Fue el jueves de la semana pasada, cuando DENIS FERREIRA comenzó a acusar los primeros dolores. El goleador de Saladero sumado a la selección, se lo confesó al Dr. Manuel Azambuja: «me duele aquí». Y se llevó la mano a la zona lumbar.
Al paso de las horas, ese dolor se iría agudizando, a tal punto que debió ser internado. Los cálculos en el riñón como diagnóstico. Con ese dolor no se juega.
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En la noche del jueves, la noticia golpeó duro en el combinado y ni que hablar en el Cuerpo Técnico. Porque al día siguiente, el viaje previsto a Minas y de cara al equipo titular, Denis no estaba descartado ni mucho menos. Podía resultar una opción manejable.
Ayer lunes, la buena nueva llegó desde Denis Ferreira a EL PUEBLO.
«Me dieron de alta, ya estoy en casa y pasó lo peor, pero sé que debo cuidarme. Lo que se me indicó, quiero hacerlo bien. Pensando como siempre en el fútbol y en la hora de volver».
Denis debió quedarse en Salto. En la lejanía de Minas, sus compañeros de la selección jugaban la última carta con la ilusión campeona entre ceja y ceja. En el Hospital el goleador guardó reposo y encendió la palpitación. Los sentidos en el partido y Lavalleja enfrente, más allá de los dolores. O era titular o ingresaba en el segundo tiempo….la mano venía por ahí.
Pero sabe que el destino le concederá el desquite. El goleador tendrá ese derecho.
Y él lo sabe.