Será el próximo lunes cuando en el Consejo Superior de la Liga Salteña de Fútbol, se defina el sistema de disputa del Campeonato oficial de la “A”. Dos posturas diametralmente opuestas: la de prolongar el mismo sistema de la temporada anterior (22 fechas y tercera rueda con 6), en tanto la restante plantea una segunda rueda con los equipos divididos en series.
Esta vez, como tantas veces, todo se limitará a una exposición básica de motivos, hasta que el levantamiento de las manos, resuelva el futuro de cómo jugar. O sea, a 20 días del inicio del Campeonato Salteño, caerá la sentencia de la resolución ilevantable. Es una o es otra.
Al fin de cuentas, propio de una forma de encarar las decisiones, que no parecen ser analizadas más allá de las cuestiones más o menos sectoriales y nunca globales. Así ocurre con este y otros temas neurálgicos, vitales. Se corre contra-rreloj, en tanto aquella Comisión de Planificación integrada antes de fin de año, fue naufragando en medio de una abarcadora soledad, sin pronunciamientos o muestras de cara al futuro.
Ni siquiera establecerse lo relativo al período de pases, desde el momento que no faltaban quienes apostaban a la necesidad de más días habilitados o caso contrario, un horario cotidiano más amplio. Nada varió. Nada se transformó. También en este caso, el desencanto de las manos vacías, sin que nadie se atreva a conmover el orden establecido, o las disposiciones que en todo caso, respondieron cuando se crearon, a un determinado tiempo.
Casi en un acto de inocencia cabría preguntarse: ¿qué sistema de disputa es más conveniente? ¿Se han establecido evaluaciones deportivas y económicas? ¿Quiénes la asumieron? ¿En qué momento?
Pero además, ¿es el objetivo de concluir antes para qué? ¿Por las selecciones? ¿Y qué conceptos surge desde los clubes en el tema-selección? En fin, todo en el fútbol es capaz de relacionarse, fusionarse. La suma de situaciones que se encadenan, pero también la desventura de no entender bien…el fin del que se trata. Si es que algún fin, es capaz de rescatarse… desde esas manos vacías.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-