiva del bebé y describe las posibles percepciones y sentimientos del feto antes, durante y después de nacer.
Esto le lleva a proponer métodos más suaves y sensibles de atender partos, con el fin de reducir el estrés del bebé al pasar de un mundo acuático, oscuro y tranquilo al mundo aeróbico, luminoso y ruidoso, como por ejemplo: bajar las luces y las voces en la sala de parto, poner el bebé piel a piel con su madre inmediatamente después de nacer, cortar el cordón umbilical después de unos minutos para permitir una transición paulatina de la respiración umbilical a la pulmonar, y ofrecer un masaje cariñoso o un baño caliente y relajante al recién nacido.
Desde el punto de vista de la madre, un parto humanizado, sea por parto natural o incluso por cesárea en caso de una indicación médica justificada significa, sobre todo, una cosa: respeto hacia la mujer, su cuerpo, su intimidad, sus posibles miedos, su voluntad y necesidad de ser informada de los riesgos y beneficios y sus deseos y expectativas para concluir el embarazo, es decir, hacerla protagonista de las decisiones acerca de su parto.

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